El dolor de perder a un hijo se profundiza cuando la sociedad lo estigmatiza. Este sábado, la señora Rosa acudió al Panteón Guadalajara para llevarle flores a su hijo José Alejando Mariscal Ibarra que fue asesinado junto con otros dos amigos en Tlajomulco de Zúñiga.
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Ayer, la mujer colocó otro cempasúchil en el espacio de Lenin Salvador Gómez Arvizu, quien fue hallado en unos de los tráileres que se utilizaron para almacenar cuerpos de personas no identificadas.
A Rosa le duele que su hijo descanse en una de las gavetas que compró el gobierno del estado de Jalisco tras la crisis forense que se vivió en 2018. “Ahorita se ve alegre, porque están las flores y viene mucha gente, pero no hay nadie. De los 140 espacios de este lote, solo seis están identificados”, dice con voz entrecortada.
Y es que este Día de Muertos, la mayoría de las personas que acudieron al cementerio se detienen para ver esos espacios y hacer comentarios como “son los de los tráileres”, “eran tal o cual”, lo que a decir de Rosa, no se vale.
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“A lo mejor (hablan así), porque no les ha tocado vivir una situación así, por eso piensan que ya la debía. No escupan para arriba, porque se regresa muy pronto eso”, sentenció, al expresar que le duelen los desaparecidos de Jalisco.
“Yo veo en cada persona que anda buscando a su hijo, la desesperación que yo viví. No se desesperen, y si en el Semefo les dicen que no está su familiar, búsquenlo; que no está, búsquenlo y vuelvan a buscar, una madre nunca se debe desesperar así sea su hijo el peor delincuente”, expresó.
A pesar de que ya tiene un espacio donde acompañarlo y llorar por su ausencia, la falta de justicia no la deja estar en paz. “Es un año de sufrimiento. Esta persona –el presunto asesino- era mi yerno, y él ni siquiera tiene la mínima delicadeza de todo lo que nos dañó a esas seis familias, y las sigue dañando porque él sigue delinquiendo”, advierte.
Ha cometido, dice, seis homicidios, pero el jefe de la banda sigue libre. La Fiscalía del Estado de Jalisco dice que investiga, pero no es así.
“La autoridad lo sabe. Y siempre me dicen que están investigando, que ya están cerca, que en eso andamos y no lo han detenido”, reprochó al recordar que el número de la carpeta de investigación que abrió el Ministerio Público por el caso de su hijo es 103145/2018. “Gracias a Dios, al encontrar a mi hijo resultaron seis carpetas de investigación”.
El 17 de octubre del año pasado, detuvieron a cuatro personas en el fraccionamiento Los Cántaros, en Tlajomulco de Zúñiga, pero el líder sigue prófugo.
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“Mató a seis, pero a unas las mató a principio de año, otras a mediados, pero las últimas tres fueron las del fraccionamiento El Arroyo. Una la asesinó en el mes de julio y otros dos en octubre, que fue mi hijo y otro muchacho. Por andar buscando a mi hijo, dimos con los otros asesinatos que ya se habían cometido”, relató.
Rosa solo espera que trascurran cinco años para sacar a su hijo de la gaveta propiedad del estado. “Desde un inicio queríamos incinerarlo, pero no nos lo permitieron” por la investigación que se realiza.
MC