Mario Alberto Bautista Sánchez fue una de las 26 personas que murió en el desplome de la Línea 12 del Metro. Era un joven alegre, amante de la tecnología, la música en inglés y a quien le encantaba bailar con su mamá alguna salsa o cumbia. Se había graduado como ingeniero en Sistemas Computacionales y desde hace un año trabajaba en una empresa en Polanco, en donde este mes lo contratarían por base.
El 3 de mayo regresaba a su casa en la colonia Santa Ana Poniente, en la alcaldía Tláhuac, pero no llegó a su destino. El vagón en el que viajaba quedó suspendido antes de llegar a la estación Olivos tras la caída de una trabe de la estructura por la que pasaba el tren.
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Mario Alberto Bautista Sánchez durante la celebración de su cumpleaños 25. Foto: Cortesía
Hace dos días recién había cumplido 25 años, los cuales festejó junto a su familia con un pequeña comida que le organizaron y un pastel. Ese día fue de fiesta, entre canto y baile. Al día siguiente le agradeció a sus padres y el lunes se despidió de ellos con un beso tras salir hacia su trabajo. Hora y media antes del desplome su familia tuvo el último contacto con él. A través de WhatsApp les informó que se encontraba en Metro Auditorio… después ya no contestó el teléfono.
“Le empezamos a hablar por teléfono y como sonaba teníamos la esperanza de que pues quizá estuviera por ahí y por la misma confusión no escuchara el teléfono, pero no fue así”, recuerda José María Bautista Vázquez de aquél día en el cual buscó por horas a su hijo, hasta que el martes lo encontró en la Coordinación Territorial Iztapalapa 6, a donde llevaban a quienes habían muerto por el desplome.
Último mensaje entre Mario Alberto Bautista Sánchez y su familia. (Imagen: Cortesía)
Para los habitantes de Tláhuac y quienes viven en el Estado de México y vienen a trabajar a la capital, la llamada Línea Dorada se convirtió en una alternativa de movilidad, pero también para no ser víctimas de algún asalto en la zona; sin embargo, había temor de que algo fuera a ocurrir ante el historial de fallas que presentó tras su inauguración en octubre de 2012.
Para el papá de Mario Alberto, el ahora canciller Marcelo Ebrard es el responsable directo de la tragedia en la que 26 personas murieron. La Línea 12 fue la obra emblema de la administración de Ebrard como jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Mario Alberto Bautista Sánchez se había graduado como ingeniero en Sistemas Computacionales. (Foto: Cortesía)
“Aquí no se le puede echar culpa a otros porque la misma línea han estado gobernando a la Ciudad de México, llámese PRD, ahora Morena, pero han sido los mismos, ósea aquí no hay vuelta de hoja de que en aquellos ayeres gobernaban otros, no, son del mismo partido”.
Tras conocerse el desplome en la Línea 12, el secretario de Relaciones Exteriores lamentó lo ocurrido y se dijo a disposición de las autoridades para contribuir “en todo lo que sea necesario (…). Deben investigarse causas y deslindarse responsabilidades”.
Recordó que la obra se entregó de forma definitiva en julio de 2013 y se dijo confiado en las investigaciones para determinar quién es el responsable.
Mario Alberto Bautista Sánchez trabajaba desde hace un año en una empresa en Polanco. (Foto: Cortesía)
“El que actúa con integridad no debe tener temor a nada, el que nada debe nada teme, estoy sujeto como todos, pero más como alto funcionario y como quien promovió la línea. Estoy a lo que determinen las autoridades”, dijo al siguiente día en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, el padre de Mario Alberto exige que Ebrard responda por lo ocurrido el 3 de mayo y se le castigue. Se dice decepcionado de la política y pide a funcionarios y servidores públicos darse cuenta del alcance de sus decisiones y las consecuencias para los habitantes.
“Quiero hacer un reclamo, que los políticos se den cuenta del daño que nos hacen. Todas las víctimas de esa tragedia. Ya las pérdidas son irreparables. Yo le preguntaría a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ¿cuánto vale la vida de una de sus hijas? Que me dijera y que eso me dé por la vida de mi hijo, ya no me regresan a mi hijo, pero sí es un impotencia”.
Mario Alberto Bautista Sánchez, junto a sus padres y hermanas durante un viaje familiar. (Foto: Cortesía)
Mario Alberto deseaba conocer el extranjero, en particular Estados Unidos y España y le ilusionaba que por fin sería contratado formalmente. Tenía una perrita llamada Jessi, la cual decía que era como su hija.
“El chavo era muy ocurrente, siempre bromeando, con mis hijas sobretodo. Yo estaba muy orgulloso de él, siempre le decía que siguiera adelante y que por muy difícil que fuera una meta por alcanzar, que siempre luchara porque en la vida nada es fácil, que no se detuviera”, son los consejos que su padre le daba.
Mario Alberto Bautista Sánchez deseaba conocer Estados Unidos y España. (Foto: Cortesía)
Desde su casa y frente al altar a su hijo, José María Bautista Vázquez pide a Sheinbaum que las promesas se conviertan en hechos, que se indemnice conforme a la ley a quienes perdieron a un ser querido aquella noche del 3 de mayo.
“Espero que Marcelo Ebrard, donde quiera que esté pueda tener la conciencia tranquila porque el luto de mi hijo yo lo voy a llevar hasta el último día de mi vida, hasta mi último suspiro es cuando mi luto se va a acabar”.
VJCM