Con un gran altar, fueron homenajeados 107 policías de Guadalajara que han perdido la vida en el cumplimiento de su deber a lo largo de los años de la corporación policiaca.
"Es un homenaje que hacemos a todas y todos nuestros compañeros caídos en servicio siempre los recordamos los recordaremos con mucho cariño con mucho aprecio pero sobre todo con mucho honor ya que dieron su vida al servicio de los demás", detalló Juan Pablo Hernández, comisario general de Guadalajara.
- Te recomendamos ¡Los mariachis callaron! Restringen entrada a músicos en panteones de Guadalajara en Día de Muertos Comunidad
El memorial se realizó en las instalaciones de la Comisaria, la cual se iluminó con una barda resplandeciente en antorchas, así como un tradicional camino de aserrín, calaveras de azúcar, panes de muerto, flores de cempasúchil y un altar original mexicano de siete niveles alrededor de un monumento donde permanecen fijas las placas con los nombres de las mujeres y hombres que protegieron a los tapatíos hasta el último de sus días.
Durante el acto protocolario y presentación del altar evocaron las acciones que marcaron la trayectoria de los oficiales que se adelantaron en el camino y que los convirtieron en heroínas y héroes.
Detallaron que este altar se trata solo de una muestra de respeto y un recordatorio de lo importante que fueron para la Policía de Guadalajara ya que se rigieron con honor, lealtad y honradez.
Arturo Iracheta sirvió 22 años, ahora su hijo y niego siguen sus pasos
Entre los reconocimientos, se encontraba el nombre del oficial Arturo Iracheta Rocha, quien sirvió por 22 años a la policía hasta el 26 de agosto del 2006 cuando en el rescate a un ciudadano que estaba siendo arrastrado por la corriente de un río crecido cercano a la barranca de Oblatos, pudo sacar al hombre, pero tanto el uniformado como su patrulla, no lo logaron y su cuerpo se perdió en la quebrada hasta el día de hoy, así lo relató su madre, Irma Rocha Nava que con sentimiento se dijo orgullosa de su hijo, cuya muerte tuvo que tratar en terapia con el psiquiátrica por 10 años, pero que no olvidará hasta reencontrarse con el en el más allá.
Ahora, su nieto e hijo de Arturo, también es policía.
"Él daba todo por su trabajo él siempre fue de los más puntuales siempre bien presentado porque a él le gustaba mucho la disciplina y mi hijo como hijo era un ejemplo porque él siempre estaba para sus hermanos para su papá siempre estuvo él así muy atento muy cariñoso muy juguetón porque me llegaba y se me sentaban las piernas y él me decía como cuando estaba chiquito", detalló Irma Rocha Nava, madre de Arturo.
Por su parte, el comisario general de Guadalajara, Juan Pablo Hernández y sus compañeros, le recordaron a los seres queridos de los oficiales fallecidos que no se quedaron solos, que ellos también son parte de su familia y que todas las personas que portan una estrella en el pecho y que se dicen de “sangre azul” son una hermandad, en esta y en otra vida.
MC