Hasta 23 materiales nocivos para la salud llegan hasta los platos de alimentos de las personas ante los abusos que se comentan en los procesos de cultivo industrializados y el uso de insumos químicos.
De acuerdo con el análisis “Del campo a la mesa”, realizado por Rocío García Bustamante, investigadora Gestión de Empresas de Economía Social de la Universidad Iberoamericana Puebla, destacó que el uso de químicos en los campos de cultivo no solo impacta en los costos ambientales, sino en la salud de la población.
- Te recomendamos Agresor vicario inicia su proceso judicial luego de 6 años en Puebla Estados
Ante el panorama, la agroecología es la alternativa para contrarrestar los alimentos producidos con químicos porque no solo renuncia a las prácticas de siembra con tóxicos, sino que recurre a maneras sustentables de cultivo y concilia los saberes ancestrales con la ciencia.
La agroecología es un movimiento social, liderado principalmente por mujeres, que busca transformar la forma de vida de productores y consumidores con el objetivo de impulsar una alimentación sana.
“Los abusos en los sistemas de cultivo industrializados no solo tienen altos costos ambientales, sino que vulneran la economía de las familias productoras y condicionan los hábitos alimenticios de toda la población”, destacó.
La especialista de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita explicó que México es uno de los países que más utiliza insumos químicos prohibidos en los campos de cultivo y, a la vez, se presenta el fenómeno conocido como una “colonización de los paladares” que se traduce en que las grandes industrias impactan en el consumidor final.
Ante el uso de químicos en los procesos de cultivo, la investigadora llamó a impulsar técnicas agroecológicas, es decir, aquellos procesos de siembra y cosecha que provienen de los saberes ancestrales.
“Las grandes industrias han dictado las formas de obtener y consumir alimentos. Las técnicas agroecológicas se convierten así en una alternativa para rescatar los saberes ancestrales de la depredación provocada por las actividades industriales”, apuntó.
Advirtió que, actualmente, se está presentando el fenómeno de la llamada la agricultura orgánica en donde se busca impulsar la venta de alimentos sin químico, pero continúa la lógica de ganancias en la distribución.
“El capitalismo toma lo que no tiene químicos y lo vende porque entiende que hay un buen nicho de mercado, pero sigue teniendo la misma lógica de distribución y monocultivo. Este tipo de productos, son elitistas porque su venta se da en sitios especializados y a altos costos”, destacó.
La investigadora de la Ibero Puebla llamó a ampliar los espacios de distribución para fortalecer las economías sociales con el objetivo de que un mayor número de familias resulte beneficiados y no solo las cadenas comerciales.
“Si bien no todas las personas tienen acceso a alimentos agroecológicos, es importante que se realice un consumo consciente y comprometido. Como consumidores de alimentos, debemos pensar en nuestros hábitos. Extraer recursos es inevitable, pero eso tiene implicaciones, sociales, políticas, ambientales y económicas”, finalizó.
AFM