Hace 5 años Jairo Dueñas fue diagnosticado con insuficiencia renal y hace tres años sus riñones dejaron de funcionar por completo, debido a las complicaciones que le ha traído y a los procesos lentos en las instituciones de salud del gobierno, él y su familia piden a la ciudadanía ayuda para concretar un trasplante de riñón.
Desde entonces, debe hacerse el mismo, diálisis peritoneal cada cuatro horas y a través de un catéter conectado a sus vías urinarias, saca las toxinas y líquidos que su cuerpo no puede eliminar de manera normal.
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Las decenas de cajas de cartón de su sala están llenas de mangueras y bolsas con solución de diálisis peritoneal que lo ayudan a realizar dicha actividad de supervivencia. La insuficiencia renal ha cambiado su vida de manera drástica.
“Yo solía practicar deporte, fútbol. Iba a trabajar, salía con mi esposa. Actualmente no puedo durar más de una hora en la calle por mis diálisis y en segunda, el agotamiento es terrible”, declaró.
María de los Ángeles es esposa de Jairo, lo ha apoyado y acompañado en el martirio que ha implicado la enfermedad. Con el amor que profesa a su esposo decidió donarle un riñón y a principios de 2020 ya habían terminado el protocolo de trasplante, pero se interpuso la pandemia.
“Pero desafortunadamente pasó lo de la pandemia y el Instituto Mexicano del Seguro Social me habló y me dijo que por cuestiones de contingencia no podían realizar mi estudio y se tenía que posponer. Primero lo pospusieron hasta junio y cuando me comuniqué me dijeron que lo más seguro es que tu protocolo tenga que volver a empezar pero hasta el otro año”, dijo.
Ha pasado casi un año y Jairo aún no tiene fecha para iniciar de nuevo el protocolo de trasplante en el IMSS, además, debe lidiar con el desabasto de Nifedipino de 30 miligramos y Losartan, medicamento necesario para controlar la hipertensión que provoca la enfermedad renal.
La salud de Jairo se deteriora cada vez más.
“Él se convulsiona. Su cansancio es mucho, va aquí en frente y ya se cansa. A veces no quiere comer. Su estado de ánimo es muy triste, se pone a llorar. Lo amo y quiero verlo bien”, expresó María su esposa.
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La pareja sabe que no pueden esperar más tiempo a que el IMSS les dé luz verde para iniciar el protocolo de trasplante otra vez, así que lo harán en un hospital privado pero el costo oscila entre los 400 mil y 500 mil pesos y la familia no puede costearlo por lo que solicitan el apoyo de la ciudadanía.
Si usted desea apoyar a Jairo a tener una vida normal otra vez, puede donar a la cuenta bancaria Santander: 5579 0701 0966 0046 a nombre de María de los Ángeles Bañuelos Zambrano.
MC