La generación 83 de 2020-2024 son los pioneros en la carrera de seguridad pública del Colegio de Aire, que bajo los principios en el actual modelo educativo desarrollarán conocimientos, habilidades y destrezas que les permitirán contribuir en la seguridad del país y pilotar las aeronaves de ala fija y rotativa con las que cuenta la Guardia Nacional.
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Están conformados por 51 hombres y siete mujeres distribuidos de la siguiente manera:
- Tercer año: 12 hombres y tres mujeres: 15 total
- Segundo año: 14 hombres y una mujer: 15 total
- Primer año: 25 hombres y tres mujeres: 28 total
Al ser pocas mujeres cadetes que perfilan para esta carrera, se dijeron entusiasmadas y honradas de ser de las primeras, por lo que incentivaron a futuras generaciones a vencer el miedo.
“Yo ingresé a la Guardia Nacional precisamente para poder estar más cerca del medio civil y de las personas, me gusta ayudarlas y por lo tanto para mí es un orgullo haber entrado a la Guardia Nacional con la primera generación”, dijo Jassel Aguilar Rios, cadete de tercer año.
“Pues me siento muy feliz, muy honrada y creo que es mi responsabilidad sacar en alto a las mujeres. La verdad es una emoción y una experiencia inigualable, mi parte favorita de volar es cuando despegamos”, agregó Naomi Cortes, cadete de tercer año.
Los oficiales aseguraron es una aventura nueva por conocer, qué te hace salir de tu zona de confort, por lo cual se requieren de ciertas destrezas y habilidades para formar parte.
“Se requieren varios parámetros en la vista, psicológicos, porque esto se somete a un examen aéreo médico que se hace en sus primeras etapas de querer cursar, recomendaciones para alguien que desea ingresar es que no tenga miedo y que decidan adentrarse por querer salir de su zona de confort, siempre es algo nuevo y siempre será un aventura diferente”, comentó Sergio Garduño, cardete de tercer año.
“Se requiere mucha dedicación, constancia, disciplina, esfuerzo y sobretodo motivación para que en tu día día des lo mejor de ti y así puedas alcanzar un óptimo nivel de desempeño profesional y como piloto aviador”, mencionó Luis Gerardo Arreola, capitán segundo de fuerza aérea controlador de vuelo.
Los jóvenes de entre 21 a 25 años, dedican su vida completamente al colegio, ya que su día termina a las 18 horas, pero la estancia es de tiempo completo, por lo cual están alejados de su familia.
La carrera dura cuatro años, y en el plan de estudios son 104 horas de adiestramiento de los cadetes, entre los 18 simuladores de vuelo y entrenadores de vuelo para prever accidentes antes de realizar su vuelo real en la Escuela Militar de Aviacion, ubicada en Zapopan.
JMH