Cada vez que nos bañamos nos sentimos limpios y renovados. Utilizamos los productos necesarios para tener un cabello brilloso y abundante, una piel fresca y clara, un rostro radiante y sin impurezas. Difícilmente nos preguntamos realmente qué tan bondadosos son el shampoo, la crema, el desodorante o la pasta de dientes con nuestro cuerpo, el agua y en general con el medio ambiente.
Hoy los jabones artesanales se han convertido en una alternativa para quienes desean cuidar de sí de pies a cabeza, sin embargo, muchos siguen siendo igual de dañinos porque tienen químicos contaminantes, tal y como el resto de los productos que generan las grandes empresas. “Todo el mundo decide utilizarlos, pero siguen teniendo químicos o empaques plásticos, y solo hacen greenwashing y no son productos completamente verdes”, refiere Karime Guillen Libien.
Ante esta realidad, la fundadora y CEO de Rearvora, se ha dado a la tarea de crear jabones artesanales a base de residuos orgánicos y con prácticas ancestrales que cuenta con fundamentos científicos e innovación. Su modelo de negocio circular le permite utilizar residuos orgánicos, provenientes de hoteles y restaurantes, como cascaras de pepino, naranja, limón, papaya, piña, florales, y cereales como el café y la avena.
“La economía circular impulsa el tema del reciclaje porque solo 10 por ciento de lo que se puede reciclar, realmente se vuelve a utilizar, es decir, permite crear segundas oportunidades para generar nuevos productos con la misma materia. Lamentablemente, mucha gente no los consume porque está acostumbra a las marcas y por más que les cueste, no quieren dejarlas”, detalla la embajadora y activista internacional de redes como Global Shapers CDMX, One Young World, y YOUNGO.
Una vez que los tienen, pasan por un proceso de lavado, esterilización, extracción del aroma y colorante para obtener al menos 20 por ciento de la forma más natural de los residuos, pues de acuerdo con la licenciada en Biotecnología, cuentan con componentes o principios activos como el ácido hialurónico en el caso del cascaron de huevo, que sirve muy bien para el shampoo sólido, la crema corporal y el exfoliante porque no hay necesidad de agregarle algún químico.
“Por el momento solo utilizo entre 10 y 20 por ciento de los residuos orgánicos, pero lo ideal es ocupar 80 por ciento de ellos, desde principios activos, componentes, aroma, colorante, entre otros, para que al final el desperdicio sea mínimo. Eso es algo que lograré en el largo plazo”, dijo.
Proceso de elaboración
Entre la recolección, el lavado, deshidratado y transformar los residuos tarda entre tres y cuatro días. Primero, los lava con poca agua si es necesario, después los pone en un deshidratador solar entre uno y dos días, sino secaron por completo los pasa a un deshidratador industrial. El café no requiere tratamiento, solo debe secar. “En el caso del plátano, no importa que se haga negro porque lo que ocupo son las fibras para hacer estropajos”.
Una vez secos, los tritura. Cuando están listos los mezcla a baño maría con ácido cítrico, fécula de maíz, cera de candelilla, vitamina E, agua de rosas, aceites esenciales, esencias, colorantes naturales, entre otros, elementos para unificarlos.
Posteriormente, pone la mezcla en moldes que coloca en el refrigerador o los deja a secar a temperatura ambiente. Una vez listos les pone el sello de la marca, los cura y empaqueta con papel semilla.
Productos convencionales
En promedio diariamente cada persona utiliza de 10 a 15 productos de cuidado personal, los cuales pueden generar enfermedades como el cáncer en la piel y problemas hormonales; además de contaminar el agua al contribuir a la producción masiva de algas o sargazo, y envases plásticos. Entre los más nocivos están el desodorante y el shampoo por el cloruro que contienen.
A la semana una persona genera 4.4 kilogramos de residuos orgánicos, que a los 75 años equivaldrán a 20 toneladas o 10 albercas olímpicas. Por ello, con la reutilización de los residuos orgánicos el impacto de la huella hídrica es menor.
Con 25 años y originaria de Toluca, Karime ha logrado crear jabones, shampoo, acondicionadores, cremas corporales y faciales, bloqueadores, desodorantes en barra y pasta de dientes. Para un jabón de 100 gramos, por ejemplo, utiliza medio kilo de limones exprimidos y media bolsa de cascara de pepino.
