La Lithobates megápoda mejor conocida como Rana Leopardo de Patas Grandes es una especie endémica de Guanajuato que fue declarada en peligro de extinción en 2017. Esto quiere decir que se trata de una especie que no se encuentra de forma natural en ninguna otra parte del mundo a menos que se le introduzca.
Originaria del pueblito de Irámuco, una comunidad localizada a 17 kilómetros al suroeste de la ciudad de Acámbaro y cerca del lago de Cuitzeo, hoy esta rana se encuentra amenazada por la caza indiscriminada que vivió durante décadas por parte de sus habitantes,
quienes la veían como una fuente de alimento y de comercio llegando a colectar hasta 20 kilos en una sola noche y que hoy no llegan ni a uno.
“Este tipo de ranas se localizan en un lugar muy pequeño de Guanajuato, colindando con Michoacán. De hecho, pertenece a una cuenca, un lago que es prácticamente la equivalencia al lago de Cuitzeo y la parte oriental llega a Guanajuato”, explica el médico veterinario Ángel Ordaz.
La caza y contaminación ha provocado que se encuentre dentro de la lista de las 78 especies más amenazadas de la república mexicana, donde comparte lugar con animales que no se ven desde hace más de 20 años.
Anteriormente era una especie muy común, pero ha tenido una declinación en su población a tal grado que los especímenes son escasos y difíciles de encontrar, la falta de investigación acerca de ella, hace difícil conocer sus hábitos.
La distingue su color verde grisáceo y patas anchas y alargadas que le permiten desplazarse en aguas profundas, de ahí que los pobladores deben adentrarse a ríos y lagos para poder cazarlas, se alimentan principalmente de peces, aunque también consumen insectos y roedores.
Es una rana de gran tamaño que en su edad adulta alcanza de los 600 gramos de peso, su piel sensible absorbe todo lo del exterior, volviéndola sumamente vulnerable a los contaminantes.
Los machos se distinguen por tener a los costados sacos guturales que se inflan cuando cantan para atraer a las hembras, sus extremidades superiores son más largas para “abrazarlas” al momento de la procreación, donde ejerce una presión sobre su abdomen que la hace soltar los huevecillos que al momento el macho fertiliza y quedan atrapados entre la maleza para convertirse en renacuajos.
“El grupo de los anfibios es el grupo que más riesgo tiene de desaparecer de todas las especies animales, esto debido a que es el más vulnerable pues tiene el ciclo reproductivo más complejo de todas las especies, es la más susceptible a la contaminación y son animales que son depredados y adicional la introducción de especies invasoras”, explica David Rocha, Director del Zoo León.
Adicional a esto, el hongo BD (Batrachochytrium dendrobatidis) que causa enfermedad severa, se ha diseminado por todo el mundo provocando la muerte de anfibios en sus ecosistemas naturales.
Apoyar la investigación y reproducción en cautiverio para evitar la desaparición de esta especie se ha convertido en la gran apuesta del Zoo León quien instituyó el Centro de Reproducción Estatal de Anfibios, siendo la Rana Leopardo su primer huésped, adicionalmente se ha creado un programa de concientización con los pobladores y un esquema de granjas de crianza que les permita tener su fuente de alimento y comercio pero evitando que la especie desaparezca del planeta.