Maria del Refugio Ramírez lleva tres años esperando la justicia, pero no llega. El pasado 2 de enero del 2019, su esposo José Ascencio Padilla intentó asesinarla en su propia casa tras sostener una discusión. Tomó una retrocarga y comenzó a dispararle.
“El primer disparo me la da en mi pierna izquierda, el segundo me lo da como a la altura del abdomen, pero yo metí mi mano del cual me traspaso mi brazo a la altura del codo y me perforó mi vaso sanguíneo, me fracturó costillas”, dijo María del Refugio Ramírez.
Entre gritos y lágrimas de dolor le suplicó que ya no le dispara, uno de sus hijos alcanzó a auxiliarla, la levantó del piso, la subió a la camioneta y posteriormente fue trasladada para recibir atención médica.
Mientras su hijo intentaba salvarle la vida a su madre que se debatía entre la vida y la muerte, su esposo huyó.
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Jose Ascencio estuvo prófugo de la justicia durante un año, tras ser detenido estuvo únicamente dos meses en la penal y posteriormente le dieron arraigo domiciliario porque las autoridades determinarán que por su edad y enfermedad no podía continuar preso.
Por si fuera poco no tomaron su denuncia como tentativa de feminicidio.
“Le dieron a él arraigo domiciliario y ya de ahí me hablaron un día de la sexta sala penal y de ahí qué eran dos mujeres las que tenían mi caso y un hombre, los magistrados pues ya dieron la resolución que la denuncia por tentativa de feminicidio solo había pasado a lesiones calificadas únicamente”, comentó Ramírez.
Maria del Refugio consideró que si en su caso han existido muchas irregularidades que no le han permitido acceder a la justicia pese a ser la víctima es porque su esposo ha sobornado a las autoridades.
“Pues si compró a mucha gente porque en el instituto de la mujer se escuchó decir que al juez Mario Burgos se le había dado una cantidad de dinero para que le diera la resolución de arraigo domiciliario y ya de ahí en la sexta sala penal le dan un regalo más dónde lo premian porque el delito de tentativa de feminicidio se lo bajaron a lesiones calificadas únicamente”, mencionó.
Al borde del llanto se dijo sentirse desprotegida, ni siquiera las instituciones encargadas de velar por la seguridad de las mujeres le han garantizado su protección.
Entre las secuelas que le quedaron tras la agresión perdió la movilidad de su mano izquierda. Lleva cinco cirugías y varios clavos en su mano.
Maria del Refugio Ramírez hace responsable a José Ascencio Padilla de cualquier cosa que le pueda suceder a ella o a su familia.
“Se siente uno desprotegido, no tienes yo no tenía los medios para tomar una defensa particular, yo creí que de verdad se me iba a hacer justicia sin tener que tomar a un abogado particular, a donde acudes hay un lugar a donde acudir realmente donde se te ve escuchar”, señaló.
JMH