Maestra jubilada aún espera indemnización por derrumbe en iglesia de Ciudad Madero

A un mes de la desgracia en la iglesia de la Santa Cruz, familias víctimas del derrumbe que resultaron lesionadas y también perdieron a sus seres queridos, no han recibido ningún tipo de indemnización.

Uno de estos casos, es el de la maestra jubilada Martina Nieto Sánchez, quien desafortunadamente perdió a tres sobrinas y una nieta de 7 años de edad, mientras que sigue luchando contra las secuelas que dejó este accidente, pues ha tenido que costear su rehabilitación porque también resultó lesionada.

En este mes ha tenido que costear su medicamento y los estudios, porque en el Issste donde es derechohabiente no hay insumos y tampoco los aparatos necesarios para revisar su fractura en el hombro y clavícula.

"Nadie nos ha indemnizado, los gastos corren por parte nuestra, mi hija me ha estado ayudando mucho, me compro el inmovilizador del hombro, ya también me hice los estudios particular en el Cemain porque en el Issste no tienen el equipo, ni medicamento, yo desde hace cuatro años no surto ahí por lo mismo".

El entierro de sus cuatro familiares también corrió por cuenta propia, mientras que mantiene a otros lesionados, el más grave, la pareja de su sobrina, que tuvo fractura en la cadera y es tiempo que todavía no puede caminar y está postrada en cama.

Las cosas hubieran sido peor porque fue más familia y con niños, pero precisamente porque son muy inquietos, es como decidieron quedarse afuera para que no estuvieran corriendo por los pasillos en la ceremonia de bautizo.

Un ángel en el cielo

Su nieta momentos antes de la tragedia estuvo muy contenta porque se le acababa de caer un diente. Le dijeron que en la noche lo pusiera bajo su almohada para que llegara el hada a dejarle unas monedas, sin imaginar la desgracia que estaba por venir, donde no logró salir con vida.

Horrible Experiencia

La maestra Martina contó cómo ocurrieron los hechos trágicos el 1 de octubre. Estaba en el pasillo central de la iglesia de la Santa Cruz mientras el padre ponía la cruz en la frente de los bautizados, cuando se escuchó un fuerte estruendo, como si fuera una bomba y todo se vino abajo.

"Se escuchaban gritos, llanto, desesperación, algo horrible, una jovencita le pedía a su mamá que no se muriera, yo ya no vi a mis sobrinas que estaban junto a mi, quedé encapsulada bajo el concreto entre las bancas, que fue lo que me salvó, pero a la vez, un dolor insoportable en mi hombro, solo gritaba ayuda, que seguía viva".

Asegura que fue de las primeras en ser sacadas de la iglesia derrumbada, pero esto no quiere decir que las cosas fueron fáciles. Primero hicieron hoyos a pocos metros de ella y con lámpara poco a poco fueron ubicando a los atrapados. El espacio era muy reducido pero finalmente la sacaron en camilla.

La mandaron al Hospital Regional de Pemex, pero al no ser derechohabiente, solo la estabilizaron y pidieron una ambulancia del Issste, que tardó en llegar para que finalmente la atendieran en el nosocomio correspondiente.

yc