Las Islas Marías han sido más que una cárcel o una fuente de inspiración para el escritor José Revueltas, pues fue el escenario perfecto para que un químico y una trabajadora social se enamoraran y lleven casados más de treinta años.
Es el caso de Neli López y Sergio López, quienes de 1989 a 1991 trabajaron en la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) instalada en aquellos años en las Islas Marías.
"En el hospital tienen un ventanal que daba hacia unas escaleras y yo estaba trabajando en la mañana y ella había llegado en el barco temprano, pero yo no sabía que ella trabaja ahí.
"Entonces (ella) se paró en mi ventanal donde estaba trabajando y me saludaba, ella sabía que estaba ahí, pero yo no sabía de ella", recordó López en entrevista para MILENIO.
Sergio López realizaba análisis clínicos, mientras que su esposa fungía como un lazo entre los pacientes y la autoridad para atender las necesidades de ellos.
"Y me saludaba, '¿Y por qué me saluda?' ahí fue donde nos conocimos", rememoró el químico; "yo ya sabía de su existencia y sí, ya sabía que era un hombre soltero", añadió entre risas la trabajadora social.
Neli López coincide en que fue amor a primera vista, pues duraron menos de un mes de novios para casarse y llevar 33 años juntos con tres hijos.
Para Sergio López, "es mucha suerte" encontrarse con la persona adecuada "porque tantos hay que duran años, se casan y se separan: nosotros duramos días (de novios), pero encontramos uno al otro, creo que sí era amor a primera vista".
Son muchos ingredientes, de acuerdo con Neli López, sobre cómo llevar una relación; "no hay un secreto".
"Aquí las cosas se prestan porque es un lugar muy bonito y no había mucho que hacer, nada más conocernos", añadió el químico.
Sergio López llegó en julio de 1989 a trabajar a Islas Marías por "una situación muy curiosa", pero fue por voluntad; "me platicaron, me ofrecieron este trabajo y cómo no estaba conforme allá en el continente decidí venir".
"Alguien me dijo que estaban solicitando personal en el hospital y fui, el mismo día me dijeron que me contrataban, tomé la decisión de venirme arriesgándome porque no sabe uno que se va a encontrar aquí, no sabía nada de Islas Marías", añadió Lobo.
Su estancia en Islas Marías duró dos años, pues al embarazarse Lobo, en dicho lugar, decidieron que su primogénito no creciera en ese ambiente.
"Para mí fue una experiencia muy buena; teníamos muchos recuerdos, y queremos ver cómo (inaudible) aquí" dijo Lobo al explicar el por qué decidieron volver como turistas.
"Cómo son recuerdos muy bonitos los quisimos volver a vivir", añadió su esposo.
La jornada laboral de ambos era estar en las Islas tres meses y descansaban 10 días en el continente, aunque también tenían como días libres los fines de semana y en las tardes.
"Nos veníamos al centro a ver películas porque había cine (en Islas Marías)", recordó Lobo.
"Había locales de restaurancitos, tipo fondita y los sábados había baile", añadió López, sobre sus tiempos libres en Islas Marías.
Tras recorrer Islas Marías ya siendo un centro turístico, el químico asegura que le ha sorprendido las calles pavimentadas; "la parte del centro no hay lo que había, donde estaba el cine no existe, ya hicieron otra construcción".
La trabajadora social recordó que en los dos años trabajados en Islas Marías le tocó ver a sexoservidoras laborando ahí.
"Había un grupo de señoras que eran servidoras sexuales, ves ese lado de la sociedad de una manera diferente, no era nada bonito (...) muy difícil, el como daban sus servicios era muy triste", lamentó.
El químico y la trabajadora social son parte del segundo grupo que visitó las Islas Marías tras su apertura al público general el 21 de diciembre de 2022.
LG