Roberto vive en un cuarto que renta en Mineral de la Reforma, “me piden 150 diarios, así que me levanto temprano para poder sacar ese dinero y tener para comer también”, dice, mientras llega a un crucero que se ubica antes del Hospital General de Pachuca, “así hago mis maromeras porque si me voy más allá, me cachan”, expresa tímido.
Él es menor de edad, proveniente de Veracruz, y aún no sabe hacia dónde lo llevará el destino, “mientras hay que sacar para comer diario, porque eso de tener hambre ¡está cabrón!”, expresa, mientras hace unas piruetas y logra ganar algunos pesos que le van ofreciendo algunos automovilistas que se detienen en el semáforo.
En 2019, en Hidalgo, se inició un protocolo de actuación e intervención interinstitucional denominado “Trabajo Infantil en Semáforos, Cruceros o lugares similares” que, desde su prueba piloto, se han realizado 229 intervenciones.
De esta situación habla Ivonne Montiel Ángeles, directora general del Trabajo y Previsión Social, quien informa que de enero a julio de 2021 se han realizado 47 intervenciones, situación que se ha mantenido en control debido al confinamiento por la emergencia sanitaria.
“En este momento no tenemos cifras de 2020, pero en este 2021 se han registrado 47 intervenciones de enero a julio, y es menor a 2019, en todo el periodo se han atendido 229 intervenciones, entonces insisto que con el desconfinamiento se vio más la presencia”, señaló.
Así como Roberto, por las calles de Pachuca y Mineral de la Reforma hay niños y adolescentes que pululan por la ciudad capital ofreciendo café de Puebla, “¡Está bien bueno!”, interviene siempre uno de ellos, quien ofrece a 50 pesos la bolsa del producto.
“Venimos a vender a Pachuca porque allá no hay para comer, tenemos que ayudar a nuestras familias a vivir”, dice uno de ellos que, por temor a seguir contestando, prefiere salir corriendo y perderse por las avenidas y calles de la Bella Airosa.
“También tenemos presencia de niños del estado de Puebla que vienen de la sierra para vender productos como el café, así como de otros municipios del estado, que ante la falta de trabajo pues ven estas actividades para llevarse de algún recurso”, explicó la especialista.
Hidalgo, paso para el norte
Montiel Ángeles señala que durante la activación de este protocolo han detectado casos de menores de edad y adultos que llegan a la capital con miras de llegar a Estados Unidos, “por lo que hemos hallado niños de estados como Oaxaca o Chiapas que también tienen como fin llegar a los campos agrícolas del norte e Hidalgo constituye un paso.
“En el caso de niños que vienen con familiares, la intervención nos marca hablar con ellos, concientizarlos de los riesgos en los que se está poniendo a los menores de edad que realizan esta actividad, y ver el por qué están realizando esta actividad y puedo compartir que en el caso de los niños de Puebla, en su mayoría deciden regresad a su lugar de origen”, explica.
Expuso, en este tema, que quienes van de tránsito hacia el norte del país “la mayoría de veces deciden retirarse y continuar su paso a su camino, pero ahí nuestra intervención es hacer la conciencia de la situación que implica estar en espacios públicos laborando, pero en eso sí, no se hace seguimiento”, expone.
Este protocolo se activa al detectar a menores de edad laborando en cruceros de semáforos, centrales de abasto o plazas públicas y consiste en tes etapas: la intervención de la Procuraduría de la defensa del Menor, la Comisión de Derechos Humanos del estado de Hidalgo (CDHEH) y elementos de seguridad, con el fin primero, de hacer conciencia en los adultos que acompañan a las y los menores respecto al trabajo infantil.
“Es un tema que por muchos años se hacían esfuerzos para hacerlo visible, en general el trabajo infantil, porque desafortunadamente veníamos de una tradición cultural en el que los niños trabajarán y no los veíamos mal, e incluso me refiero que muchos de nosotros venimos de las generaciones que de niños llegamos a trabajar sin percibir un salario, pero que nos ponían en riesgo en nuestro entorno familiar.
“Ahora se ha transitado para visualizarlo como un fenómeno que se debe ir erradicando y que debemos de tener la conciencia de que el trabajo infantil, ya sea en el seno familiar o fuera de éste, afecta a las y los niños, y más en la situación que vivimos que están expuestos a muchos peligros, hasta trata de personas que solo se presentó un caso, en años anteriores, y se inició con la carpeta de investigación”, dijo.
Continúa la labor
A pesar de la emergencia sanitaria, la cual ha disminuido el número de niñas y niños que trabajan en estos sitios, conforme fue avanzando la mejora del riesgo epidémico en el estado, “también las y los menores comenzaron a salir y comenzó de nuevo la presencia de los mismos, pero de inmediato se puso en acción el protocolo con la coordinación institucional que se podría decir que, finalmente, ninguna de las instituciones que participan han cesado en sus actividades y siempre hemos estado al pendiente de la presencia para la atención de ellos”, expuso.
Explicó que en el caso de personas que son de otra nacionalidad, “se da parte a migración para ver su legal estancia”, pero para continuar erradicando esta situación, llamó a la sociedad a que continúe denunciando en el 911.
“Hemos tenido participación de la gente que nos comparte la ubicación de las y los niños en vía pública, y un aliado fuerte ha sido la presencia de las cámaras que maneja el C5 que permite que realicen el monitoreo y la detección de los espacios donde encuentra a la población”, manifestó.
Finalmente, Montiel Ángeles explicó que este protocolo hasta el momento ha funcionado bien y no ha sufrido modificaciones, pero también expuso que es un instrumento que puede seguirse perfeccionando y “se puede adecuar a la realidad que vivimos”, por lo que señaló que es importante que continúe participando la sociedad para erradicar esta situación que sigue latente en la ciudad.