Por su función empresarial en pro de los trabajadores, el Congreso del Estado otorgó un reconocimiento al propietario de Dulces de la Rosa, Enrique Michel Velasco.
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"Sabemos que no hay nada más importante que respetar y garantizar los derechos del trabajador. Apoyar en suma todo lo que signifique mejor vida para él y su familia", dijo Enrique Michel
Don Enrique es la segunda generación de Dulces de la Rosa, empresa 100% tapatía, fundada en 1942 por su padre Jesús Michel González. Actualmente tienen presencia en todo México y exportan a Estados Unidos, Canadá, Europa y Medio Oriente.
En su discurso, reconoció que el crecimiento de Dulces de la Rosa se debe primordialmente al esfuerzo y dedicación de sus trabajadores.
"No hay progreso sin esfuerzo conjunto y que es imposible conseguirlo sin el apoyo de todos nuestros colaboradores, a ellos sin duda corresponde el mérito y de ahí que vivamos convencidos que cualquier empresa tendrá futuro a base de la laboriosidad, superación constante", dijo
Enfatizó, que su convicción es dar la debida importancia a imprimir un sello humano a la tarea productiva, facilitar la convivencia del día con día y crear el ambiente propicio para el desarrollo pleno de los colaboradores.
"La inversión en el bienestar de los trabajadores es real, efectiva y es incluso la más decisiva. Cuando solamente se lucra con la pobreza al final es perdida porque hasta el dinero pierde su valor. Cuando una sociedad carece de garantías y de medios justos de supervivencia", aseguró.
Con orgullo compartió que las buenas condiciones laborales han propiciado que sea casi nula la rotación de personal en la fábrica y presumió que más de 50 de sus colaboradores tienen 40 años laborando para Dulces de la Rosa.
MC