Jóvenes fueron a buscar OVNIs a La Rumorosa y los secuestraron

En aquella avenida de un pueblo mágico de Baja California ocurrió un hecho trágico que aún se está investigando: tres muchachos iban a ver Ovnis y se toparon con Los Chapitos.

La idea fue proponer al gobierno municipal que la calle se bautizara como “Jaime Maussan”
México /

Fue a las 2:00 de la madrugada del 27 mayo de 1999 en el paraje llamado La Cascada, en La Rumorosa, cuando Maussan los vio desde un árbol de encino. Por la tarde se había trepado en una de sus ramas, desde la cual, sería capaz de observar con buena perspectiva el despliegue que esperaba.

Y mientras intentaba clavar su mirada entre la oscuridad absoluta de La Rumorosa, un jovencito regordete y de sonrisa simpática llamado Lamoni Gonzaléz le gritó con su voz aguda y norteña: ‘¡Ira!, ¡ve lo que está ahí!’. Una luz fosforescente se posaba frente a ellos y aunque era difícil distinguir los rasgos por la distancia, Lamoni sabía que la silueta era igualita a la que se había encontrado dos años atrás.

“Usté no nos creía y ya fue cuando ya me dijo ‘ooh, de veras’, y vimos con los miralejos, y ya, así le brillaban los ojos”, contó el muchacho con una sonrisa y un simpático dejo de rencor la mañana siguiente del avistamiento, frente a una cámara casera que llevaba un Jaime Maussan, entonces con poca producción.

El periodista de investigación transmitía las primeras emisiones de su programa Los Visitantes (previo a Tercer Milenio) para el que elaboraba pequeños documentales sobre encuentros cercanos con seres de otro mundo. Sin embargo, para esta emisión, Maussan agarró su mochila y su casa de campaña para acompañar a tres jóvenes a revivir una experiencia que les quitó el sueño en 1997.

A los muchachos tijuanenses Raúl Fabrizio García, Lamoni González y Salvador Villanueva, Maussan los conoció en octubre de 1998 cuando viajó a Tijuana para dar una conferencia en el centro cultural de la ciudad. Fabrizio, el más grande de los tres, lo había buscado en el hotel donde se hospedaba e insistía en mostrarle varios dibujos.

El periodista de investigación transmitía las primeras emisiones

Maussan no lo rechazó y escuchó con atención su historia. El joven le juró que los dibujos eran la representación de lo que habían visto los días 17 y 18 de mayo de 1997.

Para ser sinceros, los dibujos parecían realizados por niños de primaria, aunque lo que plasmaron era bastante perturbador: unas siluetas antropomórficas pero delgaditas, con ojos saltones en blanco y negro.

Jaime Maussan, intrigado, regresó decidido a acompañarlos y presenciar lo que vivieron en La Rumorosa, un inmenso territorio desértico donde solo hay piedras partidas por una sinuosa carretera y arriba, cielo. Ahí, impresionantes formaciones rocosas se levantan más allá de los mil metros de altura sobre el nivel del mar. La leyenda dice que se llama así por el sonido que genera el viento cuando atraviesa las rocas de granito, similar a un murmullo… a un rumor.

La noche del 27 de mayo, guiado por el ejidatario local Daniel Sánchez –un hombre mayor con poquitos dientes y grandes surcos en el rostro que delataban la dureza de la vida del desierto–, el periodista aseguró que vio en una cañada a dos hombres chaparritos y de ojos azules y verdes. “Un encuentro de verdad desconcertante”, dijo en el programa que se pondría al aire unos días después.

Maussan tuvo éxito en la televisión nacional con la emisión llamada “La noche en el árbol”, pero la historia y La Rumorosa se volvieron tendencia pop gracias al conocido presentador de televisión de los años noventa, Adal Ramones, quien los invitó a su programa Otro Rollo, uno de los shows nocturnos con mayor audiencia en la historia de la televisión en México.

