Ex Hospital Civil de Tampico, entre la inmundicia e indiferencia política

Por muchos años sirvió como refugio para personas que no tenían un techo tras su cierre en la década de los ochentas; hoy el edificio representa un riesgo por su dañada estructura.

Ex hospital Civil de Tampico
Jesús Alberto García
Tampico /

Al ingresar al colosal edificio de cuatro niveles lo primero que se escucha es el crujir de los zapatos al pisar pedazos pequeños de concreto sobre el suelo, que se desprenden a todas horas, todo el tiempo.

Enclavado en pleno Centro de Tampico, entre las calles Carranza y Altamira, el que fuera el ex Hospital Civil tiene 38 años de haber sido desocupado y abandonado, a cargo del tiempo y sus inclemencias. 

En el amplio patio del ex nosocomio hay camiones de basura estacionados, contenedores y personal de limpieza pública que entra y sale de su jornada.

Dicho sitio se ha convertido en punto estratégico: ahí comen, descansan y hasta se refrescan del calor, aprovechando algún mueble viejo de desecho.

Algunas áreas de la planta baja pegadas a la calle Altamira se convirtieron en oficinas de Servicios Públicos de la ciudad, las cuales se mantienen en buenas condiciones, desde las cuales se realizan algunos trámites administrativos.

Pasillo del Ex hospital Civil de Tampico

Al interior de otras áreas existe soledad absoluta, de las paredes hay grandes áreas en donde se ha caído el revoque de concreto y quedan exhibidas las varillas oxidadas, algunas, salidas a forma de pico.

Se ingresa a la construcción y el olor a carne quemada, es muy penetrante, tanto, que traspasa el cubrebocas.

“Es un olor que se tiene casi todo el día, va en aumento conforme pasan las semanas, por todo esto de la pandemia”, expuso un trabajador con casaca fosforescente (junto al hospital está el crematorio del DIF). 

Las ventanas del histórico edificio ya no tienen vidrios y la poca madera que tiene, está podrida o apolillada. Camino al segundo nivel, en la escalera descansan botellas de “caguama” y las paredes fueron convertidas en páginas de libro de visita: “Aquí estuvo Carlos de “3 A” y más abajo dice “Te amo Karen”, escrito con un clavo o con una navaja. En el segundo y tercer nivel el olor es distinto: la humedad se apodera de los pasillos y se revuelve con lo fuerte de la excreción humana. 

Hospital Antiguo (entrada)

Hoy abandonadas, las instalaciones del ex Canseco sirvieron para albergar pacientes con lepra, tuberculosis y otras enfermedades, de acuerdo a los antecedentes históricos, pero en la actualidad son utilizados como baños públicos por algunas personas sin hogar que encuentran la forma de escabullirse entre las estructuras.

En uno de los cuartos, en medio de dos ventanas enormes por las que ingresa gran cantidad de luz del día, una imagen borrosa y gastada de San Martín de Porres está pegada sobre la pared, lo cual indica que un paciente pidió por su salud al santo, que de acuerdo a la grey católica, tiene el don de curación de enfermos desahuciados. 

Hacia el cuarto piso, uno de los más deteriorados, en las escaleras y cuartos vacíos las latas de cerveza vacías se encuentran esparcidas entre los pasillos, al igual que los rastros de carbón, donde se hizo alguna fogata.

Ex hospital "Carlos Canseco "(toma aerea)

Situación actual del ex Hospital Civil

Lo elevado del presupuesto requerido en un proyecto de rescate del ex nosocomio sería el principal impedimento de su rehabilitación, reconoció la Subsecretaría de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano de la Seduma (Secretaría de Desarrollo Urbano de Tamaulipas). 

Gerardo Villaseñor Montes, titular de la citada dependencia, reconoció que “el costo a través del tiempo es el que se hace demasiado” porque un proyecto de rescate requeriría una inversión superior a los 200 millones de pesos, lo que se vuelve difícil en medio de las condiciones económicas actuales. 

El proyecto pretende utilizar dos de los cuatro pisos superiores del ex Hospital Civil y convertirlos en oficinas gubernamentales del estado y del municipio, mientras la planta baja será para los empresarios interesados en instalar alguna clase de negocio.

Vista desde el hospital antiguo

La fauna y la flora ya hicieron suya la estructura: los mapaches rondan entre la basura y los murciélagos aprovechan la luz del día para dormir, al acomodarse en una esquina oscura y húmeda para colgarse. 

En la cima del antiguo nosocomio el suelo es endeble, tiembla al caminar, la humedad ha lastimado la estructura y plantas de hasta tres metros de altura crecen en las paredes, lo cual quiebra el concreto, pero todo vale la pena al sentir el aire más fresco en medio de una tarde calurosa de verano. 

Plantas de cornezuelo, flora silvestre que dan una espina parecida a los cuernos de toro, pasto y árboles de guayaba, han encontrado las condiciones de humedad idónea para crecer en lo más alto del coloso de concreto, desde donde se aprecia la movilidad urbana de Tampico, Madero, el movimiento portuario y hasta las viviendas asentadas en el norte de Veracruz.

“Hay que tener cuidado de los pedazos de concreto que puedan caer desde el techo, ya está muy endeble”, comenta el personal de limpieza de la ciudad, quienes se han animado a explorar el sitio, pero que no recomiendan hacerlo por el riesgo de que una piedra caiga sobre ellos. 

Los rayones de jóvenes de las secundarias y preparatorias cercanas no es lo único que adornan las paredes dañadas por el paso del tiempo, también hay cabida para las protestas en frases como “políticos a la hoguera” y la A rodeada con un círculo que simboliza la anarquía, inclusive, cruces negras y rojas pintadas dentro de un cuarto que fácilmente podría ser parte de una galería de arte abstracto.

Interior del Hospital Civil Tampico

Los 38 años de descuido y la falta de mantenimiento y un proyecto formal de reactivación, han ocasionado que el interior del ex Hospital Civil de Tampico no sea apto para recorrer sus instalaciones, por eso los trabajadores de limpieza pública se atreven a decir: “ojalá ya no se vengan lluvias y vientos fuertes, porque cuando eso pasa, se cae comienza a caer”.

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