En 73 días México salió herido… los disparos se escucharon por todo el mundo.
Pasadas las 18:00 horas del 2 de octubre de 1968, los estudiantes reunidos en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco vivieron el infierno: tiros a ras de piso o desde las azoteas y balcones de los edificios. Todos corrían, mientras los soldados avanzaban a bayoneta calada.
Las fotos y videos de lo sucedido hace 50 años siguen ahí. Algunos sobrevivientes de esa fecha hablaron con MILENIO.
David Vega era integrante del Consejo Nacional de Huelga y orador durante el mitin del 2 de octubre: “En el momento que pasa un helicóptero, cerca de la torre de Relaciones Exteriores, sale una bengala verde, otra... una tras otra. Cuando cae la bengala, comienzan los primeros disparos.
“Salieron del Chihuahua, efectivamente, pero de un departamento que era de Rafael Minor Franco, secretario particular del (presidente) Gustavo Díaz Ordaz, de ahí salieron.
“En ese momento, cuando veo la primera bengala, grité, tenía el micrófono: ¡no corran, compañeros, es una provocación... no corran, son balas de salva! Cómo que de salva, después veo que están cayendo los compañeros”.
Sócrates Campos Lemus, también integrante del Consejo Nacional de Huelga, recordó: “Previo al mitin, por la mañana se había reunido una comisión de ocho compañeros con Jorge de la Vega Domínguez y Andrés Caso, representantes de Díaz Ordaz, en casa del rector de la UNAM para acordar un pacto, íbamos a terminar la huelga y regresar a clases, no interferir en los Juegos Olímpicos.
“Que se nos permitiera hacer un mitin en Tlatelolco para avisar a la raza que suspendíamos el movimiento, regresábamos después; haríamos seis comisiones para cada uno de los seis puntos del pliego petitorio. Ese fue el acuerdo.
“Por eso fuimos a Tlatelolco, ¿qué crees que somos tan pendejos? Ver al Ejército y meterte si ya hay un acuerdo con los representantes del presidente. ¿Qué fue lo que recibimos? La visita de los guantes blancos, el Batallón Olimpia”.
Efectivamente, la marcha que se había citado para ir al Casco de Santo Tomás a exigir al Ejército la devolución de sus instalaciones fue suspendida por los propios estudiantes, en señal de diálogo.
Myrthokleia Adela González Gallardo, maestra de ceremonias durante el mitin del 2 de octubre, señaló: “Todos los que estamos de lado izquierdo corremos hacia el elevador, le pinchamos para que se abrieran las puertas y nos reciben los de guante blanco con las metralletas, nos hacen para atrás, nos ponen en el suelo con las manos a la cabeza”.
Joel Ortega Juárez señala que el 68 mexicano fue parte de una movilización de los jóvenes que querían libertad: “Fue una rebeldía mundial”, y el movimiento estudiantil estaba inserta en ella, eran los años de la rebeldía y del rock and roll”.
“Nosotros no queríamos un gobierno de elecciones, queríamos una revolución”, añadió.
Sin embargo, vino la represión: “Hubo violencia de parte del movimiento, sí. Pero nunca comparada con la del Ejército. El reporte del Semefo de esos años dice que de 24 cadáveres, 22 tienen heridas de bala con dirección horizontal, y solo dos de manera vertical, de arriba abajo, quien disparó fueron los soldados.
“Tengo nombres y apellidos de los que murieron en Tlatelolco: 58 civiles y dos militares, la cifra de muertos del 26 de julio a enero del 69 es de 83”.
El movimiento estudiantil no concluye el 2 de octubre, sino en diciembre de 1968, pero tampoco comienza con las peleas callejeras en La Ciudadela del 22 y 23 de julio, sino el 26 del mismo mes.
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En el transcurso de 50 años los archivos oficiales se han abierto por el impulso de la sociedad y la creación de leyes. Informes parciales hasta hoy de la Dirección Federal de Seguridad y Secretaría de la Defensa Nacional de aquellos años dan cuenta de qué sucedió: el Batallón Olimpia, como brazo represor, todo en la denominada Operación Galeana.
Para los promotores del Proyecto M68, Susana Zavala y Luis Vargas Santiago, todavía hay información oficial que no se ha querido hacer pública. Por ejemplo, la que se guarda en el ahora gobierno de Ciudad de México, relacionada con el entonces jefe de la policía, Luis Cueto.
Se habla de la existencia de francotiradores, militares, policías, espías y agentes de la CIA dentro del movimiento estudiantil. El más nombrado: Sócrates Campos Lemus. “Los de la CIA fueron Echeverría, Díaz Ordaz, etcétera. Si yo hubiera sido agente de la CIA, no estarías hablando conmigo aquí, sino en Nueva York.
“¿Por qué se me señala? Pues era el más pendejo o era uno de los representantes con mayor claridad… muchos (líderes estudiantiles) ya tenían acuerdo con Luis Echeverría y Corona del Rosal”.
—¿Quiénes?
—Lo voy a decir en el momento que ellos respondan. Ellos decían: oye, vamos a decirle a Corona del Rosal, así fue.
“Voy a hablar hasta que ellos brinquen, ya estoy cansado de cargar ese adjetivo. ¿Por qué no han dicho que los asesinos fueron Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría?, ¿por miedo?
—¿Sócrates fue un provocador?
—Me vale madres lo que digan, pruébenmelo.
A 50 años, dirigentes de aquella gesta estudiantil lo defienden. Es el caso de Myrthokleia Adela y Rafael Lima.
“Eso fue una leyenda perversa. Si ha sido agente de la CIA o del gobierno, no caes en la cárcel, donde estuvo dos años y medio, hasta que lo exiliaron. Sócrates no fue un traidor al movimiento”, expresó Lima.
Félix Hernández Gamundi mencionó que el 2 de octubre “fue un acto brutal, un crimen de Estado que, como genocidio, permanece impune.
Rito Terán Olguín, vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Sinaloa en 1968, comentó: “El 2 de octubre fue un golpe muy fuerte; sin embargo, ese mismo día nos reunimos los dirigentes y dijimos que tenía que seguir la huelga, fortalecer el movimiento”.
Después de 50 años, la memoria sigue fresca. David Vega narró: “Me agarran tres del Batallón Olimpia, caigo, me levanto y me clavan la ametralladora. Empieza a entrar fuego graneado, los disparos pegaban de arriba, disparaban desde diferentes ángulos, le dieron a las cañerías del edificio, se estaba inundando...”.
“Íbamos a levantar la huelga y avisar a la raza”
ESPECIALES MILENIO | Movimiento estudiantil
Pasadas las 18:00 horas del 2 de octubre de 1968, los estudiantes reunidos en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco vivieron el infierno. Sobrevivientes de esa fecha narraron los hechos a MILENIO.
Ciudad de México /
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