Un obrero muerto y hasta una niña caníbal: las leyendas de terror en el Metro de CdMx

En el Sistema de Transporte Colectivo se generan miles de historias todos los días, entre ellas mitos y leyendas de terror, te contamos algunas de ellas.

Usuarios y trabajadores del Metro aseguran haber sido testigos de más de un evento paranormal en las estaciones. | Cuartoscuro
César García
Ciudad de México /

El Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) es un ícono de la Ciudad de México que esconde miles de historias, entre ellas mitos y leyendas de terror, que dan escalofríos a más de un usuario e incluso a varios de los trabajadores, quienes han asegurado ser testigos de extrañas apariciones y eventos paranormales en diversas estaciones.

Una de ellas ocurre en la estación Pino Suárez, de las líneas 1 y 2, donde se cuenta que en los años 60’s, cuando empezaba la construcción del STC, uno de los obreros tuvo un accidente y murió instantáneamente.

Desde entonces, usuarios del Metro afirman que en ocasiones los trenes se detienen en los túneles sin explicación y se sube un hombre vestido de obrero.

Sin embargo, cuando los usuarios lo voltean a ver al llegar a la siguiente estación, la misma oscuridad del túnel hace que el hombre  misteriosamente desaparezca.

Aunque no sólo se les aparece a los usuarios, pues varios conductores de los trenes también aseguran que al filo de la medianoche se alcanza ver caminando un hombre en medio de las vías.

Si esta leyenda no te dio escalofríos, usuarios de la Línea 7 han comentado que antes de la medianoche, cuando pasa el último tren, en la estación Tacubaya comienzan a ocurrir eventos paranormales como gritos de niños, que provienen tanto de los andenes como de los oscuros y largos túneles.

No obstante, se podría decir que esta es una de las estaciones con más cuentos de terror, pues otra leyenda es la leyenda de la niña caníbal, que hace muchos años se perdió durante un transbordo.

Se llamaba Rosarito y se perdió sobre la multitud luego de que transbordaba de la línea 7 a la 1, sin haber sido rescatada.

Tras el cierre del Metro, quedó sola y hambrienta, por lo que al encontrar el cadáver de un indigente y ante la falta de vulnerabilidad, Rosarito decidió alimentarse de él. El tobillo fue lo primero que comió.

Por lo que ahora se dice que la han visto caminar dentro de la línea 1 y 9, de esta estación.

FLC

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