Aunque ha disminuido el huachicol a raíz de la lucha emprendida por el gobierno de México en su contra, todavía continúa presente en la región de Tula, pero con altos precios por litro, casi similares a los de las gasolineras establecidas.
En enero de 2019 el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el combate al huachicol mediante diversas acciones, entre ellas el cierre de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) para evitar robos por estas perforaciones ilícitas en la red.
Ese cierre generó desabasto de combustibles en el país, pues no existía la infraestructura suficiente para distribuirla vía terrestre. En ese lapso se dio uno de los acontecimientos más trágicos para Hidalgo: la muerte de 137 personas a raíz del incendio de un ducto de Pemex en tierras de cultivo en la zona limítrofe entre Tlaxcoapan y Tlahuelilpan, precisamente por una toma clandestina.
Y es que en la región de Tula, que cuenta con varios kilómetros de ductos por la refinería Miguel Hidalgo, el huachicol era un ilícito que estaba ganando terreno ante el Estado, descaradamente, sin freno alguno a pesar de las acciones gubernamentales, que para entonces eran insuficientes.
En su momento de auge el litro de combustible de dudosa procedencia alcanzó un precio mínimo de ocho pesos, pero hoy, ya con la Guardia Nacional (GN) encabezando las acciones contra este ilícito del fuero federal en esta región llena de ductos, el precio del huachicol ronda entre los 16 y los 17.50 pesos por litro, cercano ya al promedio de 19.50 pesos por litro en gasolineras.
Huachicol, con protección ciudadana
El jueves 5 de agosto elementos de Seguridad Física de Pemex aseguraron una camioneta que transportaba contenedores abastecidos con combustible de dudosa procedencia, en inmediaciones de la colonia Dendho, en Atitatalaquia.
El personal de Seguridad Física reportó a la central de emergencias que habían visualizado otras unidades con combustible de dudosa procedencia, pero debido a la cantidad de unidades sólo habían logrado asegurar a una.
Pero no sólo eso, de acuerdo al personal de dicha dependencia, vecinos de la comunidad pretendían recuperar la unidad asegurada, razón por la que policías de diversos municipios, así como de la policía estatal, de Investigación y elementos de la GN acudieron para apoyar las labores de resguardo y puesta a disposición.
En otros puntos de la región, como Atotonilco de Tula, Tlaxcoapan, y Tula de Allende, se han presentado casos en donde pobladores intentan evitar el aseguramiento de unidades cargadas con huachicol.
A mediados de marzo se presentó un incidente similar en la colonia Batha, de la comunidad Conejos, en donde durante un recorrido de madrugada por la zona de ductos, agentes policiacos se percataron de la presencia de al menos nueve pipas en la zona.
Los policías intentaron marcarles el alto, pero fueron superados por hombres armados, quienes los obligaron a retirarse, y más tarde un grupo de vecinos salió para solicitarles que se retiraran de la zona. Para entonces llegaron refuerzos de diversas corporaciones y lograron el aseguramiento de una pipa.
Gradualmente la presencia de la GN y Seguridad Física de Pemex en la red de ductos han dificultado la labor de los delincuentes dedicados a la extracción de combustible de la infraestructura de Pemex, por lo que ha disminuido el producto sustraído.
Eso se refleja en los precios, pues de ocho pesos por litro, pasó a 16 o 17.50 pesos por litro, de acuerdo a pobladores consultados, quienes indicaron que ya no hay tanta oferta, como la hubo en su momento previo a la lucha anunciada por el actual gobierno.
Manuel Hernández Badillo, alcalde de Tula de Allende, reconoce que en su municipio el huachicol es un tema que todavía sigue vigente, y el cual se está combatiendo con una estrategia conjunta.
Detalló que el gobierno a su cargo está apoyando con los recursos a su alcance en esta lucha, pero dijo que hace falta mayor apoyo de parte del gobierno de México, pues es un tema complejo que no puede atender sola una corporación policíaca municipal.
Por esta razón ha solicitado el reforzamiento de la seguridad con apoyo de la GN, a fin de mejorar las condiciones en el rubro, pero indicó que no es la única acción que se requiere, pues dijo que se necesita generar un mejor entorno económico y social.
Destacó que en el país no hay crecimiento económico y eso contribuye a que la delincuencia impere al no existir condiciones de vida adecuadas para los pobladores, y por ello enfatizó que se necesita impulsar la economía mexicana.
Huachicol deriva en delitos
El robo de combustible de ductos de Pemex desencadena otros ilícitos, creando un entorno de inseguridad que termina por afectar a los propios usuarios de combustible robado. Aquiles Amador Lara, director de la policía municipal de Tlaxcoapan, señaló que en los decomisos de huachicol que su corporación ha realizado, se han percatado de la presencia de unidades con reporte de robo.
“El huachicol sabemos que es una situación del ámbito federal, sin embargo en Tlaxcoapan hemos asegurado más de 4 mil litros de combustible, y más de 16 camionetas cargadas de hidrocarburo, lo que se ha puesto a disposición de la Fiscalía General de la República (FGR)”.
De ese total de camionetas, siete tenían reporte de robo vigente en algunos estados de la República mexicana, y fueron puestas a disposición del Centro de Atención Temprana (CAT), para que se devuelvan a sus propietarios.
Subrayó que ante esta incidencia en Tlaxcoapan hay una coordinación estrecha para combatir al huachicol y sus derivados; como parte de estas acciones, dijo que se realizan “recorridos en los principales lugares en donde se tiene conocimiento que existían tomas clandestinas, para evitar que sean nuevamente perforados los ductos”.
Además de que, prosiguió, “cuando a nosotros se nos informa por distintos medios que hay sustracción de hidrocarburo ilícitamente, acudimos policía municipal, estatal, GN, Ejército mexicano y Seguridad Física, y se verifica la situación de robo de hidrocarburo dentro del municipio”.
Adolfo, es un empleado de una gasolinera asentada en Tula de Allende desde hace varios años. Reconoce que la situación antes de 2019 era compleja, pues debido al huachicol mucha gente dejó de acudir a las estaciones de servicio a abastecerse, pues preferían el combustible barato que ofrecían los huachicoleros.
A raíz del incendio en Tlahuelilpan el Estado mexicano reforzó su labor contra este delito y logró que disminuyera significativamente, y aunque todavía está vigente el delito, dice, ya las pérdidas para las gasolineras ya son menos, a diferencia de otros años, pues el precio del combustible robado y el legal están a la par, lo que favorece a los industriales del sector.
Mientras tanto la lucha entre el Estado mexicano y los huachicoleros continúa, y seguirá así por un largo tiempo, pues fuentes de seguridad consideran que el huachicol es un monstruo de mil cabezas.