En la seguridad de que la Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación, que está vigente desde 2002, determinará el desarrollo científico y tecnológico de los próximo 35 años, es trascendental que se tomen en cuenta las voces de las y los investigadores que conforman al sector, situación que no se está dando ante la presentación de una propuesta de modificación que podría ser votada en septiembre próximo.
Así lo señalan los investigadores, Tonatiuh Matos Chassin (Presidente de la Sociedad Mexicana de Física), y Alejandro Ayala Mercado (investigador del Departamento de Física de Altas Energías del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM), quienes tras enterarse de que la propuesta entregada para ser votada elimina los fideicomisos públicos por razones de austeridad, lo que afectaría el trabajo de investigación que realizan la mayoría de ellos, de forma voluntaria.
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“Nos preocupa a la sociedad científica que no nos hayan invitado a los foros, a participar en la propuesta porque todas y todos tienen algo qué decir y tienen una opinión, porque nosotros tenemos propuestas porque la sociedad científica fue conformada, desde sus inicios, por asociaciones civiles, por lo que nos gustaría seguir con esa vocación, y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) había apoyado, pero desde el año pasado hizo modificaciones arbitrarias que nos afectó".
“Los presupuestos con los que contamos son paupérrimos no podemos funcionar así y si esta política continúa, ya no podemos seguir con la actividad por las que fuimos creadas, porque para el estado, financiar a la sociedad es barato porque dentro de la comunidad nadie cobra, trabajamos de forma altruista y voluntaria, pero sobre todo con gusto”, indicó Matos Chassin.
Debido a que esta propuesta que será presentada a la cámara de senadores fue realizada de “forma secreta”, hay una suposición dentro de la comunidad que fue realizada por el Conacyt, por lo que desean que dentro de la propuesta se respeten los recursos asignados y que se requieren para continuar con la investigación.
“Ya no queremos estar a expensas de caprichos sexenales, que esta en la Ley y que las asociaciones puedan realizar sus actividades rutinarias, lo que ayudará a la ciencia y tecnología del país”, explicó el investigador.
Por su parte, Ayala Mercado, señaló que el incluir las opiniones y puntos de vista de quienes hacen investigación científica, también se pediría que las asociaciones se conviertan en órganos de consulta ante problemas nacionales que tienen que ver con la ciencia y la tecnología.
“Es por ello que tratamos de empujar que esta nueva Ley de Ciencia reconozca el papel de las asociaciones científicas, como se hacen en otras partes del mundo, pero por su características las asociaciones parecen estar marginadas, por lo que queremos participar y tener palabra para esta ley para que sean tomadas en cuenta”, expuso.
Desean que esta Ley reoriente las políticas públicas para cumplir el mandato constitucional que reconoce el derecho humano al conocimiento científico y al desarrollo tecnológico, por lo que se requiere revisar con objetividad los principios sobre los que se está construyendo el sistema, así como sus logros históricos.