La inflación y los problemas económicos se traducirán en impactos negativos en la alimentación de los integrantes de una familia porque los productos con alto valor nutrimental se sustituirán por aquellos de menor valor y de menor precio.
Mar Estrada Jiménez, coordinadora de la Licenciatura en Economía y Finanzas de la Universidad Iberoamericana Puebla, destacó que, en medio de la crisis económica, se presentará una malnutrición que desencadenará un espiral de vulnerabilidades sociales, económicas y de salud.
“Cuando los productos se encarecen, en los hogares se reajustan las dietas: si antes se comía jamón, ahora se compra queso de puerco; si desayunábamos leche, hoy habrá refresco”, destacó la especialista.
Los factores macroeconómicos se traducen en efectos que la mayoría de los poblanos y, en general, los mexicanos lo están resintiendo, particularmente los de menores recursos y con mayores dificultades económicas.
“Si bien el año empezó con un aumento del 22 por ciento al salario mínimo, es decir, pasó de 141.70 a 172.87 pesos diarios, la subida en los precios de productos básicos nulifica los beneficios de percibir mayores ingresos”, expresó la investigadora.
Ante las complicaciones económicas, coordinadora de la Licenciatura en Economía y Finanzas de la Ibero Puebla resaltó la importancia de cuidar el bolsillo personal y familiar en tiempos de inestabilidad económica.
Estrada Jiménez llamó a planificar las compras y no hacer gastos innecesarios; utilizar créditos de manera inteligente; preparar alimentos en casa y limitar las comidas fuera, e implementar la cultura del ahorro en la medida de las posibilidades.
Para la investigadora de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita, la desaceleración era previsible y diversos actores advirtieron que el país se precipitaba a un periodo de inflación desde el inicio del sexenio del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
“La inercia negativa no ha encontrado alivio suficiente en la recuperación del cinco por ciento que tuvo el Producto Interno Bruto (PIB) en 2021. Esto se debe en buena parte a las cadenas de valor internacionales. El mercado global provoca que, si un eslabón falla, toda la producción de un producto se vea afectada. Esta desaceleración económica es producto de que la economía no se pudo recuperar de los cierres de actividades”, comentó.
Entre las decisiones tomadas por el Estado para evitar golpes más severos de la situación económica mundial, Estrada Jiménez reconoce la decisión de no adquirir una nueva deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), medida que ya ha generado debacles importantes en el pasado.
Ante la situación económica actual, la investigadora de la Ibero destacó que la administración actual debe impulsar mejoras en materia laboral y fiscal, con el objetivo de que la población cuente con alternativas para enfrentar la crisis.
“La recuperación de empleos se ha dado en condiciones de informalidad o legalidad precaria. Al mismo tiempo, es necesaria una mejora regulatoria porque los sistemas de contribución no benefician a empleadores potenciales y golpean el bolsillo del ciudadano común”, expresó.
CHM