2 de octubre: las lecciones que dejó el Movimiento Estudiantil de 1968

La semilla que la también llamada “Matanza de Tlatelolco” sembró hace 56 años prevalece en la resistencia del sector estudiantil en México pese a todos los obstáculos que se continúan presentando.

Lecciones del 2 de octubre de 1968 | Fototeca Milenio
Anel Tello
Ciudad de México /

El 2 de octubre de 1968 representa un parteaguas en la historia de México. Un país que hasta esa época había sido gobernado únicamente por una sola fuerza política y que, al mismo tiempo, se enfrentaba a una reconfiguración del orden mundial.

Diversos analistas apuntan al inicio de la segunda mitad del siglo XX como un época marcada por el intenso activismo de movimientos sociales, el cual terminó por marcar un nuevo rumbo para la sociedad en conjunto.

De acuerdo con el artículo Los 68: movimientos estudiantiles y sociales en un emergente transnacionalismo y sus olas dentro del sistema-mundo publicado en la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, el año 1968 simboliza a una nueva generación que emerge como actor social protagónico y que, al mismo tiempo que define y confronta lo existente, también disputa y convoca al actor histórico del cambio definido por el pensamiento socialista y marxista: la clase proletariada.

De forma conceptual, los movimientos estudiantiles devienen en parte constituyente de los nuevos movimientos sociales, motivo por el cual agencias de espionaje del gobierno tenían en la mira no solo a organizaciones disidentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) sino a los mismos estudiantes mexicanos.

"1968 representa en toda su diversidad interna y repercusiones uno de los emergentes procesos de globalización, de la construcción de un imaginario global y de un nuevo transnacionalismo que se manifestó en novedosas formas de interconexión entre sectores sociales", se explica en el artículo citado de la Revista de Ciencias Políticas y Sociales.

El movimiento estudiantil como punto de quiebre en 1968

La matanza en la Plaza de las tres culturas es un evento histótico del México moderno | Fototeca Milenio

Aunque fueron múltiples los movimientos y hechos históricos que ocurrieron en 1968 alrededor del mundo, los estudiantes y su organización figuran como actores centrales que unieron distintos ejes, dándole "sentido, coherencia y sistematicidad a la acción política".

En el caso de América Latina, la injerencia de los intereses estadunidenses en el continente significó el recrudecimiento de las relaciones políticas y una búsqueda por el control de la disidencia, constituyendo a la sociedad civil como fuente del conflicto.

"1968 genera el inicio de procesos en los que la violencia de la represión gubernamental se perfila como estrategia y recurso de los movimientos que buscan el cambio", se explica en el artículo académico publicado en la Revista de Ciencias Políticas y Sociales.

En México, al mismo tiempo que el país se ve inmerso en movimientos transnacionales, también se ve reflejada la respuesta represiva por parte del Estado. Ambos factores dejaron expuestas las expectativas y demandas de la sociedad civil, así como la incapacidad de un sistema político de adaptarse a las condiciones cambiantes del escenario nacional y global.

Por ello, el 2 de octubre de 1968 es considerado por analistas como un parteaguas para la construcción democrática y de ciudadanía.

Simultáneamente, señala el analista Ricardo Pozas Horcasitas, el peso de la desigualdad social y el rechazo contra formas autoritarias y rígidas del sistema político encontraron su reflejo en salas de teatro y cinematográficas, en galerías de exposiciones o libros de moda. Es decir, el cambio cultural no se dio después del cambio social, sino que es el cambio social mismo.

La matanza de Tlatelolco y sus diversas lecturas bibliográficas. (Especial)

El académico José Rodrigo Moreno Elizondo explica que el movimiento estudiantil y obrero que expresaba la pérdida relativa de la hegemonía del Estado, en tanto que éste desarrolló una estrategia de debilitamiento de la oposición mediante un intento de cooptación y negociación ventajosa que desplegó frente a la izquierda organizada, incluyendo a las guerrillas y a los estudiantes.

"El gobierno realizó una manipulación constante de la información y propició el linchamiento político de la oposición a él para facilitar la aceptación, por parte de la sociedad, de las respuestas represivas y violentas", se expone en el citado artículo de la Revista de Ciencias Políticas y Sociales.

Por su parte, Héctor Raúl Solís Gadea plantea que en 1968 el Estado mexicano tuvo que elegir entre la represión violenta como herramienta de arreglo al institucional histórico y la continuidad del régimen o el fomento al diálogo plural y abierto sobre lo público, que permitiera a sectores excluidos participar y construir sobre el obsoleto modelo heredado de la Revolución. La también llamada Matanza de Tlatelolco es la evidencia del camino que se eligió.

Ni perdón, ni olvido

Conmemorado 55 años de la Matanza de Tlatelolco. | Ariel Ojeda

Los hechos que se vivieron en México a nivel político y social tras el 2 de octubre de 1968 trajeron consigo un cúmulo de cambios para diferentes sectores, no obstante, para los estudiantes continúa siendo un claro ejemplo de resistencia.

“El movimiento permitió a los profesores y estudiantes recuperar después derechos esenciales establecidos en la Constitución vigente desde 1917, pero hasta entonces negados en los hechos, como la libre expresión de las ideas y las manifestaciones pacíficas en las calles y plazas públicas”, describe Guillermo Cárdenas Guzmán en un artículo para la revista de divulgación científica ¿Cómo ves? de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La muerte de alrededor 350 personas que contabilizó en su reporte la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado continúan haciendo conmemorativa la fecha año con año. No obstante, más allá del simbolismo histórico, la Matanza de Tlatelolco sigue siendo un claro ejemplo de una generación que resistió y se antepuso ante el pensamiento conservador de la época, visibilizando a sectores históricamente excluidos de cualquier ámbito público de la sociedad.

Pese a que los avances han sido perceptibles, dentro del Estado aún existen instituciones cuyo efecto corruptor o de abuso de poder continúan censurando y repeliendo movimientos sociales que desde su trinchera buscan un cambio.

Del mismo modo, antiguas prácticas de gobiernos de la época se cotinúan reproduciendo desde instituciones de poder como es el caso de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) a la cual, tras el hackeo de Guacamaya Leaks, se señaló de espiar a activistas, organizaciones civiles e, incluso, periodistas.

El Comité del 68 encabezó la conmemoración a 52 años de la matanza en Tlatelolco. | Octavio Hoyos

Un viejo dicho sostiene que "quien no conoce su historia está condenado a repetirla" y, por ello, el olvido es un factor que queda prohibido evocar cuando se trata del 2 de octubre. No obstante, es en las esferas del poder en donde la frase debería de prevalecer y resonar todos los días pues mientras los estudiantes continúen “resistiendo” y no viviendo, el Estado les habrá fallado.

​ATJ




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