Lista, la nueva sede del Banco de Alimentos de Guadalajara

Con las nuevas instalaciones podrán entregar despensas a familias de escasos recursos dos veces por mes, con lo necesario para cubrir las necesidades cotidianas de una familia de 4.5 miembros

El nuevo Banco de Alimentos se ubica en Santa María Tequepexpan. (ESPECIAL)
Guadalajara /

Más de 31 mil familias de Jalisco, más las que se sumen en los próximos años, tienen garantizadas su derecho a la alimentación. Un moderno y funcional edificio recién construido en la zona de Santa María Tequepexpan, en Tlaquepaque, y que será inaugurado mañana, es el soporte de un trabajo altruista que les permite a estas familias de escasos recursos recibir dos veces por mes una despensa completa con lo necesario para cubrir las necesidades cotidianas de una familia de 4.5 miembros.

El edificio en cuestión es la nueva sede del Banco de Alimentos de Guadalajara (BAMX), una organización que por tres décadas ha crecido gracias al esfuerzo colectivo para proveer de alimentos y enseres de hogar a miles y miles de personas a un costo extraordinariamente bajo, o sin tener que pagar nada, de acuerdo con la situación económica de cada núcleo familiar.

El fin de semana que recién terminó permitió ver a decenas de personas dando los toques necesarios de la nueva sede del Banco de Alimentos (bdalimentos.org/), sitio desde donde comenzará a salir en los próximos días los embarques de las despensas a comunidades de prácticamente todo Jalisco.

Pendientes de que todo saliera conforme a los planes estaban en la nueva sede el presidente del Banco de Alimentos, José Luis González Íñigo; y Francisco Cornejo, consejero de la organización y responsable de la nueva obra. Ambos, junto con Ricardo Romo, director del sistema de bancos de diferente cuño agrupados bajo la sombrilla del BAMX, atendían personalmente los detalles previos a la inauguración.

La nueva sede, explicó José Luis González Íñigo, es “lo que esperan muchas familias, muchas empresas, muchas personas: encontrar una obra confiable”. Una obra, añadió el también empresario, en la cual los donadores y voluntarios puedan ver “en forma transparente dónde están sus aportaciones. Es lo que nos falta mucho en Jalisco: generar credibilidad, generar confianza. Y una vez que las generas, encuentras respuestas muy favorables, muy generosas”.

Francisco Cornejo, empresario del ramo de la construcción, es el responsable de la nueva edificación, que al final representa un costo total de 340 millones de pesos incluyendo el valor del terreno donado por el Gobierno de Jalisco. Cornejo explicó que “de construcción tenemos 10 mil metros cuadrados, de los cuales son 8 mil metros de almacén, dos mil metros de oficinas, y ocho mil metros adicionales de patios de maniobras, calles y estacionamientos”.

El arquitecto especificó que la estructura metálica del nuevo edificio pesó alrededor de 540 toneladas, y está construida con el sistema de marcos rígidos, de sección variable, atornillada. Cimentada a través de pilotes de concreto estructural a doce metros de profundidad. 

“La plataforma sobre la que construimos es un terraplén estructurado con geomalla triaxial, en tres capas, diseñada para tráfico pesado”, añadió Cornejo, quien además dio a conocer que gracias a la donación por parte de un empresario especializado se logró la instalación de paneles solares para autogenerar la energía a consumir, y que el costo total de este sistema eléctrico fue aportado al 100 por ciento por el beneficiario. 

La obra, según se pudo apreciar durante un recorrido hecho por MILENIO JALISCO, es impresionante.

La nave donde se guardarán alimentos es enorme. Al centro hay un sistema de anaqueles para almacenamiento, y por un costado, aunque dentro de la misma nave hay dos grandes cámaras a triple altura: una para refrigeración y otra para mantener alimentos congelados. También hay un piso de oficinas para los bancos de alimentos, ropa, trabajo y otros, que estarán arropados por el mismo lugar.

El sitio cuenta con un salón de usos múltiples, aula de capacitación, capilla, áreas de vestidores y regaderas para las y los trabajadores y voluntarios del banco; y en el vestíbulo central estarán muros donde se rendirá un reconocimiento a benefactores, donantes, y personas que a lo largo de tres décadas han contribuido al crecimiento del Banco de Alimentos de Guadalajara.

José Luis González Íñigo reconoció la labor y sacrificio de todos los involucrados en levantar la nueva sede, aunque destacó dos acciones fundamentales para esa obra en específico: la del gobierno del estado, que donó el terreno de 33 mil metros donde está la edificación, lo que les permitirá ampliar sus instalaciones en el futuro; y la de Laboratorios Sophia, que además de aportaciones cotidianas al banco de alimentos, donó hace tiempo un terreno a la organización, mismo que con el tiempo fue vendido y con ello se pudo cubrir una parte importante del gasto de la nueva sede.

El presidente del Banco de Alimentos de Guadalajara afirmó que “hemos tenido aportaciones increíbles. Tanto en insumos, como en efectivo. Esta es una obra de los jaliscienses para los jaliscienses, pero siempre hemos querido nosotros que lo que dona la gente debemos manifestarlo públicamente. No nos podemos quedar callados. Porque la verdad es que es un ejemplo para las generaciones actuales, y para las nuevas generaciones, el que sepan que hay empresarios que además de hacer empresas, comparten las utilidades de esas empresas en obras como esta”.

Francisco Cornejo aseguró sentirse “sorprendido cada día de lo que pasa en el banco (...) Te acordarás de aquel pasaje de la Biblia que habla de la multiplicación de los panes en el Sermón de la Montaña, cinco peces y dos panes, para cinco mil personas. Eso está sucediendo en el Banco de alimentos: la multiplicación de los panes es impresionante”.



  • Manuel Baeza

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