Pese a la pandemia, el arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras, ofreció una misa en la Catedral Metropolitana de la ciudad como parte de las celebraciones por el miércoles de Ceniza y el inicio de la Cuaresma.
Aunque después de las 12:00 la iglesia se cerró con cordones para que la gente ya no pudiera entrar, el recinto estaba lleno, había pocos espacios vacíos.
“La palabra de Dios hoy nos invita a todos y dice agachen la cabeza, pónganse ceniza en la cabeza en señal de que entran a tiempo sobrio, a tiempo de penitencia y de santidad”, dijo.
Esto pese a que desde hace dos semanas, la Arquidiócesis de León emitió un comunicado donde pedía a los sacerdotes que prepararan la ceniza para que la gente la pudiera llevar a sus casas y así evitar aglomeraciones dentro de las iglesias.
La mayor parte de los templos se previno e hizo caso a las recomendaciones de no poner la cruz ni realizar misas, y en caso de hacerlo, sólo con el 20 por ciento de la capacidad de asistentes ya que es una de las peticiones por parte de la Secretaría de Salud.
Al templo acudieron personas de todas las edades, aunque principalmente había adultos mayores e incluso niños.
Por su parte, el arzobispo pidió que su mensaje de paz llegue a toda la gente principalmente a los jóvenes, adolescentes y matrimonios, ya que dijo, son tiempos difíciles.
"De este tiempo que vivimos difícil, tiene o debe tener un significado especial de la cuaresma, en primer lugar para nosotros los pastores, para el obispo y para el clero, para los consagrados, pero también en la misma forma de su vida ordinaria para los matrimonios, para los jóvenes, para los niños y para los adolescentes”, agregó.
Además, aunque a una distancia considerable, también realizó la imposición de la ceniza con la gente formada.