Hongos, regalos de la naturaleza que aprovechan grupos étnicos del Nevado de Toluca

Especial Finde Semana

Humberto Thomé-Ortiz, investigador de la UAEMex, explicó que para estas comunidades su recolección va más allá de obtener alimentos.

“En contextos culturales son un alimento muy especial”. (Iván Carmona)
Alicia Rivera
Toluca /

En la zona del Nevado de Toluca se tienen detectadas 73 especies de hongos comestibles silvestres (HCS) que, para los grupos étnicos de la región, no solo son comida, también alimentan el cuerpo social porque su recolección es una actividad cultural y de tipo gregario que une a la gente, indicó Humberto Thomé-Ortiz, investigador del Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex).

En una plática sobre el proyecto de Turismo Micológico en la entidad, habló del valor simbólico y emocional que tienen estos organismos para las comunidades que los recolectan: “Desde el punto de vista simbólico los hongos representan el estado de salud del bosque, el estado de bienestar y viven también en el recuerdo de las personas, de las remembranzas de una comida con un valor importante, esto le da una singularidad al producto que está asociado a su origen territorial”.

Durante su estudio en diferentes grupos que los recolectan en el Nevado, dijo, ha observado que hay una historia entre el ser humano y los hongos que devela un conocimiento profundo de la naturaleza, de las relaciones eco- sistémicas y de los ciclos de fructificación: “Digamos que es un patrimonio que no solamente es de valor para los pueblos que los cosechan, sino que es uno que tiene en general para la humanidad”.


Los hongos, explicó, en muchos contextos culturales son un alimento muy especial, pero también hemos observado que en muchas cuestiones históricas responden a esa necesidad de alimentarse en momentos de crisis, “entonces es un patrimonio, de hecho tienen muchas utilidades humanas y alimentarias que pueden ser clave hacia el futuro”. 

Por ello, señaló, es importante respetar a las comunidades recolectoras, no se puede permitir que ellos que son los guardianes de este patrimonio vivan en esas condiciones de marginación en que se encuentran: “Seguramente ustedes han observado en algún trayecto de una carretera a niños ofreciendo cubetas con hongos en condiciones muy precarias, muy complicadas y además a un precio que no corresponde con el valor final”.

Turismo, opción económica

Humberto Thomé-Ortiz definió al Turismo Micológico como una actividad centrada en el conocimiento, la recolección y consumo de hongos comestibles silvestres, en el que germina una sinergia entre la naturaleza y cultura.

Subrayó que ante la difícil situación que enfrentan los bosques y sus comunidades, se ha propuesto al turismo como una herramienta complementaria para hacer frente a las necesidades económicas de sus habitantes, especialmente en zonas indígenas, ya que los bosques mexicanos son ocupados en su mayoría por grupos étnicos.


“El objetivo es dar valor a los recursos locales en el que participen los habitantes de los bosques para mejorar su calidad de vida, este sería uno de los puntos esenciales del proyecto de turismo”.

Destacó que la recolección de hongos es una experiencia única porque es la interfaz entre la naturaleza y la cultura, “es algo único en ese sentido, quienes hayan ido me entenderán que es una experiencia transformadora de inmersión en el bosque, pero que también tiene un profundo contenido cultural y permite esta articulación entre turista y naturaleza que hoy en día es de primera necesidad tener la cercanía con la Tierra después del encierro por la pandemia”.

Indicó que la existencia de recursos micológicos asociados con conocimientos tradicionales, paisajes alimentarios y la cultura gastronómica, pone sobre la mesa la posibilidad de desarrollar la primera oferta micoturística en una de las zonas más micodiversas de México, como lo es el Nevado de Toluca.

MMCF

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