Los precios dependen del gramaje, aunque son muy competitivo comparado con los de la industria artesanal, pues uno de sus jabones de 100 gramos oscila entre 80 pesos, mientras que los de otras marcas están en 250 pesos. Si bien hay otros que cuestan 45 pesos, todavía tienen algunos químicos, empaques o bolsas plásticas, mientras el suyo se envuelve en papel semilla.
Para sus productos líquidos usa embaces de vidrio y pueden ser refiliados, es decir, si un cliente lo trae se lo puede volver a llenar y el producto le cuesta un poquito menos. “Es aquí cuando decimos que el proceso es verde y circular”.
Busca inversionistas
A la fecha produce sobre pedido y para el lanzamiento de su marca, el pasado 6 de febrero, realizó 150 jabones, 30 desodorantes, 50 cremas corporales, y 50 shampoo sólidos, ya que su objetivo es que sus artículos estén lo más fresco posible para una mejor experiencia. Sin embargo, para sus pedidos en los hoteles con los que ya trabaja requiere al menos 100 kits al mes y para eso requiere de personal e inversionistas para tener más capital.
“Busco inversionistas para aumentar la producción y cubrir las necesidades de aquellos hoteles que están interesados pues demandan una capacidad mínima de 2 mil a 5 mil productos. Estoy sola en la producción, marketing, finanzas y no tengo un equipo completo, estoy armando precios y buscando personas que me ayuden a producir, manejar redes, entre otras cuestiones”, declaró.
Hoy ha logrado consolidar su producto gracias a Posible de Fundación Televisa y a un financiamiento que obtuvo en el concurso Jóvenes Emprendedores e Innovadores 2023 del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (Comecyt), sin embargo, desde agosto pasado tiene el equipo, instrumentos, materiales y químicos en la bodega de su casa.
Sus mejores aliados para comercializar sus jabones han sido el e-commers y las redes sociales, gente conocida, así como los eventos y sus clientes (hoteles, restaurantes y un hospital). Por su calidad en breve colaborará con Walmart, a quien le recolectará sus residuos orgánicos para transformarlos, y con Audi, quien también le comprará kits.
Su meta es exportar pues tras obtener una beca en el programa Rising Leader of México by Watson Institute 2023, que es una aceleradora de empresas en Estados Unidos, hay personas interesadas en hacer shipping a México.
A futuro su meta es contar con centros de acopio y recolección de los residuos de los hoteles en zonas, donde haya gente con necesidades como en Xochimilco o Mérida, Yucatán, para que los transformen, vendan los kits, generen un ingreso y un trabajo digno.
Urge mayor conciencia
Ante la mercadotecnia, los precios y los productos de moda, así como por los productos tradicionales, es decir, aquellos que la familia ha utilizado en los últimos años porque les funciona -asegura- es difícil convencer a las personas a usar algo nuevo. Lamentablemente las marcas no dan a conocer el impacto ambiental que están generando para no perder clientes.
“Hasta que la gente entienda los impactos negativos a la salud y el medio ambiente es como harán los cambios, por ello hay que generar conciencia, normas y legislaciones que exija dejar de consumirlos. Los jabones artesanales son un avance, quizás no por el empaque, pero ahora solo falta que sean productos realmente verdes”, declaró.
¿Quién es Karime Guillen?
A los 22 años cofundó Biovatec de la mano de su profesora de química del 3er semestre de la licenciatura en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), una empresa de biotecnología ambiental enfocada al desarrollo de proyectos y servicios innovadores sostenibles para problemáticas ambientales globales con el fin de otorgar beneficios sociales, económicos y ambientales.
En 2021 ganó el Premio Estatal de la Juventud gracias al proyecto NOPLASTIC, un biomaterial hecho a partir de residuos de nopal y agroindustriales, que busca sustituir el plástico sintético de un solo uso.
Gracias a esto fue aceptada en Global Shapers Community, iniciativa del Foro Económico Mundial, que busca que los jóvenes impacten en sus comunidades. Poco a poco se fue involucrado en temas de medio ambiente, mujeres y ciencia.
Fue la primera mujer de América en obtener el AUDI HACKATON en Movilidad Sustentable y Economía Circular 2022 con un equipo conformado por jóvenes de España, Alemania, Londres y Siria. Cuando acude a Europa para recibir el premio nuevamente fue seleccionada por el FlagBearer Mexico One Young World Manchester 2022, donde portó la bandera de México.
El año pasado obtuvo el Rising Star México Women That Build Globant Awards dirigido a mujeres talentosas empezando una carrera en tecnología, emprendedoras, fundadoras/cofundadoras de una startup o negocio relacionado con STEAM.
PNMO