Como una forma de tortura calificó Claudia Salas, diputada local electa de Movimiento Ciudadano, a las terapias de conversión, una práctica que se ha buscado prohibir en Jalisco desde 2019, cuando el legislador de Movimiento Ciudadano, Salvador Caro, presentó la iniciativa, pero que desde entonces no ha podido ser aprobada.
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En la próxima legislatura, con una mayoría femenina y del partido naranja, buscarán retomarla. Los métodos para “corregir la orientación sexual” no son aceptados por las ciencias de la salud, por lo que Salas espera que esta iniciativa forme parte de la agenda y aseguró que no será la única que ponga la propuesta sobre la mesa.
Dolores López Jara, diputada electa del partido naranja para la siguiente Legislatura, coincidió en que parte de la formación del trabajo que han realizado “tiene que ver con la igualdad, los derechos humanos y la prevención de violencias, entonces creo que sí estamos en la misma sintonía en cuanto a retomar y tener una agenda muy clara de los derechos humanos, y que tiene que ver con la diversidad y la inclusión”.
Como sobreviviente se denomina una persona que pasó por un centro de Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género (ECOSIG) –como también se les conoce a las terapias de conversión-, “fue muy traumático, algo que me dejó secuelas a largo plazo y que aún hoy estoy sanando; hay un abuso psicológico, emocional, un abuso familiar por parte de los ‘terapeutas’ porque te incluyen a ti y a todo tu círculo cercano”.
De aprobarse el paquete de reformas al Código Penal, Jalisco sería la tercera entidad en prohibirlas, luego de que se haya legislado en el Estado de México y la Ciudad de México. La iniciativa de Caro Cabrera establece una pena de uno a tres años de prisión e inhabilitación de su ejercicio profesional a quien imparta, promueva, aplique y obligue a otra persona a asistir a una ECOSIG.
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Entre los castigos que reciben las víctimas se encuentran baños con agua fría, violaciones correctivas, medicamentos, sustancias psicotrópicas, presuntos exorcismos o son obligados a participar en retiros. “Podía asistir de una a tres veces por semana tanto el terapeuta lo indicara”, recordó.
Durante casi cuatro años no faltó a ninguna. Comenzó cuando apenas era un adolescente, y desde entonces le decían que su orientación e identidad es una conducta aprendida y provocada por experiencias en la niñez: “También te dicen que sientes esa atracción porque tú quieres ser como esa persona y no hace mucho sentido lo que te dicen ahí, pero comienzas a creerte las cosas”.
“Lo que viví me motivó a decir ‘nadie más tendría que pasar por lo que yo pasé’ y eso ya no es por mí porque ya lo viví, aprendí, crecí... sino por las futuras generaciones”, manifestó el ahora activista enfocado en que se prohíban estas prácticas a nivel estatal, pues Jalisco es una de las entidades donde más hay este tipo de centros, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que las terapias pueden ocasionar depresión, ansiedad, consumo de sustancias y hasta la muerte y no deben seguir operando.
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Más que legislar Aunque no demerita la importancia de aprobar la iniciativa, el director de Diversidad Sexual de Jalisco, Andrés Treviño, considera que no es la única solución, pues debe ir acompañada de otras acciones encaminadas a la erradicación de los ECOSIG que no sean del tipo penal.
“Muchas de las víctimas no van a querer procesar realmente a sus papás o madres, y muchas veces más allá de quien imparte la terapia también hay una responsabilidad de la familia. Para la víctima de ECOSIG el contexto en el que se encuentra, por lo general, es de mucha ansiedad, de mucha presión, de mucho estrés, y eso puede complicar que, tal cual, solo aprobar la ley, sea la solución”, señaló.
Treviño aseguró que con el tiempo se han transformado las formas y los espacios en los que tradicionalmente se daban estas terapias, y ahora se ofrecen hasta en centros de rehabilitación por adicciones, “también rehabilitan la homosexualidad porque la consideran igual que ser adicto a una sustancia o incluso que haber cometido un delito de alto impacto, y esas terapias de regresión buscan resetear tu mente”.
De 2018 a la fecha, la Dirección de Diversidad Sexual de Jalisco ha acompañado a seis víctimas de ECOSIG; la mayoría de los casos se registraron en 2020 y 2021.
MC