“Cuando Jaime vino a investigar ‘La noche en el árbol’ le impactó mucho y se dio cuenta de lo especial que era La Rumorosa… y entonces, ahí, todo cambió”, dice Dino de Labra, amigo de Jaime Maussan e investigador del fenómeno Ovni en esa región bajacaliforniana. Más tarde, la noche en el árbol también se volvería un libro de culto que llevaría el mismo nombre y fue escrito por Fabrizio, gracias al cual hoy, es posible reconstruir este evento junto con el programa de Maussan.

Un encuentro con otros seres

El 12 de noviembre del 2022, tres jóvenes protagonizaron otra historia: la de un secuestro, un caso que para algunos empezó hace 23 años, como si el destino estuviera marcado.

La visita de Jaime Maussan y la transmisión de “La noche en el árbol”, posicionaron a La Rumorosa como uno de los lugares ideales para experimentar más avistamientos en el mundo. Dino de Labra dice que en el 2020 se le ocurrió que era momento de inmortalizar a Jaime Maussan, y qué mejor manera a modo de homenaje que nombrar una de las únicas tres calles del poblado La Rumorosa.

La idea fue proponer al gobierno municipal que la calle se bautizara como “Jaime Maussan”. En conjunto, algunos periodistas y fanáticos hicieron la propuesta en una de las sesiones de cabildo más discutidas de la historia de Tecate. El pueblo mágico de más de 70 mil habitantes aprobó por fin el nombramiento el 11 de noviembre del 2022.

“Nunca voy a olvidar que Jaime me dijo por teléfono: ‘la verdad, no sé qué he hecho para merecerlo’”, dice De Labra nostálgico.

Solo 10 días después, como lo hicieran 23 años atrás, otros jóvenes tomaron camino en una camioneta blanca rumbo a La Rumorosa. El objetivo era tomarse una fotografía en la calle Jaime Maussan. Eran Fernando Rodríguez, a lado su amiga Ana Cristina y atrás, Jorge de Jesús.

Al llegar bajaron de la camioneta y se tomaron fotografías. Hay versiones que aseguran que sin darse cuenta, detrás de ellos había un lugarteniente de Los Chapitos, una escisión del Cártel de Sinaloa liderada por los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán.

El grupo fue interceptado en La Rumorosa y lo que ahí sucedió quedó grabado en un video desolador.

Otra camioneta, muy parecida a la de ellos, tomó velocidad en una rampa y se atravesó en su camino.

Fue entonces que del vehículo interceptor se bajaron hombres armados y jalaron a rastras a Fernando, que iba conduciendo; a partir de ahí, todo el video se fue a negros.

Y unas mañanas después, el cuerpo de ese joven apareció en Mexicali. Había sido torturado antes de ser asesinado.

Los narcotraficantes del Cártel de Sinaloa se trasladaron 54 kilómetros hasta la capital del estado, Mexicali, y lo dejaron en el panteón municipal El Centinela, lo que significa que incluso tuvieron que atravesar un retén militar en un paraje llamado Laguna Salada, que no es más laguna, sino sólo desierto.

El alcalde municipal de Tecate, Darío Benítez, es un político milenial del partido Morena que ganó cuando apenas tenía 28 años. A él no le cuesta aceptar sus sentimientos y admite, medio año después del secuestro en la calle Jaime Maussan, la violencia que ha tenido que enfrentar en los últimos años.

La Rumorosa es una zona compleja.

Por eso Benítez se sincera: “Llevo mucho tiempo trabajando de manera personal porque, la verdad, me es muy difícil no tomármelo personal. Soy una persona que no tiene empacho en decir que va a terapia, que para muchos puede ser una debilidad [pero resulta que] yo reviso las fotos de cada cuerpo, en sitio, y es un tema de este año y medio que me llegó a quitar el sueño, me llegó a perturbar de manera terrible. Y cuando te duele lo que pasa en tu ciudad, a güevo que te lo tomas personal. Y este hecho en particular me llegó a perturbar muchísimo, porque te das cuenta que hay víctimas que no tenían nada que ver con el crimen organizado”.

La fiscalía aún investiga pero reveló que los jóvenes en la camioneta es muy probable que hayan sido confundidos por los narcotraficantes.

