Las mujeres cambiaron hábitos en las ciudades por el clima de inseguridad

Especial de Fin de Semana

Inegi: la actividad que más dejaron de hacer fue la de visitar a sus familiares, ya que en promedio 62.39 por ciento tomó esto como una medida de protección.

Un 35% también dejó de llevar consigo cosas de valor, detalla el estudio. (Archivo)
Mario C. Rodríguez
Toluca /

Derivado de la ola de violencia y la percepción de inseguridad que sufren las mujeres del Estado de México, optaron por dejar de visitar a sus parientes, caminar de noche, permitir que menores salgan de su vivienda y llevar cosas de valor, de acuerdo con la última entrega de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU).

En el estudio publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) con corte al tercer trimestre de este año, se dieron a conocer los cambios de hábitos de las mujeres vinculados con su percepción de seguridad y la mayoría de estos están relacionados a espacios públicos.

Se calificaron a los ocho municipios más poblados de la entidad que son Atizapán de Zaragoza, Chimalhuacán, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Naucalpan, Tlalnepantla y Toluca.

En este sentido, la actividad que más dejaron de hacer fue la de visitar a sus familiares, ya que en promedio 62.39 por ciento tomó esto como una medida de seguridad. En los entornos urbanos, 48.83 por ciento dejó de caminar en la noche; mientras que la tercera actividad que cesaron fue el permitir que menores salieran a jugar en las calles, con un 46.56 por ciento.

Además, 35.08 por ciento de las mujeres mexiquenses de esas entidades también dejaron de llevar consigo cosas de valor en sus desplazamientos.

Violencia en el transporte

Uno de los efectos más perceptibles en la ciudad es el peligro que se percibe al viajar en el transporte público. La necesidad de evaluar este sector se debe a que 52.82 por ciento de los desplazamientos ejecutados en el Estado de México es realizado por mujeres, de acuerdo con la Encuesta Origen Destino.

Al respecto, Rocío Álvarez Miranda, coordinadora de la Unidad de Equidad de Género de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), precisó que hay un fenómeno que está presente prácticamente en toda la entidad mexiquense y no solo vulnera a las víctimas, sino que también atenta en contra de su derecho a la movilidad.

“Primero, hay una perspectiva simbólica importante que denotan las violencias que se generan en contra de las mujeres, no solo son violencias que van dirigidas a hacer daño corporal, no a las mujeres, son violencias que impiden derecho. En este caso estamos viendo el atentado contra un derecho a la movilidad de las mujeres”.

Enlistó que la falta de seguridad y vigilancia, así como la implementación de protocolos en caso de abuso en el transporte son prácticamente inexistentes, hacen que el sistema público tenga “puntos ciegos” que propician que sean víctimas de distintos tipos de violencia.

“Los principales sucesos que ocurren dentro del transporte público tienen que ver con violencia sexual, acoso, que es una de los conductas más importantes en materia de violencia contra las mujeres, pero también han sido móviles sobre todo de tránsito para secuestros y violaciones, incluso feminicidios, muchos móviles de feminicidio inician con un secuestro en el transporte público”, sostuvo.

La especialista reconoció que la Secretaría de Movilidad estatal (Semov) realiza esfuerzos importantes por hacer protocolos y operativos en el transporte, pero no han sido suficientes, “para atender ni los horarios en que lo utilizan, ni los lugares de tránsito estratégicos que pueden ser focos de riesgo, ni la regularización del transporte público”.

MMCF

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