Los boleros, oficio que va despareciendo en la ciudad

Comunidad

Este oficio se ha reducido y ha sido desplazada poco a poco por la sociedad y sobre todo por los productos que se venden en las tiendas departamentales

Don Fernando lleva la mayor parte de su vida dedicándose a lustrar piel (Dany Béjar)
Don Fernando lleva la mayor parte de su vida dedicándose a lustrar piel (Dany Béjar)
Dany Béjar
León /

El oficio de bolero se remonta en los años 30, teniendo apogeo en los años 40, y es sin duda una tradición que hoy en día se enfrenta a grandes adversidades para sobrevivir en el mundo comercial. 

Esta forma sencilla de ganarse la vida se ha reducido y ha sido desplazada poco a poco por la sociedad y sobre todo por los productos que se venden en las tiendas departamentales, y que ahora le facilitan al consumidor poder lucir un calzado brillante en cuestión de minutos.
A pesar de ello, el orgullo que sienten algunos boleros de la ciudad de León es único, pues aseguran que han crecido con dicho oficio, sin embargo también reconocen que con el paso de los años las cosas se han vuelto cada vez más difíciles para ellos. 

La tradición de lustrar zapatos aún se ve en las calles de la ciudad de León. Don Fernando Alcántar de 61 años de edad, y quien lleva 50 años en el oficio de bolero, platica que "es una cosa muy buena es un oficio que mucha gente ya no quiere ejercer", sin embargo cuenta que desde sus 11 años inicio gracias a su padre quien también era bolero. 

Don Fernando lleva la mayor parte de su vida lustrando zapatos de diferente piel, llega desde muy temprano a esperar a aquella persona que ocupe lustrar su calzado. 

Sin embargo, pese a que aún sea un oficio que se vea en las calles, también ha decaído mucho " me gusta darle mantenimiento a la piel ya he visto bastantes tipos de zapatos de piel es un trabajo tradicional que ha caído la gente casi ya no viene, es poca pero la que viene se le trata bien para que regrese" dijo Don Fernando.   

Cabe mencionar que aun hay gente que le gusta lucir e ir con un bolero tal es el caso de don Julio " Pues me gusta venir por mi boleada, porque me relajo y paso un rato agradable, también creo que no es lo mismo eso de productos o limpiar mis zapatos con un trapo viejo, nada como una buena boleada", comentó.

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