Desde niña. Feliza Victoria tuvo un sueño: ser periodista e ir a cubrir la ceremonia de los Oscar.
Ahora lo podrá hacer, porque hace unos días, recibió su título como Licenciada en Comunicación.
“Yo solamente tenía un sueño, quería ser reportera y estar en los Oscar, viendo a los reporteros como lo hacen, pensé: ¿Por qué no?”
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La palabra imposible no existe en el vocabulario de esta jovencita de 26 años, a quien el síndrome de Down no la ha detenido en nada, es modelo, ha participado en eventos de carácter internacional, y pese a eso, se dio tiempo para estudiar al mismo ritmo de sus compañeros de la universidad.
Ahora, planea su futuro.
“Por lo pronto tener un trabajo, casarme, salir de este país a trabajar, me encantaría vivir en Mónaco, porque me encanta su economía, o tal vez Londres, me gusta también”, afirma con toda seguridad.
La historia de Feliza Victoria González Hovelman está basada en la confianza en sí misma, en la perseverancia y esfuerzo que hace para lograr sus metas, impulsada por sus padres, Cecilia y Rodolfo, y guiada desde siempre por la doctora Teresa de Jesús Aguilasocho Montoya, presidenta de la Asociación Familia Salud y Desarrollo Síndrome Down AC.
”Ella nos trae a nosotros jalando, es ella la que nos dice quiero esto, y nos quedamos ¿qué vamos a hacer para conseguirlo, como coadyuvarle, pero realmente el mérito es ella”, afirmó la doctora.
En la segunda mitad del siglo pasado se lograron muchos espacios para las personas con síndrome de Down, en cosas tan importantes como el derecho a ser operados del corazón para aumentar su expectativa de vida, pues la mitad de ellos nacen con una cardiopatía. Gracias a esto viven más, y nace la importancia de que ellos sean autosuficientes en su edad madura.
“Ahí entra la educación, y empiezan los padres a darse cuenta que si les enseñan, ellos aprenden”.
En esta sociedad, dice la doctora Aguilasocho Montoya, a las personas con síndrome de Down no se les permite hacer muchas cosas, pero Feliza es un claro ejemplo de que ellas pueden lograr lo que se proponen.
“Es mejor que estudien si quieren alcanzar sus sueños, sus deseos, sus metas, es lo mejor que estudien para lograrlo”, puntualizó Feliza.
Ella es el mejor ejemplo de que nada hay imposible cuando se tiene voluntad y perseverancia.
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nrm