11 años juntas y dos hijos: ser familia homoparental

“Irma” y “Dina” son una de las tantas parejas homosexuales en Guadalajara con hijos, y que son discriminadas por algunos no solo por estar juntas, sino por criar a dos niños entre ellas

Se debe empezar a trabajar con el respeto, consideran (Milenio)
Teresa Sánchez Vilches
Guadalajara /

Hace más de 20 años “Irma” se casó con “Joaquín”. Tuvieron dos hijos. La vida los llevó a romper su historia: se separaron y él se fue. “Joaquín” jamás se hizo cargo de los niños. No más amor, no más sustento.

Pasaron casi dos lustros. Un día “Irma” conoció a “Dina”. Se interesó en ella desde el primer momento. Cuentan que la buscaba todos los días y con cualquier pretexto. Como alguien que comienza a enamorarse.

Una vez amó a un hombre con quien tuvo dos niños, otra vez a una mujer con quien los crió. Primero formó una familia tradicional, después una familia homoparental.

Hoy, 17 de mayo, se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.

Es 2019 y en Guadalajara y sus alrededores hay infinidad de personas que discriminan a otros por sus preferencias sexuales. En este caso “Irma” y “Dina” tienen un agravante: son una pareja homosexual con hijos.

Llevan 11 años juntas. Ahora sus hijos son dos chicos de 20 y 14 años. Cuando se conocieron tenían 9 y 3.

A “Dina”, quien desde su adolescencia es una lesbiana abierta y sin tapujos, su círculo de amigos más cercanos, muchos de ellos homosexuales, comenzaron a criticarla cuando se emparejó con “Irma”. No concebían dos cosas: que durara tanto tiempo en una relación y que se hiciera cargo de unos niños que no eran de ella.

Desde ese entonces, “Dina” fue perdiendo amistades. Ella piensa que si fuera hombre no la criticarían igual: “Cuando un hombre formaliza con una mujer que ya tiene hijos lo ven como un santo, es admirado, es el héroe, pero a mí me ven muy mal. Como si se estuvieran aprovechando de mí. No entienden cómo yo puedo querer y cuidar a estos niños”. Si un día se separara de “Irma”, “Dina” seguiría viendo a sus hijos.

En todos estos años se han repartido las tareas de la crianza. Ambas van por ellos a la escuela, los cuidan cuando se enferman, los regañan, los castigan, les dan consejos y los mantienen. Como cualquier pareja de padres.

“Yo no creo que los hijos de parejas homosexuales tengan conflictos por el simple hecho de conformar una familia diferente. Nos ha costado trabajo. No ha sido sencillo. Creo que si ya no tuviéramos hijos ya nos hubiéramos mandado a la fregada (risas), como cualquiera. Pero también creo que nosotros somos una pareja que trabajamos mucho por el bienestar de ellos. Estamos al pendiente de todo. O al menos de todo lo que está en nuestras manos”, explica “Irma”.

“Los acompañamos en todo. Y creo que puede haber una pareja heterosexual que no atienda bien a sus hijos y ahí hay muchos riesgos. Nos ha funcionado mucho la honestidad, primero con nosotras y el compromiso, a pesar de no tener un matrimonio. Pero más que nada hemos normalizado las cosas. Nosotros somos familia y somos familia y no tenemos por qué darle explicaciones a nadie de por qué lo hacemos y nos comportamos como una familia”, agregó “Dina”.

“Irma” y “Dina” recordaron que hace años llevaban a uno de sus hijos a una escuela en la que parecía que los padres de los demás chicos eran de mentalidad abierta. Sin embargo, fue ahí donde en las convivencias y reuniones se sintieron relegadas por las demás mamás. No les dirigían la palabra.

