Por riesgos estructurales a un colapso es que los locatarios ubicados sobre la Avenida 16 de septiembre entre la Calle Morelos y Pedro Moreno deberán cerrar de manera parcial sus negocios.
Primero se le notificó al Hotel One desde el pasado jueves 10 de junio que debía abandonar el área y reubicar a los huéspedes, a quienes se les tomó por sorpresa el desalojo que comenzó el pasado viernes 25 de junio.
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“Hoy regresamos y vimos todo esto, no nos dieron nada de noticias o información, tampoco se comunicaron con nosotros y ahora estamos buscando un hotel” comentó Marco Pérez.
La ficha informativa que el Ayuntamiento de Guadalajara proporcionó a los comerciantes, puntualiza que desde el pasado 21 de mayo del 2019 se le notificó al hotel que debía presentar un estudio de estabilidad de cimentación y otro sobre las condiciones en las que se encuentra la estructura.
En conclusión determinaron que la cimentación de la estructura no cumple con los requisitos mínimos reglamentarios y que la condición actual es crítica debido a la reducción de la resistencia del suelo.
Los comerciantes externaron tener incertidumbre sobre la reubicación de sus negocios, y sobre la situación real del lugar, sin embargo será hasta este lunes 28 de junio que sostendrán una reunión con las autoridades para conocer todos los detalles.
“Desde una vez que se hizo la obra del tren; el apuntalamiento del edificio, nosotros hemos estado ya preparados a lo que pueda venir y es el bien de nosotros”, opinó Tito López.
Para quienes son trabajadores les preocupa el desalojo al depender del ingreso que obtienen de ahí para mantener a sus familias.
“Detrás de nosotros hay mucha gente, nuestros hijos, nietos, que necesitan de nosotros, somos varias familias las que estamos acá y también tenemos que mandar dinero para otro lado porque nos necesitan más que todo”, dijo Bertha Lucía Varela.
El documento que proporciona el Ayuntamiento de Guadalajara destaca que desde el 2018 quedó registrado el mal estado de los cimientos en los que se encuentra el hotel, debido a las filtraciones no controladas de sus aguas negras, y que fueron percibidas una vez que se comenzó con la construcción de la Línea 3 del Tren Ligero.
Sin embargo, las autoridades municipales apuntalaron los arcos del edificio desde el 2016 en conjunto de otros monumentos históricos para la obra de la L3.
JMH