Luego de 15 días de haber cruzado la frontera sur, la segunda caravana de migrantes centroamericanos llegó a Ciudad de México, donde fueron recibidos en el albergue habilitado en Ciudad Deportiva, alcaldía de Iztacalco.
En su mayoría hondureños, el grupo viajó en aventones desde Puebla capital hasta la entrada de Chalco, Estado de México. Y de ahí fueron apoyados por una organización religiosa que les brindó comida y transporte hasta la Magdalena Mixhuca.
Sin embargo, el trayecto no fue fácil, pues se incrementaron los enfermos de vías respiratorias y eran pocos los traileros que accedían a detenerse.
Esto provocó que algunos hombres caminaran por más de dos horas en la autopista con el sol abrasador. Los pies ardían, pero ellos no dejaban de caminar.
Poco a poco fueron recogidos por transportistas, camionetas y hasta automóviles.
Para las mujeres fue diferente, ya que se había logrado un aventón desde el punto de partida que las llevaría hasta el estadio en Iztacalco, por lo que fueron las primeras en llegar.
Para los hombres, incluso los que lograron subirse a cualquier transporte casi de inmediato, el cambio de clima les pegó gradualmente. Primero mucho sol y calor, pero en el camino frío y lluvia al final.
A pesar de las inclemencias, no se tuvo ninguna emergencia médica o enfermedades de riesgo entre los más de mil migrantes que llegaron hasta el estadio Jesus Martínez Palillo.
Llegan al ‘Palillo’ otros mil migrantes
Caravana migrante
Clima extremoso. Algunos se resintieron de las vías respiratorias debido al solazo en el camino y la lluvia al final.
Ciudad de México /
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