José Carlos llegó a los 7 años al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) por presentar estenosis pulmonar, un bloqueo en el flujo sanguíneo interventricular que causa insuficiencia de la válvula aórtica.
Han pasado 11 años desde el diagnóstico de cardiopatía congénita y de haber pasado por terapia intensiva, situaciones complicadas debido a los diversos rechazos de las válvulas colocadas. Hoy el adolescente sigue bajo constante vigilancia médica, pero se encuentra en casa con una mejor calidad de vida.
La jefa del Servicio de Cardiopatías Congénitas del Hospital de Cardiología, del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, recordó que José Carlos llegó a la edad de 7 años por una malformación del sistema cardiovascular y, desde ese momento, un equipo multidisciplinario le ha brindado la atención especializada y el acompañamiento para llegar a la edad adulta y que tenga una vida plena.
“Pepe -como lo conocen en la unidad médica-, fue intervenido quirúrgicamente para cerrar el bloqueo de Comunicación Interventricular (CIV), se amplió el tracto de salida del ventrículo derecho y se hizo reconstrucción de la válvula aórtica. Debido a lo complicado de su salud estuvo en terapia intensiva bajo vigilancia varios días”, explicó.
Yáñez Gutiérrez detalló que a los días se detectó que la válvula aórtica no funcionaba bien y requirió colocación de prótesis. “En esta cirugía tuvo un infarto y condicionó un daño importante, así como dilatación del corazón”.
Luego de ser dado de alta del hospital, el entonces menor de edad llevó una vida normal bajo seguimiento médico en Consulta Externa, además de la realización de electrocardiogramas, ecocardiogramas y rayos X para su seguimiento.
Sin embargo, se presentaron diversas complicaciones en su salud y el equipo de especialistas del IMSS ha estado presente para atenderlo.
Pepe a los 15 años presentó dolor torácico, opresivo, asociado a dolor de cabeza y zumbido de oídos; al llegar a urgencias le tomaron un electrocardiograma y vieron que tenía arritmia ventricular grave.
A los 16 se le colocó un dispositivo de alta energía para desfibrilar en caso de nuevos eventos de arritmias. Un mes después de colocado, se abrió la herida y su cuerpo rechazó el material por lo que se tuvo que extraer.
Se le sometió, dijo, a un tratamiento con antibióticos y un mes se volvió a colocar el dispositivo, pero nuevamente se tuvo que retirar por presentar infección. Se optó por colocar un tercer mecanismo y nuevamente lo rechazó.
El equipo médico optó por otorgar fármacos y vigilar. A los 17 años tuvo arritmia ventricular grave por lo que el servicio de arritmias realizó procedimiento para intentar quitar directamente la arritmia, pero no fue posible.
La especialista del IMSS comentó que, por el daño miocárdico severo, se valoró la necesidad de un trasplante cardiaco o continuar con medicamentos, ya que se había deteriorado el funcionamiento del órgano y José Carlos presentaba síntomas de cansancio constante. No hubo necesita de trasplante, pero fue complejo el manejo.
Se volvieron a hacer estudios y el paciente fue analizado de forma conjunta por un equipo de cirugía, de cardiología intervencionista, el servicio de falla cardiaca y trasplante, servicio de arritmias, además de rayos X, laboratorio, rehabilitación y neumología, todos los involucrados en su atención.
En lo inmediato, José Carlos requirió una operación para cambiar la válvula que estaba maltratada y el 24 de enero fue intervenido con un equipo de más de 10 especialistas.
“Al pasar la etapa posquirúrgica, se vivió un momento muy grave por lo que se pensó trasplantarlo ante esa evolución.
“Esta válvula estaba nuevamente apretada, hubo que cambiarla por una nueva y reparar ese hoyito que quedaba, además de revisar una segunda válvula. Se hicieron tres procedimientos en una sola cirugía, considerando que como era reintervención, el riesgo quirúrgico es mucho más alto”, externó.
“Gracias a la intervención oportuna del equipo multidisciplinario del Servicio de Cardiopatías Congénitas del Hospital de Cardiología del CMN Siglo XXI del IMSS José Carlos salió de terapia intensiva, está en buenas condiciones, y se previno un trasplante cardiaco. Actualmente se encuentra en el programa de rehabilitación y es probable que en corto plazo se vaya a casa”, de acuerdo con la dependencia.
Casos como el de Pepe requieren atención médica por parte de varias disciplinas dentro de la cardiología. “Va a tener que venir a su consulta de cardiopatías congénitas, a su consulta de rehabilitación, a su consulta con electrofisiología y como tiene prótesis mecánica va a tener que usar medicamentos especiales que van a requerir el monitoreo en el hospital”.
Por su parte, José Carlos recordó que su madre le comentó que desde que era un recién comenzó a sospechar de algunas complicaciones en su corazón. Con la intervención médica del IMSS ha mejorado su salud y calidad de vida.
“Muchísimas gracias a todos los doctores, enfermeras y que se les agradece mucho todo lo que han hecho por mí, y que siempre estaré agradecido con ellos. Y siempre hay una luz al final del túnel que puedes vivir una vida normal si tú quieres. La luz de mi vida ha sido mi familia y el IMSS también, porque no me han dejado rendirme tan fácil y han estado ahí conmigo”, dijo.
LG