Para la familia Medina Mejía su vida cambió por completo cuando hace ocho años nació su hija Carolina, una pequeña con síndrome de Down, que además, tuvo que ser operada a corazón abierto a los tres meses de nacida.
El golpe anímico que recibió Lucero Mejía cuando supo la noticia de que su hija Carolina había nacido con síndrome de Down lo dejó atrás una vez que plasmó en un cuento las vivencias junto a su familia y cómo aprendieron a vivir en un entorno de perseverancia e inclusión.
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“Este cuento surge de la necesidad de explicarle a mi hija mayor (Sofía) la condición que tiene Carolina, busqué cuentos que me ayudaran a explicarlo, pero no había alguno que me gustara, entonces un día empecé a escribir y dibujar lo que me gustaría que Sofía leyera y finalmente después de un año quedó el cuento.”
“El mensaje para Sofía era explicarle qué es lo que tiene su hermana físicamente, el síndrome no es una enfermedad que se va a quitar con alguna medicina, es una condición que va a tener toda la vida y debemos de entender que puede estar con nosotros sin ningún problema y quería darle a entender que su hermana necesita de nuestra ayuda para salir adelante, que la forma en la que hablemos con ella y cómo nos comportemos con ella es lo que las demás personas van a hacer.”
A través de este cuento, Lucero plasmó cómo fomentar la inclusión desde el núcleo familiar, y con su mensaje, impactar en padres de familia que a su vez inculquen esos valores en sus hijos.
“Las personas con discapacidad trabajan el doble de todos nosotros para poder encajar en la sociedad, entonces necesitan de mucha perseverancia para poder hacer cosas que para nosotros es normal.”
“Para mí es importante la inclusión porque gracias a ella Carolina puede entrar en un círculo en donde normalmente es difícil hacerlo y si los papás no hablamos de ello con nuestros hijos, es muy difícil que ellos entiendan la condición que tienen las personas con discapacidad.”
“Es bien importante que los papás hagan este espacio para que la discapacidad o la inclusión en algo ya no sea un tema y fluya la amistad de nuestros hijos”, explicó.
Hoy en día, Carolina cursa la primaria y toma terapias físicas y de lenguaje, mientras que su enfermedad del corazón logró superarla desde los dos años.
Por su parte, Lucero planea hacer más cuentos de las vivencias junto a sus hijas y hasta darle vida al libro mediante un cortometraje.
Por último, mandó un mensaje a los padres de familia a que no teman ante un diagnóstico de síndrome de Down en sus hijos y enfocarse en la salud del menor para que logre un desarrollo óptimo.
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nrm