Tras cumplir 74 años la Central Mexicana de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos A.C., busca romper los mitos generados que esta asociación ha cargado por décadas.
Y es que entre las decenas de mentiras generadas alrededor de esta asociación y de los más de 14 mil 500 grupos que la integran, está la de la violencia física y verbal hacia quienes llegan a solicitar apoyo a los grupos de Alcohólicos Anónimos.
Juan Arturo Sabines Torres, custodio de Clase A en Alcohólicos Anónimos A.C., detalló a MILENIO que este es el principal mito que se genera en torno a estos lugares y eso ha provocado que mucha gente que necesita ayuda, no la consiga por miedo a ser víctima de cualquier delito.
“Sabemos claramente que el que llega a doble A tiene miedo a aceptar que es un alcohólico, pero sobre todo tiene miedo a ser juzgado, señalado o hasta ser golpeado. Obvio que no pasa eso aquí, porque nosotros no somos un anexo o una granja, ahí para que veas, han salido muchos testimonios de que sí existe la violencia física en contra de los que buscan ayuda”, detalló.
Y es que la central ha podido detectar grupos AA apócrifos, que piden dinero para su ingreso, que piden que el enfermo se interne, que aporte insumos para el lugar e incluso actos violentos para sus internos.
“Nosotros no avalamos la forma en la que estos lugares utilizan nuestro nombre, una porque somos una marca registrada, dos, algunos que crean estos centros apócrifos son personas que siguieron nuestro adoctrinamiento en AA, así que saben cómo vender un servicio, pero nosotros como asociación no podemos actuar legalmente ya que como asociación anónima tenemos que resguardar nuestra integridad y los que la conforman”, puntualizó.
Las personas que llegan al lugar podrán identificar si el centro de apoyo tiene una placa de autorización para usar el lugar; los grupos de AA solo dan charlas de una hora y media, en el caso de ser 24 horas, ya no es un lugar certificado.
Buscan que alcohólicos sanen y recuperen su vida
Y es que los grupos de AA practican un método para que el enfermo pueda salir y desintoxicarse de todo el alcohol que ha consumido en su vida, y así poder llevar una vida sana y espiritual.
Son los doce pasos con los cuales buscan sanar y recuperar al que solicita la ayuda en su grupo de alcohólicos anónimos.
Los 12 pasos para recuperarse
El primero dice que el alcohólico tendrá que admitir que son impotentes ante el alcohol y que sus vidas se habían vuelto ingobernables durante el proceso del alcoholismo.
El segundo detalla que el enfermo tendrá que creer que existe un poder superior a ellos mismos y así, esa energía podría devolverles el sano juicio.
El tercero dice que tendrán que tener la voluntad de poner “sus vidas” en manos de su ser superior.
Para ellos, el cuarto y el quinto paso, no lo llevan a cabo, sin embargo, lo tienen estipulado en sus 12 pasos.
En su sexto paso, su ser poderoso los tendrá que haber liberado desde sus defectos para que ellos puedan encontrar su salud interior.
Para el séptimo, ellos dicen que tendrán que liberarse ellos mismo de sus defectos.
En el octavo, quienes llevan el proceso, tendrán que haber hecho una lista de todas aquellas personas a quienes hayan ofendido y estar dispuestos a reparar el daño que les causaron.
El noveno indica que "reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros”.
Para el décimo, tendrán que realizar un “inventario personal” en donde se buscará que admitan sus equivocaciones.
En el penúltimo punto dice que tendrán que realizar una oración y meditación para que la fortaleza que han llevado durante su proceso se cumpla con éxito.
Y el último, el doceavo punto, dice que una vez que obtuvieron un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratarán de llevar el mensaje a los alcohólicos y practicar estos principios en todos sus entornos sociales, a lo que normalmente se le podría conocer el padrinaje.
Y es que para quienes van a grupos AA, el proceso es difícil, por lo que voluntariamente “padrinos” ponen a disposición su sabiduría y experiencia para que el enfermo no la pase mal en el transcurso de la sanación.
“En ningún momento se cobra por ser padrino aquí, nosotros somos quienes queremos ayudar y queremos sanarlos, ellos saben que puedes dar un donativo al grupo, pero nunca al padrino”, detalló Andrés, quien desde hace 9 años ha apadrinado a centenares de alcohólicos.
Don Jesús, un caso de éxito
Don Jesús tiene más de 39 años en la asociación y aunque él nunca creyó que el alcohol le iba a robar gran parte de su juventud, aclara que el grupo llegó a su vida justo antes de “su muerte”.
“Estaba tan mal en mi vida, tenía muchos problemas familiares, estaba diario alcoholizado y tras mi desesperación me intenté suicidar.
"Era el cuarto piso de mi edificio, estaba a punto de aventarme, pero una luz me distrajo, y vi que era el foco de un departamento que no sabía que era, y a punto de aventarme y ver ese foco, me gritó alguien que llegó a salvar mi vida. Dijo, no te avientes, mejor baja y platicamos, bajé y era un chavo, que me dijo que había otra manera de vivir, por lo que me invitó a pasar al cuarto, y vi que era un grupo de Alcohólicos Anónimo”, detalló a MILENIO.
Y es que Don Jesús nunca pensó que las charlas que escucharía esa noche que intentó suicidarse le cambiarían la vida, pues ahora lleva 39 años yendo a las pláticas que AA imparte, y ya perdió la cuenta de a cuántos centenares ha apadrinado y salvado sus vidas.
“Creo que por algo estoy aquí, la palabra de Dios siempre está en el corazón de uno, pero creo fielmente, que uno puede salir siempre y cuando te rodees de personas que te llene de luz y de tranquilidad”, sonrió.
ledz