A cinco años del sismo de 2017 que causó el derrumbe de cientos de viviendas, los creyentes católicos del municipio de Joquicingo, al sur del Estado de México, toman misa en una carpa de plástico ubicada en el atrio de la capilla del “Señor del Huerto”.
Este municipio fue de los mayores beneficiados por los gobiernos federal y estatal tras los daños reportados por los movimientos telúricos, ya que enviaron recursos para la reconstrucción de sus hogares, sin embargo, este templo religioso no tuvo la misma suerte.
El inmueble está ubicado en la calle León Guzmán, justo enfrente de la presidencia municipal. Es de color azul con acabados blancos y es uno de los tres centros religiosos que concentra al mayor número de fieles de la región, ya que su santo está enfocado en la cosecha y en la abundancia para los cultivos.
Los campanarios se sostienen con trabes de madera y están ladeados, esto luego de que las autoridades intentaran evitar que cayeran y pusieran en riesgo tanto al patrimonio histórico, como a los habitantes. Actualmente el acceso está cerrado al público por los daños que mantiene, indicó, Jessica Chimal Popoca, miembro de unos de grupos pastorales de esta iglesia.
“Como pueden ustedes ver, todavía no está nuestro templo abierto, pues a nosotros nos gustaría que las personas correspondientes nos hicieron favor de apoyarnos para que se pudieran reabrir nuestros templos y así poder hacer nuestras celebraciones adentro.
"Se pueden dar cuenta, estamos haciendo la celebración aquí en la carpa, pero muchas veces es muy incómodo y hoy en tiempos de lluvia pues se ha inundado”, subrayó.
La carpa está ubicada en el atrio de la iglesia y es de color blanco, sostenida por 12 postes de metal y sujeta con gruesas cuerdas. Al interior hay bancas con múltiples plazas características de iglesias, sillas, focos y una especie de altar que simula al de las festividades religiosas.
La fe no es para tomarse a la ligera en Joquicingo, ya que de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de los 3 mil 592 hogares censados, 86.91 por ciento dijo ser católico, mientras que el resto dijeron ser protestantes, sin religión y solo uno de alguna escuela esotérica.
Para atender las advertencias de las autoridades y no interrumpir el culto, fue que instalaron la carpa de manera provisional, aunque ese periodo ya se extendió por lo menos cinco años.
“Aquí hacemos la misa de 1:00 de la tarde los domingos y en la capilla de la Virgen de Guadalupe hacemos la de 10:00... está el Señor del Huerto que su capilla también no le han hecho nada”, dijo María Gabriela Chino Salazar, también miembro de un grupo pastoral.
Recuerdan la tragedia
El 19 de septiembre de 2017 un sismo de 7.1 grados en la escala de Ritcher en los límites de Puebla y Morelos sacudió la zona centro de México. El fenómeno afectó seriamente una serie de inmuebles de tipo escolar, cultural y privado.
El movimiento ocurrió a días de que el gobernador, Alfredo Del Mazo Maza asumiera el cargo e incluso hizo que el entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto, acudiera hasta Joquicingo, en donde hizo la promesa de mantener los centros religiosos.
“Aquí lo que queremos hacer es preservar todos los templos porque son parte del patrimonio cultural, hay que ver que puedan preservarse, que se puedan apuntalar para que se tengan y se restauren”, señaló el 25 de septiembre de acuerdo con la videoteca de la Presidencia de la República.
En aquel entonces había niños o adolescentes que hoy son jóvenes o adultos y que recuerdan cómo sucedió la tragedia. Daniela, recién cumplió 18 años y rememoró las afectaciones. “En todas las calles se cayeron -casas-, incluyendo ésta del piso de arriba”, dijo mientras señaló un inmueble y refiere que “levantaron oficios para que vinieran a apoyar al pueblo”.
La historia de Noé es distinta, ya que él estaba al interior de casa de su abuela e incomunicado con sus padres. “Llegué de la escuela y ya iba a comprar algo en una tienda y se empezó a mover el mueble, pero pensé que había sido mi chamarra porque se atoró y pero no fue así, me dijo mi primo que estaba temblando y pues ya salimos corriendo”.
A cinco años admite que no todos pudieron recuperar sus inmuebles. “No ha cambiado tanto como la reconstrucción de unas casas, otras siguen igual están desechas igual, siguen ahorita como las iglesias, igual no las han reconstruido”.
De acuerdo con información de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), consultada del Programa Nacional de Reconsturcción, para este 2022 la dependencia federal destinará 21 millones 128 mil 486.19 en dos proyectos de tipo cultural para Joquicingo. El monto proviene del “Fideicomiso Fondo De Desastres Naturales” (Fonden) y de Aseguradoras; aunado a ello, el estatus de ambas obras está como “En Proceso”.
KVS