La noche en el árbol 

El parte policial de una noche trágica. La llamada llegó a la central de Tecate, a la que territorialmente pertenece La Rumorosa. En este pueblo mágico nació la tradicional cerveza Tecate desde 1944. También es “el paraíso de los amantes del pan”. Aquí alguien que no quiere revelar su nombre “por obvias razones”, da el parte informativo tal cual lo reportaron esa noche:

Fecha: 12/11/2022

Hora del reporte: conocimiento: 00:02

Arribo: 00:39

Lugar: carretera libre Tecate a Mexicali, kilómetro 73, frente al restaurante El Chipo.

“Siendo las 00:02 del día 12 de 11 [noviembre] del 2022 nos encontramos abordo de la unidad los oficiales efectuando nuestro recorrido de prevención y vigilancia en el rancho santa isabela cuando la central c4 nos comunica vía frecuencia que nos trasladaramos a la rumorosa frente a la panadería chipos en donde se encontraba una persona herida por proyectil de arma de fuego, por lo que al llegar al lugar siendo las 00:39 nos percatamos de un vehículo de color blanco con placas de California el cual se encontraba en una sanja.
Al acercarnos escuchamos a una persona del sexo masculino pidiendo ayuda por lo que al acercarnos manifestó que tenia un impacto de arma de fuego en una pierna y en el hombro, por lo que en ese momento se acercó una persona del sexo femenino manifestando que ella y dos amigos se encontraban tomándose fotos en las letras de colores frente a la delegación de policía del poblado la rumorosa.
Cuando llegó un vehículo tipo sedan con varias personas a bordo, haciéndoles preguntas e intimidandolos porque el conductor se asustó por lo que apelaron a la fuga con dirección hacia el hongo pero que le dieron alcance y perdieron el control aun costado de la panadería chipos y que les dispararon con armas largas hiriendo a sus dos compañeros y llevandose al conductor antes mencionado sin saber a donde.”
El parte policial de una noche trágica La llamada llegó a la central de Tecate,

En las fotografías de esos momentos pueden verse tres disparos —círculos pequeños que atraviesan la ventana del lado del conductor— unas manchas negras, que revelan las marcas de los frenones que tuvieron cuando los interceptaron. Más impactos de balas por encima de las placas, y uno más en los sillones de piel color vainilla, que estaban manchados de sangre, la cual contrastaba con el fondo claro. 

También, dos sobrevivientes: uno con un disparo, aún en evidente estado de shock, en la fotografía que le toma el agente de la policía como evidencia.

Unos días después la madre de Fernando Rodríguez, el conductor que fue asesinado, confirmó el asesinato de su hijo a través de sus redes sociales: “Ya encontré a mi hijo me lo mataron, no vayan a la Rumorosa ni dejen ir a su familia, es tierra sin ley”.

Su amigo José, uno de los sobrevivientes, también publicó en sus redes sociales un mensaje al que llamó “Cuando pierdes a un amigo”. En la publicación habla de su amigo en tiempo pasado, pero rápidamente vuelve al presente, como si aún no se acostumbrara a la partida. Revela que desde la preparatoria lo admiraba; que era su compañero de aventuras. Una como la que se suponía sucedería ese sábado.

“Solo queríamos tomarnos una foto en la recién nombrada calle Jaime Maussan. Solo eso. Y habíamos cumplido nuestro objetivo”.
En las fotografías de esos momentos pueden verse tres disparos

La versión de José es muy parecida a la del parte informativo de la policía local, sin embargo aquí, en esta publicación catártica asegura que fue un ataque unilateral que acabó con la vida de una persona por el simple hecho de estar ahí. Un ataque, dice, de un grupo armado. “No fue un combate entre bandas delictivas. No fue un ajuste de cuentas”.

Dijo que “desde el atentado, he escuchado mucha gente y recibido muchos mensajes diciendo que lo que me pasó fue un milagro. Estoy conciente que no cualquiera recibe cinco impactos de bala para contarlo. De verdad estoy muy agradecido con la vida por poder abrazar nuevamente a mi madre. Pero esto no lo puedo llamar un milagro”.

