La reactivación económica que está teniendo la zona permite avanzar en la disminución de la insuficiencia alimentaria, tan es así que, en estos momentos, a pesar del impacto de la inflación, se está mejor que antes de la pandemia de covid-19.
Y es que la recuperación del empleo ayuda a enfrentar la carestía, a diferencia de los momentos más aciagos de la crisis sanitaria, cuando el hambre se agudizó entre las familias por el cierre de muchas fuentes de trabajo.
La Asociación Civil Alimentos para la Caridad afirma lo anterior y aclara que sigue habiendo insuficiencia alimentaria, pero se está ligeramente mejor inclusive que en 2019.
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Fernando Astaburuaga Pazzi, director del organismo no gubernamental, señaló que “respecto a la pandemia estamos mejor, pues gracias a que se ha recuperado la actividad económica se ha reducido la extrema necesidad”.
Sostuvo que el Inegi reporta actualmente un 14% de insuficiencia alimentaria en Tamaulipas y él percibe una franca y sostenida recuperación desde hace seis meses aproximadamente.
“Y en comparación a los niveles que se tenían antes de la crisis sanitaria se está ligeramente mejor”, mencionó Astaburuaga Pazzi, dado que existe más ocupación laboral y están en marcha nuevas inversiones que dinamizan la economía de la zona conurbada.
Subrayó que la mayoría de las tiendas de autoservicio y empresas líderes de otros giros están actualmente contratando y en general hay más oportunidades laborales, además de estar escasa la mano de obra en el campo.
“Yo creo que están caminando las cosas, no tiene nada que ver con la política, simplemente es la reactivación económica que se está dando, favoreciendo el empleo y las oportunidades de que la gente cubra sus necesidades básicas”.
Estima que gracias a ese poder adquisitivo que ahora tienen más familias, se está logrando enfrentar el fenómeno de la inflación y disminuyendo la carencia alimentaria. “Mi percepción es que es un impacto más positivo que negativo, desde luego que sí afecta (la carestía) pero el impulso económico está pesando más”.
La ayuda es mayor
Fernando Astaburuaga citó que, por ejemplo, el precio del frijol subió un 12% en los últimos meses, pero hay más oportunidades de empleo y la gente lo puede cubrir. “¿Las cosas están resueltas?, no, de ninguna manera, pero no están tan mal porque está habiendo un poco más de actividad económica”.
Con el covid-19, se observó que inclusive algunas personas que tuvieron una posición económicamente alta, también se sumaron a los beneficiarios del apoyo que brinda Alimentos para la Caridad.
“La insuficiencia alimentaria estaba a un nivel altísimo en la pandemia, ahorita definitivamente bajó y no quiero decir con esto que ya no haya hambre, pero estamos mejor, inclusive, que antes de la pandemia gracias a la reactivación económica”.
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En el pasado mes de septiembre, la asociación distribuyó un total de 13 mil 945 despensas entre 3 mil 243 familias de seis municipios del sur de Tamaulipas y norte de Veracruz.
“Recibieron el apoyo alimenticio semanal 12 mil 972 beneficiarios censados, que pertenecen a familias de escasos recursos económicos y matrimonios de adultos mayores de Tampico, Madero, Altamira, González, Pánuco y Pueblo Viejo”.
La ayuda se entrega todo el año en un rol semanal a través de 49 grupos de reparto que recorren los seis municipios; por Pánuco se cubre la colonia Santa Elena y por Pueblo Viejo las congregaciones Anáhuac e Hidalgo, zonas consideradas de alta marginación.
Además de llevar despensas a sectores donde la carencia alimentaria es muy alta, el organismo también reparte raciones de frijol cocido durante los meses de enero a septiembre con el apoyo de Fundación Fleishman y otros donantes, a través de la iniciativa Alimenta que nació en los momentos más complejos de la pandemia, cuando se disparó la necesidad económica.
Asimismo, de su labor se desprende otro frente de apoyo que es la Casa Hogar Villa de la Caridad en el municipio de González, donde también se envían despensas a catorce abuelitos actualmente, pero se han llegado a tener 27, todos ellos sin familia.
Las despensas se elaboran con apoyo de tiendas de autoservicio y centros de producción agrícola, donde se recuperan los productos de alto valor nutricional que no se van a vender, se seleccionan, empacan y ponen a disposición de la gente más necesitada.
La asociación ha logrado crear conciencia, de manera que cada vez más empresas de la zona que tienen excedentes de alimentos ya no desechan sus productos no comerciables, sino que los donan y se aprovechan, contribuyendo así a combatir el hambre y desnutrición.
Desde 1996, Alimentos para la Caridad brinda alimentos a familias del sur de Tamaulipas y el norte de Veracruz.
SJHN