Trabajo infantil en Jalisco podría aumentar derivado de la pandemia

Esto debido a que la crisis económica derivada de la emergencia sanitaria en México y en Jalisco ha provocado un aumento en la pobreza, señala un especialista.

Trabajo infantil podría aumentar derivado de la pandemia. (María Ramírez)
María Ramírez
Guadalajara /

Entre los estragos que podría dejar la pandemia del coronavirus en Jalisco está el incremento de niñas, niños y adolescentes que incursionan en el mundo laboral. Esto debido a que la crisis económica derivada de la emergencia sanitaria en México y en Jalisco ha provocado un aumento en la pobreza, y según la Organización Internacional del Trabajo, por cada punto porcentual que ésta incrementa, el trabajo infantil crece 0.7% en algunos países.

“Para vivir mejor, aunque [hay] necesidades reales y necesidades creadas, necesariamente se tienen que involucrar las personas de la familia, y entonces ahí se incluyen las niñas y los niños y adolescentes”, señala Ricardo Fletes Corona, especialista en desarrollo social e investigador de la Universidad de Guadalajara.

Según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2019, en Jalisco hay 1.8 millones de personas de entre cinco y 17 años. Y de ellas, 181 mil 521 realizan alguna actividad laboral, es decir, uno de cada 10 menores.

Luis Edson Guzmán Ferreiro, joven estudiante de 14 años que cursa el segundo año de secundaria, comenzó a trabajar a los 10 años en la tienda de su abuelita acomodando productos en el refrigerador. Apenas hace un mes se incorporó como repartidor de envíos exclusivamente en la colonia Independencia de Guadalajara. Suele trasladarse en su bicicleta y dice no tener horario, su sueldo depende de los paquetes que entrega y por cada uno le pagan cinco pesos. Para él, entrar al mundo laboral es un paso importante de los demás que está por dar.

“[Es] para comprarme lo que yo quiero y ayudar a mis papás, para que no se preocupen tanto de que no me falte ropa o algo así, y eso yo ya lo quiero hacer por mi parte para que mis papás no se preocupen tanto por mí”, dice.

Ya en el primer cuadro del centro histórico de la Perla Tapatía es notorio el número de niños que salen a trabajar, algunos cantan o venden dulces. Entre ellos está Emiliano, que desde los 10 años comenzó a aportar dinero a su hogar. Él vive con sus abuelos desde el 2017 e incluso dice encargarse de cuidar a su abuelita.

“Comencé a cantar en las calles de los 10 años por mi abuelita, para apoyarla. Y aporto mínimo unos 100, 200 pesos diarios”.

Para Emiliano el trabajo es una diversión pero también cosa seria. Así ha aprendido “cómo se trabaja, cómo se gana la vida, porque aquí nada es gratis”.

Para Ricardo Fletes Corona, el trabajo infantil no solo va en contra de la Ley Federal y Estatal de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, también es un rompimiento del tejido social, pues los menores que se ven orillados a laborar están en riesgo de conformar una sociedad poco crítica, al no dedicar el tiempo suficiente a la educación.

“Cuando las personas no se forman bien, no se educan bien, caen más fácilmente en el fanatismo o en la manipulación, y el hecho de que una gran masa de mexicanos en la nueva generación no sé esté formando bien, que haya deficiencias en su educación, en su salud, etcétera, eso contribuye a que sean fácilmente manipulable”, finalizó.

México entró por primera vez en la lista de las peores formas de trabajo infantil, según la "Lista de bienes producidos por trabajo infantil y trabajo forzoso 2020", que de manera anual realiza el gobierno de Estados Unidos.

​MC

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