La muerte, cerca y lejos de los habitantes de Pachuca

Continúa la movilidad en las calles del centro histórico de la capital

Carroza fúnebre en Pachuca. (Elizabeth Hernández)
Elizabeth Hernández
Pachuca /

El semáforo peatonal de la avenida Nuevo Hidalgo y Leandro Valle se puso en rojo y un par de familias observaron la carroza fúnebre que pasó frente a ellas, así como la caravana de cinco autos y un pequeño camión con familiares que portaban cubrebocas y que les ayudaba a esconder las lágrimas ante la pérdida humana que acompañaban.

"¡Qué mala suerte, en Día de Muertos lo van a sepultar!", replicó una mujer que se persignó mientras esperaba que el semáforo le diera paso a ella y a sus hijos.


El Centro Histórico de Pachuca continúa en movimiento, a pesar del llamado de las autoridades sanitarias sobre permanecer en casa en estos días en el que se le da la bienvenida a las almas de los Santos Difuntos y, este domingo, familias y visitantes, decidieron recorrer las calles de la ciudad.

"Venimos de la Ciudad de México a desestresarnos un poco, a comer pastes y a tomarnos fotos frente al Reloj Monumental, pero está cerrado", expuso Daniela Ramírez, quien estuvo acompañada por su novio y un par de amigos que se turnaban para salir en pareja en las fotos del recuerdo, sin usar cubrebocas.

En los Pueblos Altos se lanzaron un par de cohetes, que asustaron a unas palomas despistadas que comían las moronas de una torta de tamal que terminaba de comer un joven que esperaba a sus amigos en la pérgola de la Plaza Independencia, y quien no usaba cubrebocas.

En el lapso de una hora, ninguna persona ocupó el lavamanos comunitario ubicado en la zona, que cuenta con jabón antiséptico, crema antiviral, agua potable y toallas de papel, aunque sí hubo quienes compartían la cálida mañana en las bancas ubicadas en el perímetro, que en su mayoría, tampoco usaba cubrebocas.

"¡Olvidé mi cubrebocas en casa!", indicó una joven al ser cuestionada por esta acción, mientras que sus amigos sacaban el suyo de sus mochilas para colocárselos.

En la avenida Guerrero, entre globos, música y carteles que anunciaban promociones y ofertas, algunas trabajadoras veían el pasar de la gente, "pero está floja la venta", exponían, mientras entregaban la publicidad del negocio.

Las panaderías ubicadas en el primer cuadro del centro histórico esperaban vender más pan de muerto, "hay poco consumo, pero esperamos que entre hoy y mañana se nos acabe", decía la trabajadora, mientras envolvía un pan de 60 pesos que pagó un cliente, que no portaba cubrebocas, y quien al salir del lugar comió un pedazo junto a su esposa e hija, que tampoco utilizaban este aditamento que funciona para disminuir la posibilidad de contagio de covid-19.

La venta de flores de cempasúchil se dio al por mayor frente al Mercado Miguel Hidalgo, en donde los ramos se ofertaron a 20 pesos el manojo, "porque sólo así está saliendo, si no, nos quedamos con el producto", indicó el vendedor que, tampoco usaba cubrebocas.

La Iglesia de la Asunción abrió sus puertas, y a mediodía, cinco personas oraban y dejaban una vela en honor a sus seres queridos que han fallecido.

"Nadie cree en la enfermedad, pero mi hermano se me acaba de morir", expuso una doliente que salió del lugar, sin usar cubrebocas.

La carroza fúnebre siguió su camino hacia el Panteón Municipal, que le abrió sus puertas para hacer la inhumación, aunque permanece cerrado al público en general para evitar que incrementen los contagios de la enfermedad.

"¡Válgame el señor con el muerto que acaba de pasar!, ¿habrá fallecido de covid-19?, pues sólo Dios sabe", expuso, "mientras vamos a apurarnos para comprar el pollo y lo que vamos a preparar para su fiesta de Halloween", refirió la señora que cruzó la avenida Nuevo Hidalgo, junto a sus hijos, y quienes tampoco traían cubrebocas.

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