Como millones de mujeres en el mundo, en América Latina, en México o en Hidalgo, María Fernanda Rivero Moreira guardaba silencio cuando escuchaba algún comentario machista, sobre todo proviniendo de su núcleo familiar, pero en su cabeza y corazón sabía que no era correcto, que debía parar y lograr alzar la voz.
Fue así como, hace un año –antes de la pandemia y en lo que sería la marcha con mayor participación en la capital del estado– en el Día Internacional de la Mujer 8M, salió a las calles a pedir alto a la violencia, a los feminicidios, a las desapariciones y se dio cuenta que no era la única que pensaba así, que no era la única que sentía la agresión en calles, en la escuela o en lugares públicos, por lo que decidió alzar la voz y formar, junto al grupo de amigas que acababan de conocerse y que empatizaban con este ideal, la colectiva feminista Aquelarre Cihuacóatl, integrada por jóvenes, nuevas generaciones que no se callan, que buscan y desean ser escuchadas a este llamado contra la represión y la violencia.
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“Desde varios años atrás me consideraba feminista, leía un poco y no me había involucrado activamente y hasta el año pasado, cuando fue la marcha del 8M que decidí participar activamente y reuní a amigas y nos unimos al movimiento
“Puedo decir que entre cantos y carteles, empezamos el activismo y fue así que se fueron sumando más compas y más, ahora somos un grupo considerado de más de 60, que no nos vamos a callar, porque tenemos que expresarnos, informarnos y visibilizar cada acción que nos violenta”, expresa la joven de 23 años.
María Fernanda se ha adueñado de una frase, que no sabe si la leyó, la inventó o se la adjudicó pero la lleva como bandera “Cuestiona siempre la realidad normalizada”, porque ha sido el emblema de su vida y ahora, cuestiona todo lo que es violento o agresivo, expresa su inconformidad ante acciones que están fuera del activismo, y apoya a las mujeres que requieren de apoyo.
“Tenemos distintos grupos para dar acompañamiento y para contención, y sí podemos hacerlo nosotras, porque en el grupo hay varias chicas que son especialistas, yo soy psicóloga, tenemos especialistas en aborto, anticonceptivos, derechos humanos y más, nosotras tomamos el caso y si no, referimos con alguna otra colectiva, con las que tenemos contacto
“Es momento de expresarnos. Crecí, como muchas mujeres, escuchando críticas hacia otras, que tenías que verte bien, y dentro de mí cuestionaba esto, pero no me atrevía a dar el paso de hablar de la violencia que padece la mujer en sus trabajos, en las escuelas o en la misma casa, siempre hay alguien que quiere aprovecharse”, dice.
Aquelarre es la denominación que se le daba a una reunión nocturna de brujas para realizar rituales y hechizos, con un concepto pagano; y Cihuacóatl, deidad en la cultura nahua, la diosa de las mujeres que fallecieron al dar la luz, “una buena apología para nombrar a nuestro grupo que busca alzar la voz y opinar sobre nuestro cuerpo, el aborto seguro y legal, así como gratuito, de poner un alto a tanta violencia y a la opresión”.
Asegura que ninguna niña, adolescente, joven, adulta mayor debe callar, que “nos va a llevar mucho tiempo, es un proceso largo, pero no debemos seguir callando”, manifiesta.
Es así como María Fernanda y el grupo de mujeres de su edad, se suman a la causa, al hartazgo ante el machismo, al opresión, a la visibilización de que la problemática de las mujeres es real y que cada día aumentan el número de feminicidios, violaciones y acciones que contrarrestan los derechos de las mujeres, “por eso no nos callaremos y no sólo el 8M estaremos alzando la voz, porque sí, queremos un cambio y queremos ser parte de él”.