Enfrentados por diferencias religiosas, Don Zenobio y Don Nicolás, dos españoles de renombre en Mexticacán, Jalisco llegaron al odio mutuo arrastrando a la tragedia a sus hijos Aníbal y Virginia. Se trata de una leyenda recogida entre tantas otras de sucesos fuera de lo normal apropiados por la tradición oral.
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“Virginia y Aníbal decidieron bajo juramento fiel seguirse amando pasara lo que pasara. Después de sufrir todo tipo de regaños y menosprecios, los firmes enamorados lograron que sus padres aceptaran platicar con el fin de llegar a un acuerdo en sus diferentes formas de pensar”, señala el relato en el libro Leyendas y personales populares de Jalisco de Helia García Pérez.
La pareja no logró su cometido pese al encuentro entre los hombres de familia, el trágico desenlace dio pase a la salvación de Don Nicolás, quien dada su fe a San Cristobal, santo que como gigante rescató al hombre luego de una batalla encarnizada.
“Erguido de pie, apoyándose al borde del arroyo, al lado poniente sobre una gran roca y el otro al lado oriente sobre arena fangosa, quedó en medio de la corriente de agua de lluvia en lo que hoy se conoce como Arroyo de Pie de Gigante. Ahí se encuentra una huella grande y deformada de un pie. Es la prueba que san Cristóbal salvó la vida a don Nicolás Lomelín de Toledo”, relata.
Aquella enorme huella se mantiene hoy en día según cuenta, como testimonio de aquella leyenda, la cual puedes leer completa en este enlace, además de descargar el libro mencionado.
SRN