La hora, el momento, el día equivocado. El 12 de noviembre del 2022 unos jóvenes solo querían una foto en la calle Jaime Maussan pero presuntamente se toparon con gente de Los Chapitos, con Martín Iván El Guacho, líder de una célula criminal que se hacía llamar Los Plebes.


La Rumorosa, tierra con ley de fuego

El 13 de abril del año 2000 sus cuerpos fueron encontrados ahí, en un despeñadero. La primera versión de las autoridades fue que se habían volcado cuando iban de Tijuana a Mexicali. Pero la investigación no podía quedarse así porque los tres que estaban dentro no eran viajantes cualquiera.

Eran el agente del Ministerio Público, Óscar Pompa Plaza, y el capitán Rafael Torres Bernal, miembro del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales del Ejército (GAFES), comisionado por la PGR para atrapar a los Arellano Félix, cabezas del cártel que controlaba toda la zona.

Según reportaron medios de comunicación en esa época, los investigadores habían participado en el cateo de cuatro propiedades relacionadas con el Cártel de los Arellano Félix. Era un tremendo golpe para una organización que siempre gustó de las venganzas inmediatas.

Los peritos encontraron que los cuerpos en el despeñadero de los investigadores tenían los cráneos destrozados y tremendas huellas de violencia. La Rumorosa fue noticia internacional y este asesinato un parteaguas que advertía que los cárteles estaban presentes hasta en las rocas.

Y así ha sido desde entonces: hay noticias frecuentes de cuerpos en los despeñaderos, aseguramientos de drogas, aterrizajes de avionetas clandestinas.

“Rumorosa es un punto estratégico por el manejo de sembradíos pero principalmente por el manejo de las avionetas, es básicamente un punto de aterrizaje por la topografía difícil de estar monitoreando”, explica el alcalde municipal de Tecate, Darío Benítez.

Explica que desde hace tiempo hay una disputa territorial entre el cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, de hecho este último ha creado una alianza estratégica con una organización de antaño, los Arellano Félix, los mismos que en el pasado fueron prácticamente los amos de La Rumorosa.

La cantidad de incidentes que han ocurrido de un tiempo para acá en el estado son el resultado de estas pugnas, dice Benítez, y pone el ejemplo del Cachanillazo, una masacre de 10 personas en Ensenada, y los camiones incendiados en todos los municipios. Los cárteles han convertido al este de Tijuana en su principal zona de operaciones, territorio que justamente colinda con Tecate.

El mandatario local reconoce que todo ello implica un reto formidable para su municipio, uno que a escala poblacional es muy pequeño comparado con Tijuana.

Carlos Zúñiga es director de Comunicación Social de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Baja California. Cuenta que luego del secuestro en La Rumorosa, se activaron las autoridades estatales, federales y el Ejército para responder a la ciudadanía. Explica que la fuerza estatal desplegó puntos operativos en el poblado y fue así que, en enero de este año, se logró la detención del Guacho, a quien por cierto también llamaban El Picagoma, cuando este iba en su coche y se le detuvo de forma preventiva. Y ahí cayó: se le descubrió un arma que llevaba escondida.

Se le encontró a Martín Iván que tenía una orden de aprehensión en Sinaloa por el delito de homicidio. En Baja California también se le relacionaba con el asesinato de Fernando, el conductor de la camioneta en La Rumorosa. Al día siguiente capturaron a siete individuos más que portaban chalecos, armas, cartuchos y mariguana. Y todo se puso en manos de la Fiscalía del estado.

Pero resulta que en la Fiscalía hay un lío: Ricardo Iván Carpio, quien llevaba el caso, renunció hace unos días, el 11 de agosto pasado. La causa, por supuesto, fueron “motivos personales”. En medio de una crisis de violencia y con casi mil homicidios en lo que va del año, el problema se agrava sin fiscal y sin información. De hecho, la cerrazón y la nula información ha sido un reclamo constante al equipo de Comunicación.