La experiencia de constituir una pareja homosexual con hijos ha sido un reto en todos los sentidos: “Es súper pesado el que la gente siempre tenga que estar juzgando. Es todavía una debilidad social. Nosotros lo hemos llevado bien, pero porque le hemos puesto todos los kilos. Creo que la pareja como nosotras tiene que estar muy fuerte para poder avanzar y no estarse atorando con cada barrera con la que se vayan enfrentando. No creo que haya mucha diferencia en los problemas de una pareja homo y una hetero. Creo que los problemas son muy similares. Se enfrentan a crisis económicas, a problemas personales que se trabajan cada una y a la par, pero son las problemáticas de una pareja heterosexual”.

En tanto, “Dina” piensa que los tiempos actuales son interesantes: “Las generaciones traen ondas radicales en los dos extremos. Creo que ahí hay un punto de peligrosidad, pero también hay mayor conciencia, hay mayor apertura y creo que se están moviendo todavía esas cosas de que todo lo tienes que hacer con pasión, con amor, con respeto. Yo esperaría que se empiece a trabajar con esa parte del respeto y que a las nuevas generaciones le sea todo más fácil”.

Opinan los expertos sobre las familias homoparentales

César Antonio Pérez Verónica Director del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad)
 “La sociedad conservadora de Jalisco tiene un peso específico, no reconoce otro tipo de familias que no sea papá, mamá e hijo. Lo que necesitamos es que el estado asuma su obligación de promover derechos. Uno es el derecho a la igualdad y a la no discriminación. Si se le regatea a los derechos, vamos a ver que nos vamos a tardar muchísimos años en romper esa barrera de la estigmatización y la discriminación. Todavía nos parece increíble y rechazamos a las personas del mismo sexo que van caminando por las calles. En esto la iglesia es un factor determinante. En lugar de cambiar sus conceptos los siguen arraigando y los siguen fortaleciendo en una sociedad fuertemente católica. Todos los niños y las niñas que están en espera de adopción tienen derecho a una familia, pero si el estado inculca que la familia es papá, mamá e hijos, entonces sí va a ser muy difícil que las parejas del mismo sexo tengan el acceso a gozar de su derecho a formar una familia”. 
 Claudia Estrada Carreón Académica del departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos del ITESO 
 “Legalmente, la familia es una institución de orden público e interés social que se conforma por un conjunto de personas unidas por un vínculo jurídico, ya sea en matrimonio, concubinato, unión de hecho o parentesco consanguíneo; por afinidad o el parentesco civil. Una pareja, ya sea hombre y mujer, o personas del mismo sexo, conforman una familia. El fin de una familia no es la procreación, los fines de la familia, en este caso es que realicen una comunidad de vida, que haya una afectividad, una solidaridad, una ayuda mutua, que vivan de una manera estable de manera duradera, para que se pueda considerar como una familia. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) reconoce lo que es la familia monoparental, la formada por uno de los padres y sus hijos; la familia nuclear, compuesta por el padre, la madre y sus descendientes; la familia extensa, constituida por los padres, sus hijos y demás parientes consanguíneos en línea recta; y también reconoce a la familia homoparental, que es aquella que se une por personas del mismo sexo”. 
 María Luisa González 
Psicoanalista 
 “Es un tema complicado, delicado, y forma parte de las nuevas realidades que han comenzado a aparecer. En los hijos criados por mamás solamente hay una especie de añoranza por el padre ausente. El que un niño crezca en una pareja homosexual lo pone en una particularidad de desarrollo y hay que ver cómo se solventa. Hay que poner mucho más ojo en eso que en que si se es homosexual o no. En que haya un deseo genuino de tener hijo como un espacio para la alteridad. Las cosas se complican cuando a un hijo no se le toma como un ser separado. Lo dañino no está en si son una pareja heterosexual o una pareja homosexual, lo tóxico para un niño en una familia es que no haya orden, que no haya estabilidad, que no haya respeto, que no sea tomado como un ser separado, que se vulnere su integridad física o psíquica, ahí sí el niño está en riesgo. No tiene que ver con que sus papás sean homosexuales o heterosexuales, tiene un resultado diferente, eso es innegable, pero no de cualidad”.


SRN

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