Las tenerías, quienes abastecen de cuero a la industria automotriz, aeroespacial y de calzado, llevan a cabo procesos de hasta un mes para tener listo este material y surtirlo a las empresas que lo requieren. Son aproximadamente 9 pasos, en los cuales se debe invertir tiempo y dinero.
En primera instancia, los cueros se encuentran en estado “verde salado”. Esto es porque los cueros son tratados con sal para evitar su putrefacción, así los transportan para lleguen en buen estado y se lleven a cabo los procesos posteriores a los que deben ser sometidos.
Cuando estos llegan a las curtidurías, deberán comenzar con un largo proceso que puede tomar hasta 30 días. En este se devuelve al estado húmedo inicial a dichas pieles, lo que permite su limpieza y desinfección. Para ello el consumo de agua se eleva de manera importante, por lo cual se procura utilizar agua de reúso.
Por tal razón, primero hay que remojarlas por aproximadamente 48 horas, esto con el fin de rehidratar la piel y eliminar la sal con la que llegaron. En las pequeñas tenerías de León, se realiza el proceso en grupos hasta 100 cueros. También se elimina todo rastro de sangre y materia orgánica.
Para asegurar la eliminación de toda materia orgánica, el pelambre es el siguiente proceso para eliminar todo el pelo; como un segundo filtro. En seguida, a través de la siguiente máquina, se eliminan los restos carne que innecesarios y la grasa natural de los tejidos; proceso llamado “descarne”.
Se vuelve a utilizar una gran cantidad de agua en el proceso siguiente: el desencalado. En este mismo, se lava la piel nuevamente para eliminar los últimos rastros antes de curtirse finalmente. En ocasiones y dependiendo del tipo de piel, se envía a “dividir”, lo que deja como resultado el grosor que se busca en casa cuero.
El curtido es el proceso donde los cueros son introducidos en tambores gigantes, estos pueden tener capacidad de varias toneladas. Estos tambores dan vueltas y facilitan que los agentes de curtido (sustancias químicas implementadas para este proceso) puedan penetrar en las fibras de la piel.
Tras dos días de proceso, los cueros salen con un tono azulino y húmedo. Por lo que ahora se deberán secar y raspar, para nuevamente entrar en los tambores, pero en esta ocasión con la finalidad de teñirlos y engrasarlos según el color que el cliente haya solicitado.
Finalmente se realizan los últimos detalles como despuntar y darle el acabado que se desee. A partir de aquí se surten a la industria automotriz, aeroespacial y zapatera para quienes se vende por decímetro cuadrado.