Hace décadas, Clotilde Vázquez Flores descubrió que le habían obsequiado algo. Sabía que era un don y que debía ponerlo al servicio de otros seres humanos porque los regalos son para compartirlos y la ayuda para entregarse sin esperar una recompensa.
Es cierto, sus servicios cuestan, pero ella no cobra los miles que en otros lados exigen porque decidió seguir el camino de la espiritualidad para cumplir con la voluntad de aquel al que llama “padre” y que no es otro que Jesús, el hijo de Dios.
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Se expresa con voz profunda, clara y convincente. Dice que “todo tiene un nombre, como es ser espiritual, que se refiere a trabajar con todo lo que es la voluntad de Dios. El hecho de estar en esta misión no es con el fin de lucrar, sino con el fin de ayudar a la humanidad”.
La “maestra Coti”, como cariñosamente le conocen las personas, en especial sus consultantes, tiene más de 20 años haciendo limpias, leyendo el tarot y apoyando a otros que recurren a ella para obtener todo tipo de salidas, caminos, soluciones y favores, aunque recuerda que “uno debe saber y tener bien presente que quien dice la última palabra es Dios”.
Pero aclara algo y sin reparo alguno reconoce que no es ella propiamente quien interviene en la solución o ayuda a la gente: “Yo no hago, yo no curo, yo no hago que se abran los caminos; siempre lo he dicho, somos un canal de Dios Nuestro Señor para la hermana humanidad o para el consultante, pero en sí, nosotros no hacemos nada”; por eso reitera que la suya es una misión espiritual y se dedica de lleno “a todo lo que es dirigido al señor Jesús, al padre Jesús”.
La historia
Este “don” lo heredó de su abuela materna y lo notó desde niña. Recuerda que a veces en casa, mientras su mamá estaba en algún otro punto del hogar y ella en el negocio familiar, escuchana su voz y acudía con ella para saber por qué la llamaba, pero no era así. Eso fue desarrollándose poco a poco y al crecer se dio cuenta de que necesitaba prepararse y por ello decidió abandonar Hidalgo e irse a la Ciudad de México: “traemos la luz o la misión, es lo mismo, pero yo no me quise quedar así, yo me fui 10 años a estudiar a México”.
En la capital del país tuvo maestros como Esteban Mayo, un famoso astrólogo, diseñador y actor que falleció en 2018; Violeta Macouzet, reconocida astróloga conocida como “la vidente de América”; Giovanna Flores, “la madre de la astrología”, fallecida en 2011; y el también astrólogo Víctor Cegarra, entre muchos otros.
“Aparte de tener esta misión, esta luz, tuve que haber estudiado. No es magia blanca, simplemente es energía. Todos, todo, es energía, y hay que saberla mover para poder dar un empujoncito al consultante, pero este debe también poner de su parte. Dios mismo lo dijo, ayúdate que yo te ayudaré. Dios me ayuda a que yo pueda mover sus energías, pero en sí el problema es de usted y tiene que ayudarme a buscar la solución, entonces esa es mi misión”.
Su labor y misión
Su establecimiento se llama “Rinconcito Mágico” y está ubicado, curiosamente, en Avenida de las Estrellas, a una cuadra del bulevar Everardo Márquez, en Pachuca, donde tiene ya 25 años. Al llegar e ingresar al sitio se encuentra una enorme pintura con la icónica imagen de Jesús sentado y mirando de frente con un halo de luz sobre su cabeza, como dando la bienvenida. Como esperando ayudar.
Hay velas, flores, esencias, imágenes de la virgen de Guadalupe, pequeñas estatuas de santos y paz, mucha paz.
La maestra Coti dispone de un sitio para hacer sus consultas en la parte trasera del local. Hay una mesa con dos sillas, un anaquel repleto de más velas y esencias y las paredes están cubiertas de más imágenes de Jesús y la morenita del Tepeyac. Ha traído una vela y luego de sentarse la enciende con cerillos. Siempre hace lo mismo. Dice que es una medida de protección porque no conoce a las personas y así recibe la ayuda del arcángel Miguel, quien con su espada flamígera corta cualquier daño o mala intención que en algún momento podría alguien traer consigo.
“Hago lectura de tarot, el astrológico, el más moderno, porque hay otros de otras épocas, pero nuestra vida ya no es esa, es mucho más moderna y se lee dependiendo del día solar o del día del cumpleaños del consultante”.
Nueva época
Ya lo dijo, los tiempos cambian y ella debió adaptar su trabajo y medios de actuación, lo que resultó benéfico con esta pandemia, en especial cuando tuvo que retirarse tres meses. Se valió del uso de WhatsApp. Ella pide a sus consultantes que enciendan una o tres veladoras con determinadas características y estos deben enviarle imagen de cómo se ha consumido a un cuarto, a la mitad y al final. A veces salen figuras en la cera o los residuos y ellas las interpreta y dice a las personas qué hacer, pues logra identificar los obstáculos, estancamientos o bloqueos que enfrenta su consultante.
La flama, recuerda, tiene que ver con el arcángel Miguel, quien usa su espada para cortar toda la energía negativa que descubren las veladoras, una, tres o cinco, nunca en números pares porque ella trabaja con la divina trinidad. Siempre pide al consultante que las coloque en forma de triángulo porque así lo bendicen el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Clientela
La maestra Coti ha sido consultada por todo tipo de gente. Se rehúsa a revelar nombres, pero asegura que incluso una de ellas llegó a ser gobernador: “he tenido aquí a personas que han estado y están en puestos muy altos, pero no me aprovecho de ello porque, como dije, es mi misión ayudar; hace unos 10 años venían incluso de la universidad alumnos para que los diera pláticas, ellos iban a ser psicólogos y que habían dicho que ya les iban a enseñar astrología para que tuvieran alguna herramienta más para conocer a su paciente”.
Experiencias peligrosas
Resultará increíble, pero incluso personas que se dedican a la santería han llegado a consultarle, personas que trabajan otra energía y también narcotraficantes.
Recuerda que un día llegó alguien con un montón de gente y sintió temor y se consagró a Dios porque la persona quería que dañara a alguien. Le ofreció mucho, pero ella lo rechazo. De alguna forma, el hombre se fue contento...