Luis Palafox, de ese equipo, expresó a MILENIO que no hay fiscal, y que no hay quien autorice la liberación de información. Así que envió unos párrafos por WhatsApp en el que se aseguraba que el secuestro en La Rumorosa es una investigación abierta y “no hay muchos datos que se puedan dar a conocer. Actualmente el caso se encuentra en espera de audiencia intermedia y por los hechos se tienen a dos personas vinculadas bajo el proceso”.

“Bienvenidos a la capital mundial Ovni”

La calle Jaime Maussan es como cualquier otra del poblado de La Rumorosa: no hay asfalto pero sí muchas piedras pequeñas que alivianan el camino. De hecho, en Google Maps aún no ha sido añadido el nuevo nombre, pero ya se convirtió en un punto de atracción turística. El letrero con su nombre escrito es blanco con bordes negros. Cuenta Dino de Labra que al ser un tema polémico lo de la calle, no quería que los tecatenses lo pagaran con dinero público, así que mandó a hacer el letrero por unos 800 pesos. Dino le comunicó la noticia a Jaime y éste viajó a Baja California.

Llegó con su tradicional chaleco, esta vez de color azul. Ese día estuvo el alcalde Darío Benítez y otros periodistas que impulsaron la iniciativa. Maussan, ya de cabellos completamente blancos, cortó un lacito morado, e inauguró la nueva calle con su nombre. Con la cara adusta que lo caracteriza, cortó rápidamente el lazo mientras le gritaban: “¡despacito, Jaime!”. Ahí, por fin, lanzó una sonrisota.

“Ya eres parte de la historia, Jaime”, le dijo Dino de Labra, quien sostenía un micrófono y quien durante ocho años fue conductor del programa en Radio Z13 llamado “Ovnis, la otra realidad”.

Maussan ofreció, claro, un discurso: “Realmente lo agradezco, sobre todo verlo en vida. Es un gran detalle. Ojalá este sea el principio de que La Rumorosa se convierta en centro de atracción mundial del fenómeno, porque hay muchas cosas que descubrir. Está abierto para todo el mundo”.

Ese día Darío Benítez dijo que querían convertir a La Rumorosa en la capital mundial del fenómeno Ovni, y que empezarían a dar nomenclatura a calles que no tenían nombre. “Hoy iniciamos con el nombre de Jaime Maussan, que a lo largo de 50 años ha dado grandes titulares en el tema de la ufología”, dijo el presidente municipal.

En contraste con la violencia y el narcotráfico, La Rumorosa es una zona privilegiada, con 22 volcanes y su energía en movimiento, con vetas de cuarzo blanco que, según Dino, tienen las condiciones para atraer el fenómeno Ovni. De hecho afirmó que él, junto con su esposa, durante un solo fin de semana logró capturar 50 fotografías con evidencia extraterrestre.

Admite, sin embargo, que “lo de los muchachos fue muy triste”. Pero por el cariño que le tienen a La Rumorosa, hicieron esfuerzos para dar realce a la calle Jaime Maussan. De hecho, un día después del secuestro, este le habló a Dino y preguntó qué había pasado en la calle que unos días antes lo había inmortalizado. Dino recuerda que el día de la inauguración Jaime le dijo: de ahora en adelante vendrá un cambio.

“Voz de profeta”, dice Dino. “Jaime, tu nombre es una calle ahora, y habrá accidentes, va a salir tu nombre y tendremos que acostumbrarnos. Tiempo, lugar y espacio. Ocurrió ahí”.

Hoy en La Rumorosa, un lugar donde casi siempre se escucha el viento, hay un enorme letrero que dice “Bienvenidos a la capital mundial ovni”. También se ve una panadería local llamada Pan de Altura, en donde próximamente van a simular unas naves enormes como si se hubiera estrellado en el local.

A pesar de todo, los planes siguen. Y se espera que los extraterrestres continúen bajando a La Rumorosa.

HCM

  • Laura Sánchez Ley
  • Es periodista independiente que escribe sobre archivos y expedientes clasificados. Autora del libro Aburto. Testimonios desde Almoloya, el infierno de hielo (Penguin Random House, 2022).

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