La diócesis de Tula está realizando por su cuenta un censo para apoyar a las familias que más necesitan apoyo tras el incendio en el ducto de Petróleos Mexicanos en la comunidad San Primitivo, en Tlahuelilpan.
Así lo señaló el obispo Juan Pedro Juárez Meléndez, titular de dicha diócesis, quien dijo que continúa la colecta económica para apoyar a las familias de las personas afectadas tras el incendio.
“Se sigue haciendo (la colecta), lo único que necesitamos es detectar a través de un censo, y ahorita todavía no tenemos los resultados, qué familias lo necesitan más”.
El prelado resaltó que es necesario “darles toda la ayuda, no debemos discriminar a nadie, pero cuando la ayuda no es suficiente aunque quisiéramos”.
Juárez Meléndez sostuvo que “es tan grande la necesidad de las personas que entonces hay que ver quiénes son los que más las necesitan y entonces hacer efectiva esa ayuda, pero sí se está apoyando”.
Afirmó que es necesario culminar es censo para conocer las necesidades específicas de las familias.
“Ahorita tenemos que terminar ese censo para que ya empecemos a ver de qué manera se hace llegar esa ayuda”.
Expuso que los encargados de realizar este censo son los párrocos y agentes de pastoral, entre otros miembros de la diócesis.
“Hablamos de los párrocos y de los agentes de pastoral, que son los que conocen a la gente; si hay algún otro censo oficial eso nos ayudaría, pero ahí no nos dice quien necesitaría más o menos”.
Resaltó que por ello es indispensable recurrir a figuras cercanas a la población.
“Cuando la gente se conoce entre ellos, tenemos esa ventaja, porque los agentes de pastoral, catequistas, de pláticas pre-sacramentales, de visiteo de enfermos, saben qué familia y qué situación tiene cada una, entonces están ayudando a hacer ese censo”.
Admitió sin embargo que no todas las familias afectadas proporcionan información para ese censo.
“También tenemos que decir que aun así hay datos que no conocemos porque mucha gente tampoco quiere dar sus datos, y justamente hay que respetar”.
En otro tema el obispo señaló que las misas de cuerpo presente no se han cobrado.
“Nadie le pidió nada a nadie, ese es un servicio a la comunidad y sobre todo en estas circunstancias”.
Precisó que “cuando hay algún sepelio, es una manera de cómo los fieles colaboran para que la iglesia pueda seguir evangelizando”.
Aseveró que en dichos casos, “toda esa ayuda se encauza a la evangelización y a las obras de caridad, pero en este caso tan especial no íbamos a estar pidiendo todavía con todo el dolor e la gente”.
Agregó: “otra cosa es la ofrenda que ellos dejan, eso ya es muy voluntario, pero va al mismo fondo de evangelización y de caridad que hace la iglesia, después de haber cubierto los gastos que implica toda la administración parroquial”.
El obispo de Tula indicó que en la misa que encabezó en el punto del incendio hace un par de semanas se “lanzó la idea de un memorial; aunque hay que ver cuáles son los costos de esto, tenemos primero dios once meses para ello, si es que esta idea en realidad puede hacerse, simplemente ese día fue una propuesta”.
El prelado expuso que se debe dejar constancia de las enseñanzas que dejó la tragedia.
“Lo cierto es que si tendríamos que dejar constancia desde la fe, de que esto sea algo que aunque ha afectado mucho a la comunidad, podamos sacar muchas enseñanzas; esa es la idea”.