En Barra de Navidad, una leyenda dice que salvó su capilla de un desastre, es la historia del Cristo del Ciclón cuya imagen despierta la fe más allá de la Costa de Jalisco.
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En Jalisco hay diversas historias que narran la aparición de gigantes o milagros en los famosos pueblos mágicos de la entidad, en esta ocasión toca conocer una leyenda de la costa.
El relato es parte del libro Leyendas y personajes populares de Jalisco, compilado por la autora Helia García Pérez. A continuación te compartimos el texto según registros de la Diócesis de Autlán.
Leyenda El Cristo del Ciclón en Jalisco
El llamado Cristo del Ciclón es venerado en la iglesia consagrada a San Antonio de Padua y se ubica en el pequeño puerto de Barra de Navidad, en Jalisco. Su historia es reciente, en 1971 cuando el huracán Lily azotaba esta pequeña localidad. Fueron tres días de lluvias constantes que destruyeron las casas de palapa de los humildes pescadores.
Desesperados, los pobladores fueron a orar al templo y fueron testigos de lo que consideraron un milagro. El Cristo bajó los brazos y repentinamente cesó la tempestad. Es la única efigie clavada en una cruz de madera que tiene los brazos caídos y no extendidos como el resto de las imágenes cristianas. Ahora lo visitan los creyentes que buscan sanación a sus padecimientos
«Y cuando el huracán Lilly desencadenado azotaba con toda su furia a Barra de Navidad, el Cristo bajó los brazos»… Esta es una frase que se repetirá en el tiempo y se volverá casi legendaria, aunque la historia queda patente en el crucifijo, nació entre los lugareños que vivieron el fragor de los estragos ciclónicos. Está en la capilla de San Antonio de Barra, poblado que jura que «volvió a nacer» y que atribuye a ese suceso milagrosas consecuencias.
El templo, de recia estructura, no dejó colar ni el viento, pero el Cristo parece haber contestado así al grito creyente: «Señor sálvanos que perecemos». Lo más sorprendente es que la imagen, de pasta, no sufrió golpes, ni humedad y los brazos, como colgajos de misericordia, parecen retenidos por un prodigio. Actualmente se venera en la ahora Parroquia de San Antonio de Barra de Navidad, Jalisco.
¿Qué atracciones hay en Cihuatlán, Jalisco?
El pequeño municipio de Cihuatlán en la Región Costa Sur de Jalisco cuenta con múltiples opciones turísticas, los precios accesibles, la tranquilidad y la diversidad de playas con diferente oleaje hacen de este sitio un espacio ideal para las vacaciones familiares.
Barra de Navidad sea uno de los destinos más socorridos en esta región donde comienza “Costalegre”, llamada así por el día en que supuestamente arribó ahí el Virrey Antonio de Mendoza en 1540, aunque a lo largo de los siglos ha tenido varios nombres como Puerto Juan Gallego o Puerto Purificación, lo importante es que Costalegre se ha conservado, como hace tantos años, rodeada de montañas, playas vírgenes y una flora espectacular.
El color del mar oscila entre el azul pálido y esmeralda, y cuenta con esa pureza que solo tienen los paisajes prohibidos o secretos, es un mar que invita a las caminatas en la playa y a recorrer su recién acondicionado malecón.
Además, se puede disfrutar de un recorrido en lancha por la Laguna de la Navidad para después comer en alguno de los restaurantes de la localidad ubicados frente al espectacular cuerpo de agua.
Otra de las opciones turísticas más emocionantes es el exclusivo desarrollo conocido como “El Tamarindo”, que cuenta con un campo de golf entre la selva y frente al mar, muelle, reservas naturales, fauna endémica y tres playas vírgenes para disfrutar y olvidar el estrés de la ciudad.
SRN/MC