Al menos 30 mil ejemplares de maguey perdió el Colectivo Magueyero UADA durante el periodo más crítico de la pandemia de covid-19, debido a la parálisis de actividades y a una plaga, señaló Diego Escamilla Juárez, encargado del proyecto.
Luego de la declaratoria de contingencia sanitaria en México, los 14 integrantes del colectivo conformado en 2018 valoraron la situación y en mayo de 2020 suspendieron sus actividades en sus dos viveros ubicados en Ocampo, Atotonilco de Tula, una comunidad famosa por su tradicional Festival del Pulque.
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El riesgo de contagio de covid-19, así como la falta de recursos económicos y clientes ocasionó una parálisis total en las labores que el colectivo venía realizando, como parte de su labor para preservar al maguey y su tradición.
Esa parálisis de actividades tuvo estragos para el colectivo, pues aproximadamente el 30 por ciento de sus magueyes por germinación se perdieron durante el periodo crítico de la pandemia, por falta de cuidados adecuados, mismos que derivaron en que una plaga afectara los viveros.
En promedio 30 mil magueyes fueron declarados como pérdida, y desde hace tres meses los cinco integrantes que aún forman parte del colectivo, realizan de miércoles a viernes de cada semana, las labores de rescate de los ejemplares restantes.
Pero también está trabajando en la parte comercial, dijo, para entablar nuevas ventas, aunque reconoció Juárez Escamilla, que la pandemia ha impactado directamente a la economía y por ende en este tipo de producto.
Sin embargo, está ofreciendo a ejidos los magueyes, y confió en que se puedan concretar dichas ventas, las cuales antes de la pandemia marchaban bien, pues la gente estaba interesada en el rescate de este producto.
Araceli Hernández López, una de las integrantes del colectivo señaló que desde hace tres meses retomaron gradualmente las actividades en los viveros, para tratar de salvar a los ejemplares restantes.
Refirió que la labor es difícil, pues la reducción en el número de integrantes, así como la carencia de tiempo para dedicarle al proyecto, pues cada uno tiene actividades laborales, ha ocasionado que los trabajos se ralenticen.
Sin embargo, explicó que actualmente están rescatando el sustrato (tierra) de las macetas y algunos ejemplares de maguey, que todavía tienen posibilidades de supervivencia; también están retirando la hierba y cambiando de sitio los ejemplares listos para venta. Junto con sus hijos y otros integrantes del colectivo trabaja tres días a la semana en el rescate de los ejemplares.
Los magueyes ahora, dijo, están a la venta al público en cualquiera de los dos viveros; indicó que para el colectivo magueyero es importante promover el rescate de esta materia prima, que da el pulque, un producto que hizo famosa a la comunidad Ocampo.
Reabren pulquería tradicional
Tras permanecer muchos meses sin operación, el Jacalito del Rancho Alegre retomó sus actividades habituales junto a la carretera federal Jorobas-Tula, a unos metros del cementerio de la comunidad Progreso.
La pandemia provocó un cierre de comercios prolongado debido a la gran cantidad de casos registrados durante aproximadamente un año.
Sin embargo, hace unas semanas se presentó un descenso en el número de contagios, lo que permitió que diversos establecimientos retomaran sus actividades, entre ellos el Jacalito, administrado por los hermanos López Santiago, un tradicional expendio de pulques, ubicado en Atotonilco de Tula.
Dante Emanuel López Santiago, señala que aunque mantenían el servicio, el espacio físico tradicional del Jacalito se encontraba fuera de operación, atendiendo las sugerencias de las autoridades sanitarias; de modo que durante muchos meses El Jacalito operó provisionalmente desde su casa, donde preparaba los curados para entrega en el punto o para servicio a domicilio.
Su clientela, dice, ya le preguntaba con insistencia cuando retomaría nuevamente sus actividades en el peculiar Jacalito, ubicado entre milpas y magueyes, en un espacio abierto, en el que los clientes pueden consumir sus curados, o el pulque natural, mientras aprecian el panorama de un sitio muy tranquilo.
Por eso una vez que la situación epidemiológica lo permitió, el Jacalito retomó actividades. Desde el sábado 17 de abril los clientes pueden consumir en el sitio, algunos de los ocho sabores, entre los que se encuentran guayaba con xoconostle, mango con maracuyá, frutos rojos, piñón y mojitos, entre otros.
Sábados y domingos, de 11 de la mañana a 7 de la noche los clientes pueden consumir en el sitio no sólo pulque natural y curados, sino también mezcal de Oaxaca, cerveza artesanal producida en la comunidad Ocampo, cerveza comercial, antojitos mexicanos, aguas frescas, entre otros. Y en el mismo horario, pero de lunes a viernes en su vivienda de la calle Palma, en Ocampo, hay variedad de 24 sabores para entrega en el punto o servicio a domicilio. Todo en un espacio totalmente abierto y bajo estrictas normas sanitarias para evitar contagios.
Desde que retomó actividades la respuesta ha sido buena, dice, y señala que la reapertura permitió crear fuentes de empleo. Ahora con la reapertura en sus instalaciones habituales, incrementó la plantilla de tres empleados a siete, y nuevamente está requiriendo insumos locales para su menú.