“La pandemia definitivamente debe cambiar la educación”: Alejandra Casillas

Directora de un colegio de preescolar en Zapopan, la especialista en enseñanza habla sobre la experiencia de dar clases a distancia y la importancia del acompañamiento de los padres.

Regreso a clases presenciales en Jalisco (Fernando Carranza)
María Sánchez
Guadalajara /

La pandemia trajo cambios radicales en la forma de vivir en todo el mundo. Uno de los terrenos con más repercusiones es el de la enseñanza y el aprendizaje.

Este miércoles 24 de enero es el Día Internacional de la Educación y la profesora, directora y propietaria de un colegio de prescolar en Zapopan, Alejandra Casillas, habla de su experiencia durante estos casi dos años de transmitir los conocimientos a distancia. Una parte importante para el éxito o fracaso de esta nueva forma ha tenido mucho que ver con la participación activa de los padres de familia quienes, en muchos casos, tuvieron que pasar del rol de aprendices de la tecnología a maestros de sus hijos.

¿Se puede aprender a distancia?

En mi opinión, solo los niños de los 4 años en adelante, pero para que esto ocurra es necesario el apoyo de un adulto que pueda estar orientando al niños en la ejecución de las actividades, para que se cumpla con el propósito de las mismas, especialmente en el caso de los niños de preescolar.

¿En el caso específico de los niños chiquitos, de preescolar, sirve de algo que estén en una escuela donde las clases son por computadora? 

Sí, cuando esa fue la única opción, se observó que sí se lograron avances en diversas áreas, especialmente el área lógico-matemáticas y el lenguaje escrito, siendo más difícil el desarrollo de las áreas socio-emocional y de expresión oral, ya que se desarrollan en la convivencia directa que los niños pueden tener con sus compañeros y educadores, y la distancia obstaculiza este proceso.

¿Cómo ha afectado a los padres que conoces el encierro y el tener que apoyar a sus hijos para tomar clases a distancia?

Aquellos padres que tienen más tiempo disponible para sus hijos, algo de sensibilidad, nociones de educación, disposición y paciencia, se han visto menos afectados por esta situación. Lamentable el porcentaje de las personas con estas características, que yo conozco, es bajo. La mayoría de padres que se ven en la necesidad de estar encerrados apoyando a sus hijos en las labores educativas se les aprecia estresados, a muchos molestos, desesperados e incluso algunos llegan a ser agresivos con sus hijos. Pues es una carga más para ellos entre todas con las que ya contaban anteriormente. Aunado a esto, que a muchas familias también han resentido en esta pandemia consecuencias negativas en su economía.

Con lo que se ha vivido, ¿cuál crees que es el valor de las clases presenciales?

Tienen un gran valor, ya por la situación mundial fue y sigue siendo una gran alternativa, pero pienso que no remplazaría ni igualaría nunca las ventajas que ofrece la educación presencial. Se valora, porque de no haber sido por ella se hubiera perdido mucho tiempo, el cual es muy valioso en la edad escolar, ya que los niños, por sus características, tienen facilidad para aprender ciertos conocimientos y desarrollar determinadas áreas en cada etapa de su vida y cada uno de estos momentos se deben aprovechar.

¿Crees que el rumbo de la educación cambiará de forma definitiva después de la pandemia?

Sí, la pandemia definitivamente debe cambiar la educación y todos los ámbitos, debe ser tomada como un aprendizaje que nos lleve a valorar la presencia de los involucrados en la educación. Ha servido para darnos cuenta de que pese a situaciones de esta índole, u otras, la humanidad buscará los recursos, los medios y las herramientas necesarias para cubrir con la necesidad que tenemos los seres humanos de evolucionar, desarrollarnos no solo a nivel personal, sino como parte de la humanidad a la que pertenecemos.

¿Cómo se ha modificado el proceso de aprendizaje?

Como todo, se debe uno ir adaptando a las circunstancias que se presenten para superar los retos y lograr los propósitos. Por ello, los alumnos y sus acompañantes han encontrado formas para que los procesos de aprendizaje continúen siendo satisfactorios, pero como siempre, depende del interés, constancia y dedicación de cada individuo.

¿Qué se ha aprendido de la educación a distancia?

A ser más tolerantes, a valorar la labor de los docentes, a que los padres u acompañantes de los niños participen, integren y se involucren de forma más directa en la educación y, por lo tanto, en la transformación a la que conlleva. Se ha aprendido también que la educación y deseo de superación han sido más fuertes que la pandemia. Al final la pandemia y toda las situaciones vividas han hecho que muchas personas sean más tolerantes, empáticas e interesadas en apoyar a otros.

Claves

Sin acceso En el mundo hay aproximadamente 258 millones de niños y jóvenes sin escolarizar.


 No asisten En los países en desarrollo el 91% de los niños se matriculan en la escuela, pero de ellos, 57 millones de niños no asisten a la escuela.

 Analfabetas 617 millones de niños y adolescentes no saben leer ni tienen conocimientos básicos de matemáticas, lo mínimo para defenderse en la vida cotidiana. 

 Récord África Subsahariana tiene el record de niños sin escolarizar.


SRN

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