La puntualidad en los recorridos es lo más importante, asegura Carlos, conductor de la L3

Carlos Alejandro Navarro Coronado tiene 26 años, es licenciado en terapia física y rehabilitación, pero su pasión por los trenes lo llevó a convertirse en uno de los 76 conductores que operan la Línea 3.

Carlos Alejandro Navarro Coronado, conductor de la L3 (Diana Barajas)
Diana Barajas
Guadalajara /

De las cinco de la mañana a la una de la tarde, Carlos transporta miles de vidas al interior de los tres vagones que componen cada uno de los 18 trenes de la Línea 3 del Tren Ligero. Gracias a él, personas de todas las edades pueden llegar a sus destinos todos los días.

Carlos Alejandro Navarro Coronado tiene 26 años, es licenciado en terapia física y rehabilitación, pero su pasión por los trenes lo llevó a convertirse en uno de los 76 conductores que operan la Línea 3.

“Yo desde que estaba chiquito me acuerdo que me gustaba mucho el tren, entonces es como yo le agarré pasión. Yo me pegaba a la cabina del conductor y es como yo efectuaba, veía y siempre desee ser conductor”, compartió Carlos Alejandro Navarro Coronado, conductor de la L3 del Tren Ligero.

Con entusiasmo y alegría, el joven comparte que todos los aspectos de su trabajo le gustan, incluso aquellos que implican más responsabilidad, como verificar la seguridad del tren antes de iniciar su turno y cada vez que sube y baja pasaje.

Sin embargo, la puntualidad en los recorridos es quizá lo que más le preocupa al joven conductor.

“Aquí todo se mide por tiempos, entonces nosotros tenemos que llegar de terminal a terminal en un determinado tiempo y hacer las salidas de manera correcta sino podemos atrasar la línea y generar un congestionamiento en los andenes. Así como tal, algo conflictivo no, simplemente si es de estar al pendiente de los andenes, estar al pendiente de las personas. La apertura y cierre de puertas es algo fundamental que tenemos que cuidar nosotros como conductores”, manifestó Navarro Coronado.

A diferencia de la Línea 1 y 2, la Línea 3 ofrece la posibilidad de disfrutar el paisaje en las estaciones elevadas. Cuando está detrás de los controles y transportando a cientos de personas, Carlos ve la ciudad desde las alturas.

“Me gusta mucho las partes altas del lado de Belenes, del lado de circunvalación. Esas estaciones me gustan mucho por la vista tan padre que se ve, en el amanecer se ve lindísimo, está muy bonito”, destacó.

Gracias a conductores como Carlos, la Línea 3 pudo transportar a 29 millones de pasajeros a lo largo de su primer año de operación.


JMH

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