Califica como ‘equilibrada’ iniciativa para modificar principios de laicidad

Además, el arzobispo Rogelio Cabrera López señaló que la iniciativa de modificar la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público no atenta contra el Estado laico.

Arzobispo Rogelio Cabrera López. Foto: Carolina León.
Carolina León
Monterrey /

Como una propuesta equilibrada es como el arzobispo Rogelio Cabrera López calificó a la iniciativa que pretende modificar los principios de laicidad del Estado, que fue presentada en el Senado de la República.

El también presidente de la Conferencia Episcopado de México refirió que la propuesta de la senadora María Soledad Luévano Cantú de reformar la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público no atenta contra el Estado laico.

“Creo que la propuesta que ha hecho la senadora de Morena me parece muy equilibrada y no creo que atente contra la laicidad del Estado. Si hay ciudadanos responsables, si hay Poderes que se respeten, las autoridades serán más libres de actuar y también las iglesias tendrán la libertad de corresponder a esa libertad”, señaló.

Por lo anterior, refirió que espera que dichas reformas puedan avanzar, sin embargo aclaró que apoya que exista una separación entre la Iglesia y el Gobierno.

“Tengo deseo de que la propuesta de la Ley de Libertad Religiosa pueda avanzar respetando nuestra historia, pero mirando hacia adelante”, mencionó.
“Yo estoy de acuerdo con que se debe de mantener de manera muy nítida la separación entre las religiones, las iglesias y el Estado”, añadió el arzobispo.

El pasado 11 de diciembre, la senadora de Morena por Zacatecas, María Soledad Luévano Cantú propuso una serie de reformas a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público con las cuales pretende impulsar el reconocimiento de derechos inherentes a la libertad religiosa, como el de profesar y participar individualmente, en público como en privado, en ceremonias o actos de culto.

Asimismo, con ellas se fomentaría el poder ejercer el derecho a la objeción de conciencia por motivos religiosos, incluso se contempla que el Gobierno y la Iglesia colaboren en la promoción conjunta del desarrollo cultural y social de las personas.

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