La mañana de este sábado, cientos de personas recorrieron los pasillos principales de la Central de Abasto que permanecían libres de basura, a pesar de que, desde hace una semana, cuando se presentó el cierre del relleno sanitario del Huixmí, el servicio de recolección del Ayuntamiento de Pachuca no se ha presentado en el lugar, sin embargo, el depósito de residuos sólidos de este centro está a su máxima capacidad.
Trabajadores del lugar señalaron que son nueve las personas que de forma diaria recogen la basura que se genera en los locales comerciales, así como la que dejan los usuarios que acuden al sitio para realizar sus compras, pero de no darse el servicio en tres días más, se presentará una crisis mayor para la Central de Abasto.
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“No es la primera vez que nos sucede esto, que no venga el camión recolector de la basura, hace como un mes se tardaron también en recogerla, pero ahorita ya estamos más preocupados porque ya no cabe en el depósito y tenemos que sacarla para que podamos seguir trabajando”, aseguró uno de los trabajadores que prefirió no dar su nombre, para evitarse problemas con la administración del lugar.
El depósito de basura que se encuentra en una esquina del predio que ocupa la Central y en donde decenas de personas estacionan sus vehículos para hacer sus compras, tiene dos grandes contenedores con desborde de basura y un río más de desechos que ocupa uno de los carriles por donde deberían circular los autos.
“En días normales, vienen a diario a recoger la basura, pero llevamos esta semana sin servicio por lo que ya no aguantó el depósito y tenemos que sacar la basura hacia la zona del estacionamiento”.
“No sabemos nada, porque las autoridades se encargan de hablar con la administración, pero nosotros seguimos haciendo nuestro trabajo, somos nueve personas que nos dedicamos a limpiar todos los días la central, porque de no hacerlo, la gente no podría pasar a realizar sus compras”, señaló el trabajador.
Aseguran que aproximadamente son cinco toneladas de basura las que se generan de forma diaria, por lo que tendrán que seguir sacándola “para que sigan trabajando allá adentro, porque de no hacerlo, sería un caos mayor”, dijo.
Cada uno de los trabajadores se dedican a limpiar pasillos y las bodegas en donde solicitan su servicio, por lo que esperan que la próxima semana se normalice la recolección de basura en el lugar.
“Esperamos que ya vengan, pero no hay para cuando”, expresó, mientras algunos perros husmeaban la basura y algunos menores seleccionaban botellas de plástico y latas para venderlas.