El gobierno de la Ciudad de México presentó el proceso de Consulta Vecinal para Grandes Construcciones, el cual contempla que sin el aval de los habitantes de la zona donde se quiere erigir un megaproyecto, éste no se hará.
Las construcciones que estarán sujetas son las que tienen un polígono de actuación y fusión de predios a partir de los 5 mil metros cuadrados o en una superficie de terreno a partir de 5 mil metros cuadrados; las totales a partir de 100 mil metros cuadrados; aquellas que impliquen centros comerciales, de espectáculos o similares; y donde se presente algún conflicto vecinal.
“Desde la campaña y al entrar al Gobierno planteé a los habitantes de la ciudad que cualquier obra grande, gran desarrollo que hubiera tenía que pasar necesariamente por la consulta de los vecinos”, dijo la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
Por ello, mencionó, nunca habrá un gran desarrollo en donde no se consulte a los vecinos y esto tiene dos grandes ventajas: generar acuerdos entre el desarrollador y los vecinos donde se instalará o se quiere construir este desarrollo; y también la certeza jurídica al desarrollador.
“A veces, en la administración pasada se daban autorizaciones, había un conflicto vecinal, incluso existían desarrolladores con créditos y que no podían hacerlo por los conflictos vecinales”.
Señaló que esto es bueno para el desarrollador y los ciudadanos pues es un proceso de acuerdos, “y hasta que no haya un acuerdo final con la ciudadanía no se hace la autorización, y obviamente, tiene que haber encuestas y otros mecanismos de tal manera que si es una minoría la que no permite que se desarrollen pues que se conozca realmente la opinión de las mayorías para poder hacer estos desarrollos”.
Subrayó que en el caso de que haya respeto a usos de suelo, las autorizaciones serán de manera mucho más ágil.
“Está el tema de los corredores estratégicos que hemos planteado en la ciudad y hay grandes desarrollos en algunas zonas de la ciudad, Paseo de la Reforma, por ejemplo, que están pendientes algunas autorizaciones y estamos generando estos procesos de consulta pública. De tal manera que la ciudad tenga un modelo de desarrollo donde sean tomados en cuenta los habitantes de la ciudad”.
En tanto, la titular de Medio Ambiente, Marina Robles, detalló que este proceso de consulta busca hacer una valoración social de los proyectos, antes de que la Autoridad Ambiental y Urbana, emitan una autorización a un proyecto.
“Éste constituye un proceso ordenado y sistemático para presentar un proyecto en donde obtengamos la opinión de las personas que habitan el sitio donde se desarrollará el proyecto o las usuarias del área de influencia, de manera que puedan valorarse los posibles impactos de estos proyectos y la manera en la cual se pueden mitigar, contener, compensar”.
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Especificó que el proceso tiene varias etapas, la primera cuando ingresa el proyecto al Gobierno de la Ciudad en donde como autoridad se pone a disposición de los habitantes de la ciudad en el sitio web del Gobierno capitalino y en módulos informativos cercanos a donde el proyecto se desarrollaría.
“Además de que el propio desarrollador publicaría este proyecto en un medio de difusión de amplia circulación donde se establecerían las fechas, los horarios y los sitios en los cuales se desarrollarían las actividades de este proceso de consulta”.
Comentó que el primer momento de este proceso implica una serie de reuniones y de talleres con los vecinos de la zona y un proceso de encuesta para recuperar las opiniones, preocupaciones, solicitudes, propuestas, comentarios y ajustes posibles al proyecto.
“Si hubiese una construcción de acuerdos en esta primera etapa, el proyecto sigue su curso de manera que pueda reunirse con el resto de las evaluaciones que se están haciendo de manera paralela de impacto ambiental y urbano, y pudiese autorizarse”.
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En caso de que no hubiera el acuerdo con los vecinos se continúa a una siguiente etapa en donde se hacen nuevamente reuniones para recuperar la opinión en módulos de recepción de éstas, además de realizarse entrevistas a profundidad, de manera que vuelva a buscarse una construcción de acuerdos.
“Si hay efectivamente acuerdos en este momento, nuevamente se va a continuar con el proceso de autorización; en caso de que no suceda, hay una tercera etapa en donde hay otra vez foros y nuevas reuniones para buscar si en este momento del proceso hay construcción de acuerdos y pueda entonces llegarse a una autorización”.
Acotó que de no haber acuerdo pleno, “se reinicia todo el procedimiento hasta que pueda haber una construcción de éstos que permita que los grupos de vecinos conozcan y estén de acuerdo a cabalidad con la forma en la cual se desarrollaría un proyecto de esta naturaleza”, finalizó.
grb